LA VOLUNTAD DE LA MALETA

Creado el: 2019-04-22 04:59 am

Historias

En un pueblo muy lejano estaba María, devota a su cordura, decidida a viajar en busca de su destino. Ese pequeño hogar del que venía no la colmaba más. Los problemas eran los mismos y la gente también. Estaba convencida de que allí no había nada para ella. A la mañana siguiente estaría rumbo a lo desconocido, segura de que tendría las respuestas que estaba buscando.


Para despertar programó su reloj, pensó en las 6 pero decidió madrugar, entonces dijo 5:30. Cuando sonó el despertador postergó levantarse para creer que su criterio importaba y prolongó la cobija hacia sus cienes como demorando el abrazo de la despedida. Para las 6 María aún yacía entredormida, con un leve dolor en el pecho, temiendo dar ese paso que antes parecía tan prometedor.


Su madre preparó desayuno calientito. La maleta aún incompleta le mostraba a María que quizá no estaba lista para esa decisión. Se sentó y preguntó: “¿A dónde iré si amo este lugar?”. La maleta contestó: “A cualquier parte, así lo decidiste”. Entonces el dolor progresó al abdomen, era miedo sin duda alguna para el abdomen, era indigestión para la cabeza de María.


Hay decisiones que toma la barriga, sabia consejera en momentos de dudas, que dice con insinuaciones a dónde quiere ir o cuándo prefiere esperar.


María, suspicaz, dejó que el desayuno decidiera. Al contrario de empeorar su dolor fue justamente el olor, a desayuno y a mamá, lo que le hizo entender que aún no era el día de viajar por las respuestas, de hecho acababa de recibir una que le daría la tranquilidad de entender que no todos los pensamientos están de acuerdo con el vientre, incubador de magras verdades.


Allí radica la diferencia entre parecer y voluntad. Le parecía a María que ya era hora de partir, ahora esperará a que la voluntad construya una decisión más basada en la sensatez que en la desesperación por una respuesta.

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Olga Castaño

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Comentarios (4)

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Diana
Gracias que dictado tan bonito, yo al igual que maría siento muchas cosas en mi estomago, pero a diferencia de ella no le escucho, me confundo me asusta un poco esas sensaciones y finalmente pasa que no estoy segura de mis decisiones.

2021-07-22 08:19 am

Olga Castaño
“Dianita, aprovecha al máximo tu capacidad de comprender el tiempo, los tiempos son misteriosos, no trates de obligar las cosas. Aprovecha el ahora, por ejemplo acostúmbrate a decir: ahora no, ahora sí, ahora no sé, etc. Verás la libertad de aprendes a conseguir “.

2021-07-23 08:23 am

Juan Gabriel
Gracias Olga. Se me hace que estoy forzando las respuestas. Ya hablará la voluntad. Otra vez gracias!

