EL CADÁVER DE LA FLOR

Creado el: 2021-03-13 08:32 am

Historias

Sentada frente a la mesita de la sala Elena se preparaba para estudiar. Hacía tiempo quería aprender a conjurar la magia discreta y al fin encontró un maestro, un hombre de cien años en el corazón que ha comenzado a escribirle cartas de instrucciones en las que sin reparo le enseña artilugios de la más fina procedencia.

 

Lleva un tiempo leyéndolas, esperando pasos de acción que hasta ahora no se han presentado; su propósito de ponerse al nivel de la gente mágica que ha estado observando viene corriéndose como ella en el sillón cada vez que no logra descifrar el verdadero sentido de las frases.

 

Ordenando poco antes supo que la esperaba una nueva carta en el correo, en cuanto pudo pausarse corrió al sillón para enfrentarla, tomó aire para comenzar y leyó:

 

Señorita Elena, viene practicando debidamente el arte de pensar distinto, por lo que desde ahora deseo presentarle un avance significativo a sus ojos pero simple al corazón, es hora de intervenir la realidad”.

 

No acababa Elena de leer el primer párrafo cuando sintió asfixiarse por los latidos de su corazón, de inmediato comenzó a imaginarse milagros para dejar de cocinar, para aliviar el asma de papá, para librar de la pobreza a sus amigos más queridos.

 

Como si supiera que eso pasaría su guía de cien continuó diciendo:

 

Cuando el corazón se encuentra preparado basta desear, desde la pureza de los deseos diáfanos la realidad se corresponde con el sentir y se mueven juntos al unísono. Esto significa que hay que comenzar por aprender a desear, desea entonces hoy la muerte de una flor”.

 

Su asfixia se convirtió en apnea, en un lapso sin tiempo Elena notó que se trataba de un mundo desconocido, seguramente para comenzar nada que ver con sus ambiciones iniciales, pensó. Como el maestro sabe que muchos se quedan ahí, donde la frustración supera a la comprensión, la alentó a continuación explicándole que después de aprender a desear iba a darse cuenta de sus verdaderos anhelos e incluso iba a poder ayudar.

 

Los pensamientos de Elena merecieron una buena taza caliente, se paró a la cocina y mientras caminaba simplemente apareció en su mente el recuerdo de como siendo niña solía conspirar en sus juegos de te. Junto a su hermana más pequeña se acostaba en el suelo del patio a pensar lo que sería la mañana siguiente en la escuela, y palabras más palabras menos sucedía, al parecer en ese entonces se cumplía su deseo del corazón.

 

Parada frente a la hornilla, mientras su mirada perdida suponía como el agua ganaba calor, comprendió que ya tiene ese poder de desear del que habla el maestro. Claro que no sabría aplicarlo a sus ilusiones de adulta, ni siquiera sabría explicar lo que hacía de niña si alguien se lo preguntaba, pero saberse poseedora de un súper poder escondido bastó para cambiar los males respiratorios por suspiros de ilusión.

 

De regreso a la mesa le faltaron las piernas para sentarse y los dedos para descargar la taza, todos ellos se quedaron apretados terminando de leer la carta en un instante, como si fuera ajena y tuvieran que aprovechar el minuto que su dueño la dejaba al descubierto. Con la última palabra vino un nuevo suspiro esta vez acompañado de un nudo en la garganta, entre dulce por el amor de la esperanza y salado por su grandeza profunda.

 

Ve a la calle, camina, persigue las flores silvestres y elige una para desear su muerte, visítala, grábala en tu mente hasta sentir que llegó su hora y ve a verla el día en que la muerte le corresponda. Todo para que entiendas que si deseas lo que es natural, verdadero, propio de la vida, sabrás aprender a desear lo que de verdad a ella pertenece. Diferenciarás fácilmente el anhelo infundado del progreso de las cosas, dejarás que tu papá cuide su aire como la planta busca el sol para la flor, aprenderás a estimular a tus amigos hacia el progreso conseguido por las propias manos y entrarás en armonía con enseñar el poder en vez de regalarlo. Todo eso porque tú eres luz para guiar no panela para alimentar, a quien corresponde la tarea de ser panela también le llega su explicación”.


