"YO MANDO AQUÍ"

Creado el: 2024-07-11 12:45 pm

Lecciones

“Eso me dicen ustedes, de distintas maneras, desde agresivos hasta insidiosos. Y yo, que soy la vida, la voz de lo supremo, jamás diría: yo mando aquí.


Crees que mandas en la vida que te rodea, esperas que las cosas sean como estás convencido que tienen que ser, y solo puedo decirte querido amigo que te equivocas profundamente.


No te equivocas porque la vida no puede ser lo que tú quieres, te equivocas esperando que lo que el mundo te ofrece corresponda a tu deseo.


Entonces encuentro padres enojados conmigo porque su hijo tuvo un accidente, o gente comprando motos para darme toda la responsabilidad sobre su bienestar. Gente rezando y empatando, pidiendo sentada sin agarrar el mazo, o llevándole los exámenes al médico para recibir una receta que no los involucre.


Te encuentro a ti enojada conmigo porque tu pareja hace o deja de hacer, cantándome la tabla sobre cómo debería hacer que pasen las cosas para ti, y hasta amenazándome con cosas que harás si no te hago caso.


Podemos hablar entonces de que ni tú ni yo mandamos aquí. Tú no mandas aquí porque no puedes decirme lo que tengo que hacer contigo. En realidad no rijo tu vida tanto como imaginas, esa es una creencia cultivada por la idea de «dejar todo en manos de Dios», como si existiera algún deseo de alguien por aquí de vivir tu vida o de moverla como marioneta. 


Tampoco mandas aquí porque esperas tener bajo control lo que sucede y así no funciona la realidad. Al contrario la realidad está viva y cambiante, te retará de uno u otro modo, y rara vez te complacerá.


¿Qué los ha hecho pensar que el Cielo es un estado de complacencia y satisfacción perpetua? Estén donde estén, ya sea en el mundo que ahora habitan, o en el mundo celestial, la cosa es trabajando, logrando méritos, sudando la camiseta.


Yo no mando porque me tiene totalmente sin cuidado mandar. Qué aburrido sería dirigirlos a todos, diseñar sus vidas, repartir regalos a diestra y siniestra. Muchos me imaginan en una especie de centro de control enviando gracia y reparos, castigos y premios. Ja, no pueden estar más lejos de lo que en verdad sucede.


Aquí la tarea es mucho más divertida, casi interesante. Sucede que nos preocupamos mucho más por el profundo movimiento de la vida, y en ese propósito lo que esperamos en esencia de ustedes es que hagan parte de la evolución. Esa cantidad de detalles que me cuentan, la lista de pedidos que me dejan en sus tableros, no puedo tomarme el tiempo de acatarla. Estoy seriamente ocupado, lo estamos todos aquí, moviendo cosas sumamente profundas como las verdades esenciales, la virtud, el progreso.


Deja de sufrir entonces asegurando que algún día te voy a dar la dichosa lotería que te dices merecer. Deja por favor de esperar que, con el mismo metabolismo y la misma dieta, un día tu cuerpo reciba el milagro celestial de ir adelgazando por obra y gracia del favor divino.


No quiero ser rudo, al contrario, me gusta la gente realista que se dice a la cara la verdad, que no se engaña. El autoengaño amigos es la principal barrera que ustedes imponen a la verdadera ayuda divina. Nos gustan mejor cosas como:  «ayúdame con esto… guíame… corrígeme… enséñame…». Hasta lo de «dame una señal» es algo que puedo aprovechar si de verdad estás receptivo. Pero las innecesarias listas de pedidos, los condicionamientos, o las órdenes, hacen que veamos tus ojos grises y nublados, incapaces de ver la realidad.


Ahora, esa ceguera voluntariosa no es impedimento para quererles ayudar. Lo que en la práctica sucede todos los días es que si estás enceguecido por tus maneras es realmente difícil que puedas aceptar la ayuda a nuestro modo, con nuestra propuesta para ti. En cambio, si bajo ese manto en tu mirada hay al menos un poco de humildad o regocijo, en ese caso nosotros sabremos aprovechar esa chispa para encender la luz.


Así pues que no convences un día a la vida de que te complazca. Si tienes en tu memoria un pedido que tras un tiempo determinado fue satisfecho, puedo asegurarte que algo tuviste que hacer, algún cambio o alguna buena actitud tuviste que haber presentado, ya sea consciente o no. Y eso al final fue lo que resultó. No lo fue, créeme por favor, que al fin compraste la vela indicada, o que diste el diezmo correcto. Los negocios directos con nosotros los seres del Cielo están fuera de tu comprensión. 


Así que si deseas recibir nuestra ayuda recuerda, ni tú ni yo mandamos aquí “.