2021-11-02 04:05 pm

Olga Castaño
Es un placer, otra vez tu honestidad dando frutos 😊

2021-11-03 06:43 am

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EL RÍGIDO ESTRAFALARIO
“Tengo un amigo al que me he acostumbrado a llamar estrafalario. Mi amigo estrafalario lo es porque adora ir a los rincones de su pensamiento a buscar opciones extremas, llamativas, algo encendidas en emociones diversas, para intentar resolver los asuntos de su vida. No lo juzgo ni en un solo momento, solo lo llamo así para tratar de mostrarle que puede quedarse en su centro y encontrar alternativas mucho más acordes con lo que él es en su propia verdad. Les contaré sobre sus andanzas y ya verán ustedes mismos que tanto podrían llamarse estrafalarios. Ayer mi amigo caminaba por un andén de la ciudad, iba agitado en la primera hora de la mañana, cuando la gente apenas comienza a ocupar las calles, de manera que no notó haberse parado justamente sobre la deposición de un habitante de la calle canino. Fue su afinado olfato, alentado por el viento al cruzar la esquina, el que comenzó a percatarse del acontecimiento, para mi amigo en verdad una hecatombe. Se detuvo, sonrojado, hasta mirar con el mayor disimulo las suelas de sus finos zapatos importados. Ahí estaba la evidencia color naranja brillante. Sumergido por medio de sus ojos en ella pensó de inmediato que estaba sucio todo él, y que debía volver a darse un baño, estaba alarmado, ya estaba cerca la primera cita del día. Colapsó. Hace un mes lo vi tratando de poner su vehículo en el parqueadero que ha designado favorito de su centro comercial de costumbre. El lugar estaba ocupado, así que dio algunas vueltas por las vías internas asumiendo que solo era cuestión de unos minutos, cada vez que lo encontraba ocupado por la misma camioneta sus nervios se hacían redes eléctricas en corto circuito. Había desarrollado serias teorías sobre porqué su carro debía estar allí, las conveniencias y hasta los riesgos elevados que corría su nave si la dejaba en algún otro terrible espacio disponible. Ese día sí aproveché una canción que sonó en su lista para sugerirle que se lo tomara con calma, que se hiciera feliz encontrando un nuevo lugar ideal. Así fue, fatigado decidió ir a un rincón que le pareció blindado, donde podía esconder su frustración, y se fue convencido de haberse quedado él mismo en esa cueva superando la terrible injusticia. Mi amigo el estrafalario sabe de qué le hablo, se ha llenado de mañas, de atavíos innecesarios para sentirse cómodo. Y yo lo quiero invitar a empezar a disfrutar la incomodidad. Por eso ayer conoció a Martina, una joven del trabajo. Esa rubia delicada deja todo por ahí, y colma el paisaje obligado de mi amigo con toda suerte de objetos que él hasta ahora no sabía que podían habitar una oficina. Martina llegó para mostrarle lo lejos que ha llegado en sus dramas, lo mal que se ha acostumbrado a crear su propio mundo de márgenes y estilos, solo que aún no lo sabe. Cuando encuentres a un estrafalario, o te encuentres a ti siéndolo, por favor recuerda que naturalmente las personas crean un mundo en su cabeza, un orden propio, una mirada de la vida para generarse comodidad. Hay un movimiento entonces de todo ese mundo cuando algo que se ha estructurado con alguna rigidez se ve amenazado. La gente flexible en sus mundos internos sufre poco, la gente estrafalaria que construye castillos se queda fácilmente encerrada en ellos tratando de forzar una realidad interna al margen de los acontecimientos externos. No pierdas la llave de tu castillo, o mejor no tengas puertas, refresca los ambientes que construyes en tu mente, enséñate nuevos hábitos de comodidad. Cuando te veas en una situación sin salida, agobiado, molesto, encerrado, abre las puertas y mira ahí afuera. No muy lejos está la respuesta, el respaldo, el siguiente paso. Mejor dicho, crea tu mundo fabuloso, pero por favor acostumbra mirar por las ventanas con frecuencia rigurosa, visita otros castillos de vez en cuando solo para alentar la creatividad, y somete a limpieza constante ese mundo que alientas sobre ti mismo. Que el aire y la luz no solo embellezcan sino que revelen algunos rincones oscuros donde la vida espera brotar. No quiero que tengas un mundo propio del que no estés orgulloso, y para ello hará falta reconocerse, usar espejos, miradas, alarmas de ideas. Si te encuentras estrafalario te estás diciendo la verdad, a todos les digo que lo son, por eso hoy les hablo de ello. Los veo difusos entre mundos creados a su amaño, justamente enmarañando la vida que quiere brotar. Permitan que sus posibilidades no tengan techo, que la incontenible fuerza creadora se mueva cómoda por sus espacios internos, que su ser a veces estrafalario quiera transformarse en personajes impensados que siempre es posible llegar a ser.  Lamento verlos tan rígidos, por eso este dictado”.