Elena solo pudo respirar, que digo, al fin pudo respirar. Quedó atónita, embalsamada, flotaba en el mundo de la fantasía con el deje que ella necesita para que funcione bien. Se distrajo limpiando para ir a dormir, sin ni siquiera pensar en lo que había leído, más bien dibujándolo, suspirándolo. Esa noche como pocas durmió plácida, embelesada.


Al día siguiente, como de costumbre tras levantarse, Elena asomó la cara entre las cortinas para apreciar el día, mientras miraba al horizonte algo resplandeció con amarillos vivos bajo sus ojos, era el cadáver de una flor de salvia en el regazo de la ventana mostrándole lo fácil que es hacer las tareas cuando se corresponden con la magia más sincera.

 

 

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Olga Castaño

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Comentarios (11)

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Juan Gabriel
Desear escuchar... Siento eso como otra clave para que ocurra la magia. Cuando escucho con gusto noto un cambio en mi percepción. La magia tocando la puerta.

2021-03-13 11:56 am

Olga Castaño
Ahora mismo siento que darle tiempo a la magia puede ser una clave, ayúdenme a identificar otras claves queridos aprendices.

2021-03-13 11:56 am

Alexandra
Un dictado lleno de mensajes, conectarse de corazón con el me ayuda a comprender alguna situación por la que estoy pasando.. muy mágico sentir que cada vez que se lee se descubre algo nuevo ...que bonita la magia del cielo ,cada vez me enamoro más de ella ...

2021-03-13 11:56 am

Olga Castaño
Entonces querida hiciste magia con tu lectura.

2021-03-16 11:56 am

Elisa María
Gracias Hada Mayor por los dictado que vienen del cielo. Hay flores que quieren morir y aveces nos resistimos a dejarlas ir, así el camino se vuelve más largo. Sin embargo hay una luz y ahora entiendo que no solo es de esperanza, son los deseos que vienen del corazón y que se alinean con la bondad.

2021-03-13 11:56 am

Olga Castaño
¡Hadita que dicha tenerte por aquí! Sí, muchas flores de nuestra vida se quieren morir, me encanta lo de alinearse con la bondad, incluso aquella más allá de nuestros ojos.

2021-03-13 11:56 am

Angélica Idárraga
Leyendo este hermoso dictado, encuentro que para que la magia suceda basta con los anhelos puros del corazón, esos que tenía Elena y todos nosotros cuando somos niños, en donde vemos la vida con inocencia y profundo amor.

2021-03-15 11:56 am

Carol
Que lindo dictado... en fábula nos muestra que si estamos atentos nuestros deseos se alínean con la perfección de la vida y viceversa... la vida se alínea con la perfección de nuestros deseos!! (así lo entiendo) es un gran reto pero podemos empezar por pasitos de bebé... como todo :)

2021-03-19 11:56 am

Olga Castaño
Me gusta lo de pasitos de bebé, lo sencillo puede sonar fácil pero desaprender es un gran reto para la inteligencia del adulto, así que hay que ir encontrando nuestras propias maneras poco a poco.

