LA TRISTE HISTORIA DE VIVI LA MAGA

Creado el: 2024-08-05 08:21 am

Historias

“Hace algunos años, cuando la magia de Vivi fluía sobre su piel, ella era distinta. Andaba desprevenida en su irreverencia y se dejaba atraer a lo nuevo sin taras. A Vivi le encantaba en particular experimentar, y no estaba pendiente de sus errores o finezas, ella solo se preocupaba por vivir.


Me gustó tanto eso de Vivi que la invité a elevar su magia, le di algunas responsabilidades que le sirvieran de escenario para practicar, y la cambié.


La hice consciente. Ella estaba bastante dispuesta, pero debo reconocer aquí que hice mucho para que su consciencia fuera latente, despierta, ambiciosa. ¿Y qué pasó? Que ese viaje a la consciencia la puso en sintonía con cosas de trascendencia superior, y la perdí en ese embeleso.


Hoy lamento haberle dado tanto. Si hubiera sido más cauteloso tal vez ella no se habría envuelto en ese dolor del que hoy se viste. Si la hubiera educado solo a través del gozo entonces no sería necesario ahora ayudarle a recuperar la esperanza y el gozo sereno.


Pero no me arrepiento, el ‘hubiera’ siempre es una figura retórica por supuesto. Dejé que ella se sumiera porque así como le ponía pasión a la ligereza se la iba a poner a la trascendencia. Y yo necesitaba, también lo confieso, darle la lección profunda que ella tanto necesitaba sobre esa idea de corregir el mundo.


Así que Vivi se entregó al drama de las circunstancias, se desvió de la tarea y se enfocó en lo imposible, en el dolor, en lo que no se entiende. Quién dijo que trascender es entender, hasta mis mejores aprendices llegan a esa confusión, y por eso es tan importante despejarla.


Se distrajo, mi amiga se distrajo. Vivi dejó de ser esa chica espontánea que les conté al comienzo, y se transformó en una persona aguda para ver el error y quedarse atrapada. Quiso incluso dejarme, siendo yo la esencia de su aprendizaje, y trasladarse al envolvente mundo de las comprensiones profundas, tuvieran ellas sentido, o no.


Cuando la vi caminar hacia allá, hacia la sordidez del trascendentalismo, la solté. No me vayan a decir que tenía que retenerla. Recuerden por favor, esto siempre se trata de la voluntad, ese es el espacio que no toco, no se atrevan a reclamar. Viéndola ir, eso sí, sentí tremendas ganas de recordarle quién es, pero se fue con tanta fuerza que la sutileza de mis señales no la alcanzaron a atraer.


 En ese viaje del que Vivi aún no acaba de salir, su magia natural quedó desdibujada, y ella mejor se entregó al poder que le significaba poder descifrar asuntos de gran envergadura.


Ahora la magia esencial de mi amiga vive guardada en una especia de esfera diminuta, muy en su centro, casi en su corazón. Está protegida, ustedes no se preocupen, solo que no logro hacer que vea la necesidad de romper la esfera y expandirse.


Ella siente incluso esa presión en el pecho. Se siente perdida buscando algo que no sabe qué es, hasta me pide ayuda de rodillas sobre recuperar el sentido. Sin embargo, en medio de ese pedido no suelta ni una letra de ese conocimiento trascendente que la atrapa.


La veo hipnotizada, casi drogada. Mi esperanza entonces es que esa fatiga, esas rodillas rotas de cansancio, y ese gesto que ella misma puede ver de insatisfacción, le sumen hasta recuperar la astucia y volver a vivir.


¿Serás tú una Vivi, amigo mío?, ¿serás la persona que se dedicó a lo trascendente olvidándose de la realidad de uno u otro modo? No todo es trascender, al menos no a través de la consciencia profunda de las cosas difíciles, y menos a través del dolor o del martirio.