MI MARIDO ES UN BRUTO
“Esta mujer inteligente de quien les voy a contar se casó enamorada, ilusionada por un compañero que la complementaba maravillosamente. Llevan ya muchos años juntos, han sido años hermosos, con altibajos por supuesto pero marcados por una camaradería personal singular. La cosa es que el esposo ha cambiado, o al menos ha dejado ver mejor su lado menos emprendedor, su lado apático y disuasivo. Las comodidades que la vida ha traído han hecho que él ya no esté en pie de lucha y que más bien se refugie en la determinación de ella que no cesa ni con los años. Mientras ella estudia y sigue aprendiendo de la vida él se viene acostumbrando a excusarse, a evadir incluso las responsabilidades más personales, y como si fuera poco al parecer la inteligencia del cabellero se encuentra en declive. Sí, ella nota que no recuerda cosas importantes, que sus cálculos o análisis no son los de antes, que aquello que él resolvía con maestría ha comenzado a ser su responsabilidad. A su sorpresa el amor de su vida se está haciendo tonto, y la verdad es que se encuentra bastante molesta, justo porque ella se siente creciendo, aprendiendo cosas fabulosas, progresando. Resulta que mi amiga se encuentra en una tarea que me gustaría llamar en este momento aprendizaje adverso, si ella de verdad se siente progresando pues quiero ponerla a prueba. No es que el señor esté cayendo en un deterioro cognitivo, o que ella ahora sea intolerante y despiadada, es que quiero enseñarle a entender a quien no aprende. El esposo, que se siente cómodo, ha dejado de aprender. Quiere descansar, verse satisfecho y con sus metas alcanzadas. Ella por su parte es una inconforme buscadora que prefiere desacomodar ella misma las cosas antes que sentirse pasiva o sin progresos. En ese sentido los dos esposos son contrarios. Para ella progresar es seguir transformando cosas, para él el progreso está representado más bien en molestias mínimas o nulas y placer sin esfuerzo. ¿Quién tiene la razón?, ninguno en particular, son dos enfoques, dos modos de vida igual de auténticos: no causar problemas, o causarlos para progresar.  ¿Qué si yo prefiero alguno de los dos?, pues claro, tengo más que hacer por quienes aprenden y se retan, pero ello no quiere decir que la gente que evita los conflictos o los cambios no tiene también exigencias profundas que no los dejan estar conformes. En cualquiera de los casos los dos habrán de aprender, si aprenden como ella van a ir un paso adelante, y eso a veces es desgaste; si aprenden como él esperarán sentados sobre una piedra a que el camino se forje y habrán desperdiciado la vida que ocurre al forjar por la propia mano. Se los dije, dos estilos, dos modos de enfrentar la vida.  Lo delicado aquí es que ella viene viviendo tan desconectada de su compañero que se siente vacía, sola, y hasta humillada. Les voy a contar mi solución, ella solo tiene que entender, incluso lo que él no puede entender, verlo como un individuo con su propia manera de vivir. Se ha engañado amándolo como un igual y eso ahora evidentemente se derrumba.  Cuidado, se derrumba lo de ser iguales, no el amor. El amor en la gente que ya se ha hecho familia va más allá de los caminos individuales, ella debe recordar que no se casó con una propiedad intelectual, y plantearse una nueva idea de su pareja a partir de lo que él quiere ser ahora. Si mi amiga deja de asumir las carencias de su esposo va a sentir un gran alivio, también le he recomendado que se siente a vivirse ella misma, tiene esta idea de que todo es en pareja y la verdad es que mucho de la madurez que ya van enfrentando corresponde más a la intimidad personal, y ella, estoy seguro, puede respetar eso. Una distancia, una sana, entre las responsabilidades compartidas y las netamente personales le hará bien. Si su compañero descuida su salud o sus finanzas ella solo puede encargarse de la parte en la que él la deje participar, finalmente son de su propiedad, y creo que ese pedacito aún le cuesta verlo. Eso sí, les contaré una infidencia, a las mujeres les es más sencillo seguir aprendiendo, ser luchadoras, a los hombres la vida se les hace excesivamente simple y les cuesta ver más allá. No digo que siempre, no digo todos, lo que digo es sobre su naturaleza y su verdad, que seguro se encuentra en una verdadera transformación. Pero querida, si te tocó un hombre de esos que apenas inicia el camino trascendente solo te queda tener paciencia, comprensión, y llevar tus aprendizajes al siguiente nivel, al respeto por quien no aprende y no quiere aprender. Decides amarlo, respeta eso, solo no esperes que él vuelva a ser otro tú, eso ocurrió para la etapa del enamoramiento, ahora que son una familia solo queda respetar su individualidad. Hazte feliz mejor de tus riquezas y deja de llorar sobre sus pobrezas, sé la luz ahora que tú brillas mas”.