2021-03-19 11:56 am

Maria Victoria
LA MAGIA MÁS SINCERA Hermoso

2021-05-05 06:51 am

Olga Castaño
Gracias Victoria 🌷

2021-05-05 07:02 am

Nuevo comentario
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“La vida te ha puesto una tarea, si no la ves es posiblemente porque has decidido que es otra, es decir, la vida y tú no están de acuerdo en qué es lo que has venido a hacer. En ese caso te recomiendo definitivamente que concertes, que te des cuenta de lo que la vida pretende para ti, así te ahorrarás frustraciones y sufrimiento, además podrás regalarte la dicha de estar sintonizado con la tarea que sí te corresponde. Claro que produce enojo verse en una tarea no deseada, y ver a la vez que lo que más deseas no es tan importante a los ojos de la realidad. Bueno, este es el precio que se paga si decides encontrar tu tarea y sintonizarte con ella, habrás de renunciar a los anhelos más apremiantes, pero lograrás a la larga una vida de compenetración y plenitud. Así que anímate, en verdad te conviene estar de acuerdo con la vida. La tarea amigos tiene que ver normalmente con un aprendizaje esencial. Les contaré la historia de mi amiga Maria, ella sueña desde niña con un príncipe azul, una casa fantástica y una vida de princesa. No es Disney el culpable, tranquilos, es la vida de carencias que experimentó en un rincón olvidado de su país, la ausencia de un padre, y el amor mezclado con desamor que suele dejar el anhelo de una vida plena. Maria creció, y de cierto modo halló a su príncipe azul. Ahora tiene una familia hermosa y vive en lo que para muchos es una mansión de hoy en día. ¿Por qué será entonces que mi amiga no puede sentirse como una princesa?. Resultó que la vida tiene planeado para ella venir a aprender sobre plenitud. Eso ella no tendría porqué saberlo, pero teniendo en cuenta lo que ha vivido ya tendría que estar empezando a comprenderlo. Es que puedes entender cosas que no sabes. Puedes por ejemplo entender que no te corresponden los lujos irracionales, aunque no lo sepas de manera explícita y en ocasiones sigas soñando con ellos. Tampoco sabes de manera explícita sobre tu futuro, pero entiendes de a pocos que tu plenitud no puede venir de caprichos adolescentes o de antojos de momento; vas entendiendo incluso eso que a ti en particular te colma, y al final lo respetas. Volviendo a Maria debo decir que ella sí es feliz, pero no alcanza aún a sintonizarse con la tarea que la vida tiene para ella. Sigue buscando eso sí, se esfuerza incluso por aprender, pero sigue tan aferrada a sus sueños de niña que se quedó entendiendo que la dicha era vivir solo en gozo, sin tareas profundas. Tal vez decidió sin querer que teniendo una casa grande, un amor verdadero y comodidades no habría porqué sentir que la lucha continuaría. Resultó entonces que a mi amiga Maria le dije un día, con mucha claridad, que quería que ella aprendiera a ser plena por encima de los retos, no en ausencia de ellos. Por supuesto que se molestó, se indignó de hecho. Considero que era demasiado lo que ya había vivido de niña como para tener que prescindir de su anhelada fantasía y no poderla disfrutar sin tareas incómodas. ¿Quieren saber cómo le dije que la quería plena?. Le entregué una limitación. Ya ha pasado algún tiempo, ya su molestia se ha calmado un poco. Hay limitaciones que son para enseñar humildad, otras para enseñar perseverancia, y así; la de ella es tan precisa que solo piensa en volver a sentirse plena, tanto que ha implementado medidas exitosas que ya empiezan a darle la sensación deseada, eso gracias a que al fin va logrando aceptar que esa limitación viene a cumplir una labor definitiva. No obtengas amigo la tarea de esta vida de tus placeres o empatías. Sácala por favor de lo evidente, de las luchas que vienes enfrentando, o de ese defecto tuyo incómodo o difícil de aceptar. Si bien suelen buscar la tarea en lo que hacen por otros tengo que decirles que no comienza allí, que viven para conseguir algo para sí mismos, y tal vez, algunos de ustedes, tengan el deber de compartirlo, pero por supuesto dar no es el principio, el principio es ser. Si quieres saber de manera explícita tu tarea busca en el mapa de tus historias cuál es la constante. Identifica la lucha, el aprendizaje esencial, el aspecto en la que la vida suele ponerte topes. Respira esa molestia que aparece cuando descubres que lo que más te molesta es lo que estás aprendiendo; es el humor de la vida, gozar con las emociones. Y si no logras verlo pregúntame, aquí estoy para contarte, si es el momento, a qué has venido”.Posdata 1: “Busca en el capricho. Muchas de ustedes deben buscar allí para empezar. Lo pueden ver en su mirada de la realidad, en su deseo de vidas perfectas o de molestias nulas o escasas. A cambio de querer verse poderosas quieren verse cómodas. Estoy seguro de que allí encontrarán las primeras pistas 🌟”Posdata 2: “No quiero decirles que no tienen la razón cuando pueden decir la verdad, pero hay poco de verdad en asegurar algo que aún no admiten por completo, que no les pertenece en lo profundo, que no pueden ejecutar. La tarea, su aprendizaje severo, puede ser algo fácil de pronunciar, pero tardarán en asimilarlo, pues justamente se trata de la tarea de sus vidas” 