Les adelanto, a ustedes que son mis amigos, que Vivi se encuentra en una especia de despertar. Le ha costado, porque recula. Se vuelve a cobijar con las ideas que ha encontrado estos años y la pierdo. Pero cuando se acerca al ahora, a la vida, a la experiencia inmediata, nos abrazamos.


No busco que ella, o ustedes si se han perdido, vuelvan a lo que eran antes. Ese viaje tiene un sentido: llevar su magia al siguiente nivel. Solo ¡vuelvan! Háganse el favor de echarse agua en la cara y reaccionar. Si enfrentaron situaciones difíciles, quiebres existenciales, salgan de ellos corriendo una vez fueron superados. No se queden adorándolos, validándolos, casi idolatrándolos.


El valor de lo vivido a un nivel profundo no irá a ningún lado. Está más que bien que la memoria se refresque, que puedan darse un nuevo comienzo. Como quien sale de las tinieblas sin vestirse de ellas, y corre a buscar un nuevo vestido que le quede para el futuro, para la recompensa merecida por el viaje valiente a lo profundo.


Lávate la cara, córtate el cabello, cambia de casa. Haz algo que represente por favor el retorno a la realidad de lo que eres ahora recombinado, repotenciado. La experiencia que posees no tiene que significar peso, densidad, carga. Al contrario, espero que si has aprendido lo suficiente en tu viaje a lo profundo entonces puedas venir ligero de piernas sabiendo que no hay mucho que vayas a arreglar luchando, o sufriendo.


Quiero incluso que te sacudas el polvo, que cambies de ropa, que te veas retornando al gozo ahora con la libertad de saber mucho más a fondo de qué se trata la verdadera esperanza. Creo que estarás de acuerdo en que la esperanza, una vez conoces lo profundo, consiste en ver la verdad a los ojos y no dejarse apabullar.


Arreglemos entonces el retorno de Vivi, que ella reciba su ayuda a través del deseo que me gustaría cultivar en todos ustedes de poder ver las cosas más difíciles o inexplicables de la vida y seguir adelante, aprendiendo y a la vez disfrutando. ¿Qué tan difícil puede ser? Se trata de recordar que no vas a lo profundo para repararlo, vas en esencia para respetarlo”.

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Olga Castaño

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Comentarios (4)

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Alexa
Pufff q dictado , yo voy entendiendo que en el aprender y desaprender vamos encontrando una magia especial , una calma distinta , aunque en este transitar tambien me encuentro mucho con el ego ese cuesta un poco manejarlo 😐

2024-08-06 12:17 pm

Olga Castaño
¡Qué dicha lo que dices! Esa magia, y esa paz, vienen solo cuando ocurre cierto desprendimiento de las explicaciones o las verdades irrefutables 👏🏻 El ego es el distractor por excelencia. Ahora, como dice al final, la clave es el respeto. El alivio para el ego es exigirse respeto por lo que no se entiende o no agrada 🪄

2024-08-06 01:00 pm

Diana Díaz
Sólo puedo decir, gracias, porque el universo nos muestra el mensaje en el momento indicado. Es cierto, a veces sin querer dedicamos tiempo a lo que no tiene explicación y dejamos de vivir y disfrutar por analizar, no sabiendo que la vida nos da situaciones que no tienen explicación, pero que aceptándolas nos enseñan a disfrutar, a gozar, a recibirlas como los regalos que nos merecemos, en una palabra se presentan para vivir, para llenarnos de paz y para enseñarnos que la magia existe en nuestro corazón, en nuestra alma, por eso solo hay que agradecer y todos los días andar ligeros de equipaje, el mejor regalo para que las bendiciones lluevan. Dictados del cielo es una bendición para mi vida.