ESTAMOS EN PARO
“Les voy a contar hoy un poco sobre nuestra intimidad, la que vivimos esta niña escribiente y yo. Resulta que ella hace un trabajo doble, el de llevarnos a ustedes y el de recibirnos en ella. No solo me refiero a que hace su trabajo personal como ustedes sino que ella tiene un nivel de exigencia que a veces no alcanza a dimensionar.  Eso está pasando desde el pasado fin de año, la tenemos en cuarentena si se puede decir, y aunque muchas cosas sigan funcionando con cierta normalidad en esencia la tenemos en revolución.  ¿Qué es eso?, pues que queremos darle un cambio extremo, un giro al enfoque de ella con ella misma y su trabajo, queremos incluso que establezca nuevos hábitos, y para eso necesita tiempo. Vinimos a contarles eso no solo para explicar esta ausencia prolongada sino además para que ustedes sean un apoyo, aliados de estos tiempos de cambio. La manera como mejor me gustaría que nos apoyaran es mantener ustedes mismos el hilo fuerte y a la vez delicado que han ido estableciendo con nosotros a través de los dictados, que puedan conservar esta presencia en ustedes aunque no haya nuevas palabras por un tiempo o que ella no se pronuncie para recordarles nuestra existencia. De hecho nuestra ambición constante es que ustedes mismos logren establecer y conservar un vínculo directo con nosotros. Que ella, mi secretaria, no desaparezca, pero que cada vez la necesiten menos para hacer la conexión y más para fortalecerla, eso sería maravilloso. Aún así su trabajo es amplio y la verán aparecer en sus vidas de distintas maneras, incluso en los sueños. Entonces ayúdennos, honren el vínculo que ya se ha ido construyendo entre ustedes y nosotros y cuídenlo, aliméntenlo con sus rutinas y rituales, denle vida por favor. Y si la necesitan para algo no duden en hablarle, a pesar de no estar escribiendo en el blog sigue activa en todo lo que es más personal. Gracias amigos por estar aquí, a través de ustedes se está construyendo algo más allá de las estrellas, en cada uno de ustedes, y son parte de mí”.
PASADO PESADO
Alina espera el tren, en verdad está escondida pero se dice que cuando el silbato suene va a enderezarse de inmediato. Esa maleta de toda la vida la hace dudar del viaje, ella le pide que se anime pero la maleta no coopera, solo se queda cuadrada, inmóvil, enraizada.  Piensa y repiensa sin progresos, aún no se decide a dejar atrás tanto valor; mientras flota en sus pensamientos se escucha a lo lejos la locomotora rozando los rieles, ha llegado la hora y si no se detiene de dudar va a perder su única opción de viajar hoy. Apoyada en la maleta se levanta para darse cuenta que las correas están atoradas en las raíces espinosas del viejo árbol donde se escondían las dos. Ahí está el motivo de sus dudas, la joven se da cuenta que no logra dejar sus recuerdos, no quiere ir al futuro sin su hermoso pasado pero el pasado es justamente lo que no la está dejando partir hacia el futuro. ¿Cómo podría Alina perder sus recuerdos cuando los tiene tan presentes? (¿Tienes un consejo para Alina?) Asomada en el umbral intenta revisar con el rabo del ojo la pausa del tren, en la primera ventana que ubica, sin esperarlo, se encuentra su amor de la primaria, viaja allí su viejo amigo, solo y sonriente agitando la mano para saludarla. Alina se debate sin saberlo entre un recuerdo vivo que espera en el tren y los recuerdos aferrados que hicieron raíces en el refugio del árbol. Debe tomar una decisión, ya el maquinista anuncia la partida; hay que saber que este viaje no se hará mañana, si Alina decide regresar a casa con sus recuerdos su esperanza no va a ser intentarlo otra vez sino rendirse para recuperar los recuerdos y adornar los anaqueles con meticulosidad. Fría como nunca antes se vió Alina enfrenta el hecho de abandonar la maleta, a duras penas podrá viajar con su bolsita de mano, documentos y algo de dinero. Corre temblando de afán, no tanto por la prisa de alcanzar el tren sino por la rapidez con la que se observa abandonando su pasado; no sabe si hace lo correcto pero correr es lo único que siente por hacer. Una vez aborda la chica logra distinguir a otros conocidos, gente agradable que viaja en ánimo jocoso, preparados para disfrutar el solo hecho de viajar. No es que se sienta muy cómoda pero Alina quiere dejarse llevar así que se sienta con el grupo mientras a lo lejos se queda la maleta meneándose antes de caer sobre la tierra húmeda. Ya no sabe nuestra viajera