Creado el: 2025-09-05 12:58 pm
Lecciones“Si la madurez es la sabiduría que viene con la experiencia, y yo soy la voz de la vida que trata de llevarla adelante siempre, entonces ella y yo somos de cierto modo la misma cosa.
Una persona madura en la medida en que aprovecha sus experiencias para ajustar su comportamiento, su pensamiento, y entonces sus decisiones. Eso no solo sucede a través de la razón, también hay ajustes que son emocionales, o adaptativos, como cuando aprendes a no tomar demasiado café porque te pone nervioso, usaste la experimentación sin pensar demasiado.
Así mismo es como ocurren otros aprendizajes más grandes que constituyen la madurez, eso sí, solo vivir no es madurar, si no aprendes, ya sea instintiva o conscientemente, no habrá tal madurez. Tengo amigos a quienes el café en exceso los pone nerviosos, y prefieren decir que están estresados por el trabajo, o que necesitan el café para poder estar despiertos; ellos no aprenden porque no desean ese aprendizaje sobre el café, o sobre ellos mismos.
Lo bueno para muchos es que ser inmaduros es un derecho. Aquí nos ocupa de momento el derecho a madurar, que me gustaría que entendieran como un deber glorioso, el deber de respetar la vida y enaltecerla. La gente madura se rige más por el bien que algo le hace, y menos por el placer inmediato o por su parecer. A muchas personas les gusta mucho comer, y no quieren tomarse la molestia de saber qué de lo que comen les hace bien y qué no. Otra vez están en su derecho, y hacerse el bien no las tiene tan preocupadas.
¿Ven por qué la madurez es mi aliada? Si no maduran no los puedo cuidar. Maduren en el amor, en las finanzas, en los hábitos. ¿Cómo es que andan tan embelesados prologando la adolescencia? Se quieren dar gusto al máximo, quieren conservar la juventud a todo costo, y hasta esperan que la inmadurez los haga lucir mejor, ¡vaya si me la ponen difícil!
Esta tarde espero decirte que no tengas miedo de la madurez. No será aburrida, no si sigues creciendo y aprendiendo. Tampoco es tan terrible la vejez, se trata de la etapa de mayor lucidez de la consciencia si has llegado a ella claro de quien eres y de lo que te hace bien. La plenitud verdadera ocurre de hecho en la madurez, no puedes tener mucha experiencia de vida a los veinte años, no puedes decirte ya tan maduro como puedes llegar a ser a los cuarenta, no esperes decirle a alguien que ha vivido más que tú cómo tienen que ser las cosas. En la madurez verdadera se encadenan los acontecimientos de la vida, singulares, propositivos, dados para algo que específicamente has necesitado. De ese modo, si te encuentras con alguien de tu edad, verás que esa persona puede haber madurado más que tú en algunos aspectos, y ese es uno de los poderes maravillosos de la madurez, que te hace más tú, mejor tú, más sabio, y eso no indica que no tengas mucho más que aprender.
Si va quedando claro, la madurez entraña aprendizajes presentes y futuros, no solo pasados. Qué limitados los veo cuando esperan aprender de un momento doloroso de la vida y ya quedar maduros para siempre. La vida sigue rodando, como la tierra girando. No hay un día idéntico al otro, ni en el cielo incluso. La sabiduría de la madurez será reconocida por ti mismo cuanto más te sientas consciente de todo lo que no tienes cómo saber, de todo lo que puede cambiar para ti, para ser mejor, hasta nuevo.
Y en el entorno de las finanzas, como el amor, madurar es necesitar menos, y aprovechar más; poseer lo valioso, lo vigente, no lo convencional por obligación; hacerse tan feliz de ser que poseer, ya sea atención o pertenencias, sea un gusto preciso enfocado más en seguir avanzando que en saciarse para siempre.
El espíritu que crece nunca se sacia. El inmaduro se dice saciado cuando cumple un objetivo. De pronto podemos acordar que la vida es una meta móvil, tú avanzas y ella tiene un nuevo premio de montaña para ti. Disfruta entonces lo que ahora te sacia, siéntete maduro con toda libertad en cosas que has experimentado conscientemente, y así mismo sé consciente de que incluso en eso que ahora te sientes maduro hay kilómetros por delante para seguir aprendiendo.
Acostúmbrate a frases como: «yo antes pensaba…», «la vida me ha enseñado…», «yo era de tal modo…» Eso es humildad, y también es madurez, quien no necesita estar quedando bien ya puede empezar a sentir que está madurando 😉”

Olga Castaño
Comentarios (5)
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