2024-08-06 06:20 pm

Olga Castaño
Querida Diana, gracias por tus palabras. Sí, cada vez más ligeros, hasta que un día marchemos tan presentes en el momento que hasta los retos sean gozo. Felicitaciones por velar por ti 😇

2024-08-09 08:39 pm

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ESTAMOS EN PARO
“Les voy a contar hoy un poco sobre nuestra intimidad, la que vivimos esta niña escribiente y yo. Resulta que ella hace un trabajo doble, el de llevarnos a ustedes y el de recibirnos en ella. No solo me refiero a que hace su trabajo personal como ustedes sino que ella tiene un nivel de exigencia que a veces no alcanza a dimensionar.  Eso está pasando desde el pasado fin de año, la tenemos en cuarentena si se puede decir, y aunque muchas cosas sigan funcionando con cierta normalidad en esencia la tenemos en revolución.  ¿Qué es eso?, pues que queremos darle un cambio extremo, un giro al enfoque de ella con ella misma y su trabajo, queremos incluso que establezca nuevos hábitos, y para eso necesita tiempo. Vinimos a contarles eso no solo para explicar esta ausencia prolongada sino además para que ustedes sean un apoyo, aliados de estos tiempos de cambio. La manera como mejor me gustaría que nos apoyaran es mantener ustedes mismos el hilo fuerte y a la vez delicado que han ido estableciendo con nosotros a través de los dictados, que puedan conservar esta presencia en ustedes aunque no haya nuevas palabras por un tiempo o que ella no se pronuncie para recordarles nuestra existencia. De hecho nuestra ambición constante es que ustedes mismos logren establecer y conservar un vínculo directo con nosotros. Que ella, mi secretaria, no desaparezca, pero que cada vez la necesiten menos para hacer la conexión y más para fortalecerla, eso sería maravilloso. Aún así su trabajo es amplio y la verán aparecer en sus vidas de distintas maneras, incluso en los sueños. Entonces ayúdennos, honren el vínculo que ya se ha ido construyendo entre ustedes y nosotros y cuídenlo, aliméntenlo con sus rutinas y rituales, denle vida por favor. Y si la necesitan para algo no duden en hablarle, a pesar de no estar escribiendo en el blog sigue activa en todo lo que es más personal. Gracias amigos por estar aquí, a través de ustedes se está construyendo algo más allá de las estrellas, en cada uno de ustedes, y son parte de mí”.
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LA FAMILIA VALBUENA
“La rabia engorda, hincha los problemas, extiende el sufrimiento. Voy a contarles de una familia cercana cuyo defecto familiar es la rabia, tú piensa en el defecto de la tuya y juguemos a dimensionar lo que esa herencia ha causado. Los Valbuena provienen de las montañas más lejanas, gente campesina, muy trabajadora y leal. Salieron de la pobreza a punta de sudor y lágrimas, el sudor de los hombres y las lágrimas de las mujeres. Machistas hasta agotar descripciones los héroes de sus historias siempre fueron los señores; las mujeres fueron madres, cuidadoras tenaces y trabajadoras silentes cuyas lágrimas llegaron a estar ocultas incluso a ellas mismas. Obligadas al sacrificio por el bien del hombre las Valbuena aprendieron a guardar la frustración, pero con tanta fuerza en la sangre esa frustración se convirtió en enojo, uno que acumulado construyó una profunda rabia de no poder ser ellas mismas. La abuela de este brazo de la familia era de las menores de sus hermanos, entre consentida y salvaje; recibió bastante rejo de parte de su madre por desobediente y cierta indiferencia complaciente por parte de su padre. Se fue formando así una mujer furiosa por no poder ser ella misma, hubiera ido a la escuela si le respetaran las alas y máximo hubiera tenido un hijo. La exigencia en ese entonces era casarse rápido, trabajar sin quejas y recibir los hijos que la naturaleza surtiera. Vivió Soledad cerca de 19 embarazos, cada uno en más pobreza