si en verdad está dejando su pasado representado en la maleta o más bien está encontrando a su pasado moviéndose a ritmo de viaje para mostrarle su verdadero presente. Las historias tienen magia precisamente por encontrar el momento exacto donde pueden cobrar vida, ellas viajan al futuro capaces de transformarnos si es lo que hace falta. A cambio congelamos los recuerdos en busca de las emociones que causaron en otrora creyendo que logramos protegernos, guardar esa felicidad, tener buenas razones. Échale una mirada a tu maleta, cuánto de ella aún vive y cuánto merece seguir guardado, te sorprenderás de la diferencia encantadora que existe entre los acontecimientos originales y lo que en verdad representan los objetos que tanto cuidas, las memorias que tanto alimentas.Imagínate sacando del pasado hechos cruciales, viejos acontecimientos que marcaron tu vida, ahora dispuesto a que signifiquen otra cosa o se pierdan poco a poco en el olvido. Alina lo logró, su arrojo está de viaje pero sus cargas no; ya decidida a perder algunas memorias le permite de corazón a la maleta que se desvalije, puede ver en las sombras a sus recuerdos volar y transformarse, y a la maleta despojadarse de reservas para convertirse en la guarida temporal de un astuto ratón.
LAS PRUEBAS QUE ME PIDES
“Ahí estás pidiéndome pruebas, conozco esa mirada de insatisfacción cuando crees que no estoy ayudando. Vamos a aclarar una cosa, a veces te ayudo y solo no te das cuenta como. Acaricio tu cabello en las noches estrelladas, dejo sensaciones en la almohada o el sillón y froto tus platos con mieles de amor. También acostumbro limpiar esos zapatos con confianza y gozo de un talento especial para hacerte sentir la prenda que te abraza mejor.  No creas que no estoy cuando no me puedes sentir con claridad, ahí estoy al lado de tu confusión esperando una oportunidad para apagar el fuego y ayudarte a regresar. Es que si no me ayudas las oportunidades que me quedan son invisibles, etéreas; preferiría incluso que me dejaras hablarte al oído pero sueles estar tan ocupado que medirme con tus pensamientos no es una opción. No estoy ahí para evitar la vida, para darte todas las comodidades o vigilar tus acciones, más bien me gusta acompañarte sintiendo tu intención y asociándome a ella. ¿Cómo podría obligarte si hemos pactado para siempre que tengas el poder de la voluntad?. Sí, siempre vas a tener la última decisión, la voluntad es justamente la capacidad de, habiendo considerado las alternativas, elegir. Ahora, mis amigos más cercanos, ‘llaverías’ como dirían por ahí, son quienes han decidido considerar mi opinión cada vez que van a decidir. Ellos no siempre siguen mi sugerencia por supuesto y los entiendo, pero se van familiarizando hermosamente con mi deseo, mi planteamiento; entonces, cuando las lecciones se repiten o se parecen sencillamente terminan convenciéndose de la razón por la cual esa era su mejor opción. Así que si todavía esperas una disertación, que nos sentemos en tu sala a discutir de piernas cruzadas un tema en particular, lo que va a ocurrir es que te decepcionarás de mí. No asisto a esas invitaciones porque las palabras así puestas distraen a la razón, yo simplemente quiero que puedas ver mis opciones, su sustentación te queda de trabajo. Otra razón por la que disiento de las pruebas, de las comprobaciones, es que no estoy en la tarea de enseñar primordialmente con palabras, en los acontecimientos de la realidad las ratificaciones son más fáciles de instaurar y aceleran el aprendizaje.  Imagina que me preguntas qué carro comprar, tomas una revista y la abres al azar esperando ver con claridad cuál te conviene, pero no parece haber una respuesta efectiva; eso es porque yo prefiero esperar que vayas al concesionario, hagas la cotización y sientas en el pecho la fuerza de esa deuda para así saber con definitiva claridad cuál es el vehículo, el momento y la manera de adquirirlo.  Ahí, en la silla del lujoso auto que más te gusta, yo soy el sinsabor bajo la lengua que se sobrepone a la emoción en el pecho. Incluso a veces logro hacerte girar a ver la opción intermedia que te traerá más bienestar. Entonces viene la decisión, te mostré las opciones y te indiqué lo que te hace bien, tus opciones están claras y yo quedo satisfecho, eso sí tu satisfacción a veces es inmediata o a veces es duradera, de acuerdo a lo que mides que es mejor para ti. No soy un papá mandón, eso debe quedar claro, más bien soy un amigo de esos de toda confianza que dicen poco lo que quieres escuchar. De momento puedo incomodarte pero a la larga seré tu mejor amigo, estaré ahí para mostrarte la verdad y ayudarte a perseguirla, y tendré toda la paciencia que haga falta hasta que decidas avanzar”.