LA VOLUNTAD DE LA MALETA
En un pueblo muy lejano estaba María, devota a su cordura, decidida a viajar en busca de su destino. Ese pequeño hogar del que venía no la colmaba más. Los problemas eran los mismos y la gente también. Estaba convencida de que allí no había nada para ella. A la mañana siguiente estaría rumbo a lo desconocido, segura de que tendría las respuestas que estaba buscando.Para despertar programó su reloj, pensó en las 6 pero decidió madrugar, entonces dijo 5:30. Cuando sonó el despertador postergó levantarse para creer que su criterio importaba y prolongó la cobija hacia sus cienes como demorando el abrazo de la despedida. Para las 6 María aún yacía entredormida, con un leve dolor en el pecho, temiendo dar ese paso que antes parecía tan prometedor.Su madre preparó desayuno calientito. La maleta aún incompleta le mostraba a María que quizá no estaba lista para esa decisión. Se sentó y preguntó: “¿A dónde iré si amo este lugar?”. La maleta contestó: “A cualquier parte, así lo decidiste”. Entonces el dolor progresó al abdomen, era miedo sin duda alguna para el abdomen, era indigestión para la cabeza de María.Hay decisiones que toma la barriga, sabia consejera en momentos de dudas, que dice con insinuaciones a dónde quiere ir o cuándo prefiere esperar.María, suspicaz, dejó que el desayuno decidiera. Al contrario de empeorar su dolor fue justamente el olor, a desayuno y a mamá, lo que le hizo entender que aún no era el día de viajar por las respuestas, de hecho acababa de recibir una que le daría la tranquilidad de entender que no todos los pensamientos están de acuerdo con el vientre, incubador de magras verdades.Allí radica la diferencia entre parecer y voluntad. Le parecía a María que ya era hora de partir, ahora esperará a que la voluntad construya una decisión más basada en la sensatez que en la desesperación por una respuesta.
EXPLICACIONES PARA ANA, LOS MENSAJES INVISIBLES
“Llevaba ya varias semanas dejándole a Ana la sensación de llamado, esa inquietud que a veces han sentido de tener algo por saber, una meta que emprender, un asunto que tratar. Colocaba mensajes escondidos por ahí, de manera que cuando ella los lograba sentir avanzábamos un poco más en abrir su corazón; cada pista era como una gota que iba retando la sed de atención (no la atención que yo esperaba, la que ella necesitaba de sí misma).Así que habiéndose juntado las suficientes gotas se acercaba el momento de beber la cucharada de verdad que ya estaba siendo necesaria. Nos reunimos entonces, tomamos café, y de a pocos ella bebió una verdad para la que al fin estaba lista.Lo primero cuando nos vimos fue escuchar, dejar que mientras Ana contaba su situación, sus postulados, trazara también el lenguaje por medio del cual se abriría a entender. Es un arte ayudar a la gente a entender sus caminos, no digo que siempre triunfamos, la verdad es que no puedo ser el camino o las ideas en sus mentes, ni pretendo tomar decisiones por ustedes. Mi presencia, espero, está ahí para ayudarles a entender, a ver; es así como ustedes mismos harán los cambios necesarios, tomarán sus propias decisiones, serán los dueños de sus vidas.Conversamos complacidos, esa mañana calurosa dibujamos hallazgos hermosos sin ningún afán por conclusiones escritas en piedra. Para ayudarla yo solo hice un par de advertencias, suficientes para que Ana se conectara al modo como mejor podría ver más allá, en ese preciso momento y de acuerdo a la justa verdad por venir. Hablamos de su conflicto conmigo, el conflicto esencial que todos tienen en algún momento cuando no entienden lo que la vida les propone.Dadas las interpretaciones que Ana venía haciendo de sus retos se sentía atormentada, y me estaba culpando por ello. Tal vez amigos me han culpado de las dificultades en sus vidas, o de la escacez de beneficios. Como Ana, me miran en algún momento suponiendo que estoy a cargo de hacerles la vida fácil incluso contra su propia voluntad o actitud; quiero que quede claro, estoy detrás de ustedes a la hora de caminar, no delante, los