que el otro, pero recuerden, el héroe sería el papá quien cultivaba la papa para paladear; las cosas del hambre, atiende lo apremiante y serás famoso, atiende lo invisible y eso serás. Quisiera decirles que las cosas han cambiado en esta familia tras dos o tres generaciones pero la intención de mi historia es justamente hacerles ver lo mucho que el dolor logra extenderse a sus descendientes cuando no se aprende a enfrentar. Soledad fue tan rabiosa que sembró en cada uno de sus diez hijos la rabia; desayuno rabioso, almuerzo ofuscado, cena de venganza. Todo lo que la frustración de una mujer puede soportar. Sus nietos ahora son padres y hasta abuelos, como el machismo aún domina son las mujeres quienes siguen extendiendo ese enojo y sus frustraciones solo se han moderado. Obedecen a las reglas de antaño sin darse cuenta, son tan rígidas como la abuela se hiciera para sobrevivir a su tragedia, y ahora medianamente luchan con ese sentimiento devastador que es la rabia fácil y sin mucha claridad de dónde viene. La gente con rabia transmite rabia, reacciona con rabia, incluso revienta de rabia de vez en cuando contra sí misma, eso aprendieron mis muchachas de esta generación, a tolerar poco, a frustrarse mucho y quedarse con el sentimiento, a sufrir calladas y hasta negarse que sufren. Son ofuscadas, aceleradas, controladores, mandonas, y tercas como ellas solas.  Pobres mis niñas, ni siquiera son conscientes que es algo que pueden arreglar, que les daña la vida y las envejece, que les hace perderse del amor bonito. Eso sí, se hicieron tenaces, en la medida en que vino la educación las nuevas generaciones han ido conociendo el mundo y viendo otros modelos, se han liberado hasta donde pueden comprender. Lo triste de esta historia es que las Valbuena de ahora establecieron la rabia como una especie de poder, un arma para defenderse de las fuerzas que las quieren dominar, como si eso funcionara en verdad. Son rabiosas pero tan dispuestas a todo por su rasgo trabajador que terminan cediendo refugiadas en la rabia, mejor dicho siguen sacrificándose en alguna medida para después consolarse con el enojo. Amigo que lees este dictado, también es tu responsabilidad superar el machismo, no le hablo solo a los hombres, ustedes mujeres están tan convencidas de algunos órdenes de las cosas que hasta tratan de tener la fuerza equivocada de los hombres inconscientes, cuídense por favor de la inconsciencia, comiencen por ahí. La rabia mis chichas se supera con consciencia, prestando atención a los errores que implica. Su fuerza verdadera no es la ferocidad o lo astutas que se han hecho, su fuerza principal es un espíritu grande y libre que las invita a ser ustedes mismas, singulares, abiertas, descaradamente independientes y autónomas. Esas mujeres Valbuena son las que estamos tratando de despertar, reciban esta invitación como una muestra de que cosas buenas ya vienen pasando en ese sentido. A las Castro que padecen de melancolía, a las Morales que deben enfrentar el rencor, a los Toro que habrán de superar las pobrezas, en fin, a los sinos familiares, les digo que se puede, que ese es el llamado, casi la misión familiar, aliviar las penas desde la gracia de encontrar algo maravilloso con que reemplazarlas. Si les cuento un secreto me prometen discreción, las Valbuena son mandonas pero pueden ser buenas jefes, son intensas pero es difícil ver cansada a una Valbuena, y su amor es poderoso, hacen mover al más perezoso y progresar al más descuidado.  No desfallezcan en sus búsquedas, algunos de ustedes serán los primeros en romper un sino familiar y eso requiere tenacidad, no lo hagan por su familia para comenzar, háganlo para desvanecer esas ataduras invisibles de las generaciones precedentes y poderse disfrutar mejor a ustedes mismos. La realidad los va a obligar, de eso se trata un defecto, que causa tanto daño que llegan a cansarse de él, o se hacen los de oídos sordos o vencen para su propia felicidad”.
LAS PRUEBAS QUE ME PIDES
“Ahí estás pidiéndome pruebas, conozco esa mirada de insatisfacción cuando crees que no estoy ayudando. Vamos a aclarar una cosa, a veces te ayudo y solo no te das cuenta como. Acaricio tu cabello en las noches estrelladas, dejo sensaciones en la almohada o el sillón y froto tus platos con mieles de amor. También acostumbro limpiar esos zapatos con confianza y gozo de un talento especial para hacerte sentir la prenda que te abraza mejor.  No creas que no estoy cuando no me puedes sentir con claridad, ahí estoy al lado de tu confusión esperando una oportunidad para apagar el fuego y ayudarte a regresar. Es que si no me ayudas las oportunidades que me quedan son invisibles, etéreas; preferiría incluso que me dejaras hablarte al oído pero sueles estar tan ocupado que medirme con tus pensamientos no es una opción. No estoy ahí para evitar la vida, para darte todas las comodidades o vigilar tus acciones, más bien me gusta acompañarte sintiendo tu intención y asociándome a ella. ¿Cómo podría obligarte si hemos pactado para siempre que tengas el poder de la voluntad?. Sí, siempre vas a tener la última decisión, la voluntad es justamente la capacidad de, habiendo considerado las alternativas, elegir. Ahora, mis amigos más cercanos, ‘llaverías’ como dirían por ahí, son quienes han decidido considerar mi opinión cada vez que van a decidir. Ellos no siempre siguen mi sugerencia por supuesto y los entiendo, pero se van familiarizando hermosamente con mi deseo, mi planteamiento; entonces, cuando las lecciones se repiten o se parecen sencillamente terminan convenciéndose de la razón por la cual esa era su mejor opción. Así que si todavía esperas una disertación, que nos sentemos en tu sala a discutir de piernas cruzadas un tema en particular, lo que va a ocurrir es que te decepcionarás de mí. No asisto a esas invitaciones porque las palabras así puestas distraen a la razón, yo simplemente quiero que puedas ver mis opciones, su sustentación te queda de trabajo. Otra razón por la que disiento de las pruebas, de las comprobaciones, es que no estoy en la tarea de enseñar primordialmente con palabras, en los acontecimientos de la realidad las ratificaciones son más fáciles de instaurar y aceleran el aprendizaje.  Imagina que me preguntas qué carro comprar, tomas una revista y la abres al azar esperando ver con claridad cuál te conviene, pero no parece haber una respuesta efectiva; eso es porque yo prefiero esperar que vayas al concesionario, hagas la cotización y sientas en el pecho la fuerza de esa deuda para así saber con definitiva claridad cuál es el vehículo, el momento y la manera de adquirirlo.  Ahí, en la silla del lujoso auto que más te gusta, yo soy el sinsabor bajo la lengua que se sobrepone a la emoción en el pecho. Incluso a veces logro hacerte girar a ver la opción intermedia que te traerá más bienestar. Entonces viene la decisión, te mostré las opciones y te indiqué lo que te hace bien, tus opciones están claras y yo quedo satisfecho, eso sí tu satisfacción a veces es inmediata o a veces es duradera, de acuerdo a lo que mides que es mejor para ti. No soy un papá mandón, eso debe quedar claro, más bien soy un amigo de esos de toda confianza que dicen poco lo que quieres escuchar. De momento puedo incomodarte pero a la larga seré tu mejor amigo, estaré ahí para mostrarte la verdad y ayudarte a perseguirla, y tendré toda la paciencia que haga falta hasta que decidas avanzar”. 
Y ¿PARA QUÉ CREER?