apoyo, los sigo en el derecho inalienable que tienen de decidir, pero no los llevo como a un bebé dando sus primeros pasos agarrado con todas sus fuerzas de quien lo guía. Vinieron a crecer, a caminar por sus propios medios, a ejercer su poderosa voluntad; eso justamente fue lo que decidieron. En el caso en que deseen que se haga lo que yo deseo tendrán que dejar de caminar a su manera para girar, sentarnos un rato frente a frente y así poder enseñarles lo que espera.Aquel día en el jardín hicimos eso ahí sentados, Ana me escuchó. Teníamos para su sorpresa muchos más acuerdos de los que ella esperaba, pero los modos en los que quería forzar las cosas estaban un tanto erráticos. Entramos en detalles, vimos juntos cómo sin querer ella estaba alejando justo lo que deseaba, sin palabras entendió que no puedo hacerme responsable de su actitud si esa es su voluntad.Anita, no pretendo dártelo todo, no me lo pidas más, estoy contigo para mucho más que complacerte, no me dejo guiar por ti porque eso haría que nos equivoquemos juntos, entre los dos yo debo estar firme, no ceder ante tus pedidos desesperados, y más bien esperar a que estés dispuesta a seguir descubriendo cómo es que tú misma eres el problema que se interpone a tus objetivos. Si quieres amor debes dar amor, si quieres fortuna debes administrar la que ya tienes apropiadamente, si esperas milagros debes ser primero tú el mejor milagro de tus manos.Para mí, lo mejor de ese día es que además entendió que no necesita convertir su conflicto conmigo en el tema principal. Ustedes suelen pelearse con la vida cuando no logran encontrar sentido en lo que ocurre, una vez entienden volvemos a ser aliados en este arte siempre creciente de vivir.Si están aquí guiados por su voluntad recuerden por favor que puedo acompañarlos solo hasta donde lo permiten, y aún así estaré dejándoles mensajes ocultos cuando su voluntad se ciegue. Eviten por favor verme como un agente operativo dispuesto a obedecer, mi voluntad es férrea, tengo el deseo innegociable de que vayan solo hacia lo que les hace bien, verdadero bien, bien profundo y perdurable.Ante la desesperación escuchen sus gritos. Se encuentran solos en una caverna cerrada, aturdidos por la resonancia de su propia alarma fallida. Las cosas que no fluyen como esperan están queriendo fluir distinto, en otro sentido, o de otro modo. No me griten, no lloren ni supliquen para conseguir lo que desean a su manera; más bien ábranse a ver, a entender. Todo se pone en su lugar cuando entienden.Por eso traten de anhelar los mensajes invisibles presentes en los rincones donde aún no ponen los ojos, rincones sensibles al olfato, a la inquietud de la incomodidad. Trataré siempre de mostrarles más, a cada uno de ustedes trato siempre de darle conocimiento sobre sus caminos, para poder sentir esos mensajes hace falta soltar las ambiciones un momento, las maneras como se han convencido de que las cosas deben ser, soltar el impulso o el placer inmediatos y mirar en perspectiva.Si sienten a lo lejos una realidad distinta, otras opciones, maneras más abiertas que aunque retadoras llevan a mejores lugares, habrán aprendido a encontrar los mensajes ocultos. Ellos son insinuaciones, no precisiones, eso es porque para seguirlos no deben estar convencidos y satisfechos como esperan sino haber podido sentir la esperanza de una nueva plenitud. Así que no los convenceré con argumentos o demostraciones de satisfacción, siempre preferiré su ánimo, el que brota de abrir la mente y sospechar que pueden crear algo aún mejor de lo que ahora deciden tener. Yo estaré esperando siempre su atención, no solo para darles pistas sino para animarlos cuando las cosas van por el mejor camino. De otro modo, cuando estén luchando por caminos truncados me verán plantado viéndolos luchar contra sí mismos en la soledad de la obstinación”.
LA FAMILIA VALBUENA
“La rabia engorda, hincha los problemas, extiende el sufrimiento. Voy a contarles de una familia cercana cuyo defecto familiar es la rabia, tú piensa en el defecto de la tuya y juguemos a dimensionar lo que esa herencia ha causado. Los Valbuena provienen de las montañas más lejanas, gente campesina, muy trabajadora y leal. Salieron de la pobreza a punta de sudor y lágrimas, el sudor de los hombres y las lágrimas de las mujeres. Machistas hasta agotar descripciones los héroes de sus historias siempre fueron los señores; las mujeres fueron madres, cuidadoras tenaces y trabajadoras silentes cuyas lágrimas llegaron a estar ocultas incluso a ellas mismas. Obligadas al sacrificio por el bien del hombre las Valbuena aprendieron a guardar la frustración, pero con tanta