"No sabes cuando alguien se encuentra en su momento íntimo conmigo. No sabes cómo alguien particularmente se conecta. Puede que sea cocinando, entreteniendo la mente con un juego simple, o caminando por el bosque. Cada quien tiene su modo personal, y este es el de Juan, ir a su terraza temprano en la noche para conversar. Es que su terraza le brinda una vista única de las estrellas, una incluso mejor para él que la del observatorio en el que trabaja.Le gusta más mirar al cielo desde su hogar porque ahí no estudia la física o la astronomía, ahí Juan me habla a mí. Y lo mejor es que yo le respondo. Él me escucha en sus sensaciones, en su suspirar, y en una claridad inesperada que alcanza cada vez que se dispone a sentir el eterno mundo en el que se encuentra.Cuando Juan recuerda las infinitas posibilidades entonces se enchufa a su verdad. Eso ya es un hábito, que siendo para él algo natural, para mí es un milagro. Sí, yo también me sorprendo, yo alcanzo la dicha cuando alguien logra encontrar su modo.Los modos cambian, son naturales, espontáneos. No funcionan los modos copiados a menos que los adaptes a tu sentir. Y Juan es genial para inventar sus maneras.Para algunos de quienes se dicen creyentes, inventar es un irrespeto. Para mí es una oportunidad maravillosa. Quien juega con su imaginación sobre mí o sobre el mundo espiritual, goza de infinitas posibilidades y eso lo sabemos aprovechar bastante bien.Cuando era pequeño, Juan me dejaba piedritas. Era un juego simbólico para él en el que se aseguraba de que yo lo persiguiera, «por si me pierde», decía. Claro que yo no necesitaba las piedras, que jamás pierdo a Juan, pero ese juego era una verdadera alegría para mí porque así Juan me tenía presente, confiaba, y hasta se sentía respaldado.Ahora que está casado, que tiene una familia, Juan sube a la terraza para mirarme en el infinito y decirme que está confundido. No usa las palabras, eso me gusta, solo me muestra su cara y me toca en el viento. En cuanto cierra los ojos y se entrega, siente la respuesta, que tampoco son palabras. Suelo decirle a Juan cosas como suéltalo, o cambia de actitud, o deja de insistir en tal cosa. Incluso a veces me permite insinuarle temas que no lo motivaron a subir, pero que son pertinentes, prioritarios. Una noche en particular, Juan vino para quejarse de su hijo pequeño, que estaba rebelde, y su profesora insinuaba algunas complacencias innecesarias en casa. Juan subió, como de costumbre, para recibir claridad, pero yo le di un giro a nuestro encuentro de esa noche, y le hice sentir cierto temor en la barriga.En vez de hablarle del niño, le hice caer en cuenta que su ansiedad estaba regresando, ahora en forma de cierta obsesión por el ejercicio. ¿Que cómo hice eso? Estando ahí parado, con la cabeza hacia atrás, tuvo tremendo calambre en la espalda.Él se ríe cuando pasan esas cosas, sabe bien que ese es nuestro momento, y hasta me mira como si lo hubiera pellizcado. Rápido Juan entendió mi cometido, y de paso admitió que su niño también estaba teniendo asomos de ansiedad que lo conducían a un comportamiento inquietante digno de atención.Esa noche nuestro encuentro duró poco, porque Juan bajó corriendo para aprovechar a su hijo antes de la hora del sueño.Eso me gusta de Juan, utiliza nuestras conversaciones para actuar. Él no corrió a arreglar el mundo del niño, fue a mirar, eso quise, que solo mirara. Ese día nació un hábito en el que se miran en el espejo del otro, a veces contemplan sus diferencias, a veces comparten fracasos como dos niños inocentes que son, aprendiendo del mundo que se mueve dentro de ellos.Ya la profe dejó de quejarse, bastó una mirada de Juan cuando dejó a su hijo a la siguiente mañana. La mirada de Juan decía: tranquila, estamos trabajando en eso, nos estamos implicando.Creas o no, te acompaño, te enseño, al menos trato, y si me dejas, te guío. Búscame a tu manera, si ya tienes una que crees que funciona, observa si allí me logras sentir. Entonces sabrás que quieres un poco más, y yo también.Nos vemos entonces en tu terraza, en tu ventana, en tu cama, en tu silla favorita, o en tus paseos, donde mejor te sientas dispuesto para mí".