fuerza en la sangre esa frustración se convirtió en enojo, uno que acumulado construyó una profunda rabia de no poder ser ellas mismas. La abuela de este brazo de la familia era de las menores de sus hermanos, entre consentida y salvaje; recibió bastante rejo de parte de su madre por desobediente y cierta indiferencia complaciente por parte de su padre. Se fue formando así una mujer furiosa por no poder ser ella misma, hubiera ido a la escuela si le respetaran las alas y máximo hubiera tenido un hijo. La exigencia en ese entonces era casarse rápido, trabajar sin quejas y recibir los hijos que la naturaleza surtiera. Vivió Soledad cerca de 19 embarazos, cada uno en más pobreza que el otro, pero recuerden, el héroe sería el papá quien cultivaba la papa para paladear; las cosas del hambre, atiende lo apremiante y serás famoso, atiende lo invisible y eso serás. Quisiera decirles que las cosas han cambiado en esta familia tras dos o tres generaciones pero la intención de mi historia es justamente hacerles ver lo mucho que el dolor logra extenderse a sus descendientes cuando no se aprende a enfrentar. Soledad fue tan rabiosa que sembró en cada uno de sus diez hijos la rabia; desayuno rabioso, almuerzo ofuscado, cena de venganza. Todo lo que la frustración de una mujer puede soportar. Sus nietos ahora son padres y hasta abuelos, como el machismo aún domina son las mujeres quienes siguen extendiendo ese enojo y sus frustraciones solo se han moderado. Obedecen a las reglas de antaño sin darse cuenta, son tan rígidas como la abuela se hiciera para sobrevivir a su tragedia, y ahora medianamente luchan con ese sentimiento devastador que es la rabia fácil y sin mucha claridad de dónde viene. La gente con rabia transmite rabia, reacciona con rabia, incluso revienta de rabia de vez en cuando contra sí misma, eso aprendieron mis muchachas de esta generación, a tolerar poco, a frustrarse mucho y quedarse con el sentimiento, a sufrir calladas y hasta negarse que sufren. Son ofuscadas, aceleradas, controladores, mandonas, y tercas como ellas solas.  Pobres mis niñas, ni siquiera son conscientes que es algo que pueden arreglar, que les daña la vida y las envejece, que les hace perderse del amor bonito. Eso sí, se hicieron tenaces, en la medida en que vino la educación las nuevas generaciones han ido conociendo el mundo y viendo otros modelos, se han liberado hasta donde pueden comprender. Lo triste de esta historia es que las Valbuena de ahora establecieron la rabia como una especie de poder, un arma para defenderse de las fuerzas que las quieren dominar, como si eso funcionara en verdad. Son rabiosas pero tan dispuestas a todo por su rasgo trabajador que terminan cediendo refugiadas en la rabia, mejor dicho siguen sacrificándose en alguna medida para después consolarse con el enojo. Amigo que lees este dictado, también es tu responsabilidad superar el machismo, no le hablo solo a los hombres, ustedes mujeres están tan convencidas de algunos órdenes de las cosas que hasta tratan de tener la fuerza equivocada de los hombres inconscientes, cuídense por favor de la inconsciencia, comiencen por ahí. La rabia mis chichas se supera con consciencia, prestando atención a los errores que implica. Su fuerza verdadera no es la ferocidad o lo astutas que se han hecho, su fuerza principal es un espíritu grande y libre que las invita a ser ustedes mismas, singulares, abiertas, descaradamente independientes y autónomas. Esas mujeres Valbuena son las que estamos tratando de despertar, reciban esta invitación como una muestra de que cosas buenas ya vienen pasando en ese sentido. A las Castro que padecen de melancolía, a las Morales que deben enfrentar el rencor, a los Toro que habrán de superar las pobrezas, en fin, a los sinos familiares, les digo que se puede, que ese es el llamado, casi la misión familiar, aliviar las penas desde la gracia de encontrar algo maravilloso con que reemplazarlas. Si les cuento un secreto me prometen discreción, las Valbuena son mandonas pero pueden ser buenas jefes, son intensas pero es difícil ver cansada a una Valbuena, y su amor es poderoso, hacen mover al más perezoso y progresar al más descuidado.  No desfallezcan en sus búsquedas, algunos de ustedes serán los primeros en romper un sino familiar y eso requiere tenacidad, no lo hagan por su familia para comenzar, háganlo para desvanecer esas ataduras invisibles de las generaciones precedentes y poderse disfrutar mejor a ustedes mismos. La realidad los va a obligar, de eso se trata un defecto, que causa tanto daño que llegan a cansarse de él, o se hacen los de oídos sordos o vencen para su propia felicidad”.