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Olga Castaño

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Comentarios (4)

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Consuelo
Que maravilloso mensaje para reflexionar y pedir cada dia luz para nuestro entendimiento y mucha humildad. Gracias Olga por tan maravillosa misión que cumple trasmitiendo estos mensajes divinos.

2024-07-12 07:06 pm

Olga Castaño
Gracias la bella Consuelo. Es un gran aliciente saber que los dictados inspiran virtudes tan valiosas ✨

2024-07-13 12:21 pm

Andrea
Es el dictado más real de todo lo que somos los seres humanos , tenemos un ego impresionante y esto hace que nos perdamos la esencia de la vida los aprendizajes que tenemos en cada nuevo camino que tenemos que cruzar , Gracias infinitas a ti por todo este camino de compañía en la tierra ❣️

2024-07-13 11:18 am

Olga Castaño
Es un placer, loquiña bella. Gracias a ti, y a todos los que se animan, por dejar sus reflexiones que tanto ayudan a aterrizar los mensajes del Cielo ✨

2024-07-13 12:27 pm

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TIEMPO PARA EL ESPÍRITU
Es tiempo de aprender a sentir el espíritu, a saber de él y sacarle más provecho hasta entender que más bien es el propio espíritu quien trata de guiarnos y conseguir una vida cada vez más sana y positiva. Hablamos de la parte de nosotros directamente ligada a la esencia de la vida, al gran espíritu de las cosas, al propio Dios. Darle valor a nuestro espíritu equivale a valorar la vida y conectarse con ella tal como funciona, difícil de comprender, misteriosa y fantástica. Los dejo con la voz del Cielo para que nos oriente sobre la mejor manera de entender y valorar nuestro propio espíritu. “Espíritu es la esencia de las cosas, tu esencia querido amigo siempre prevalece, ya no esperes más que el espíritu sea hacer yoga o rezar, el espíritu más bien es eso que se va de tu cuerpo cuando mueres o ese que llora cuando le fallas. Si deseas sentir a tu espíritu simplemente cierra los ojos y deja de pensar, ese soy yo. Cuando la gente me pide ayuda espiritual me sorprendo porque yo no puedo darles otra que no sea de ese tipo. Si me piden ayuda con su negocio o proyecto todo lo que puedo hacer es guiar a sus espíritus a abrirse a lo correcto, a lo que les corresponde, el resto lo hacen ustedes. Así, cuando una persona está claramente ligada a su espíritu siente con facilidad lo que no le corresponde, por tanto se hace la vida más fácil evitando frustraciones y se enfoca en aquello que resuena en su verdadera satisfacción, no tanto la inmediata o la evidente sino una que perdura y trasciende. Para ligarse, más bien para regresar al espíritu, hay que dejar de pensar con testarudez. A mis ojos ese es el problema de este siglo, gente empecinada en ideas, obsesionada con lo que tiene que ser. Cuídate de ese rasgo por favor, cada vez que te veas repitiendo las mismas ideas o insistiendo en lo que no te pertenece haz una pausa y reflexiona, hay que saber diferenciar testarudez de tenacidad”. Entonces suena extraño ver a la gente diciendo que no tiene tiempo para su espíritu cuando él es justamente la parte sabia y madura que lo guiará a vivir una vida más satisfactoria. Imagina que aprendes a trabajar y estudiar ligado con tu espíritu, sintonizado con la fuerza de la vida para que te muestre como enfrentar los retos y dejar los que no te pertenecen. Ponerle espíritu a cada cosa que vivimos es atraer la sabiduría de algo más grande que nosotros, una voz como la que aquí nos acompaña se sintoniza justamente con esa parte de nosotros que proviene del mismo lugar. No se trata solamente de poder escuchar, el espíritu, esa esencia de lo divino, está presente en nosotros en cada momento, la limitación fundamental proviene del poder que hemos otorgado a las ideas establecidas, es decir esa fe ciega, la letra muerta a la que a veces nos debemos sin ningún sentido.  
LA CULPA
“Gracias por preguntar sobre la culpa, gracias por hacerme hablar del mal más antiguo de la humanidad.Se ha confundido la culpa con la reflexión, se ha creído siempre que la culpa es la virtud de la inflexión, incluso se ha pretendido darle tono de bondad. La culpa es un mal implacable que hace que los seres humanos consientan todo en represión a sus errores, que tengan cargas ajenas solo por sentir, que piensen con miedo en lo que está mal.La culpa es más el miedo que las personas tienen a equivocarse, en vez de atreverse a asumir un error o un fracaso prefieren sentirse culpables. Puede entonces que la culpa sea lo contrario de la responsabilidad.Hace un tiempo, en la antigua Grecia, inventaron la más efectiva fórmula para manipular al pueblo: Quitarle toda responsabilidad pero dejarle toda la culpa. Triunfaron. Dejaron en entredicho la voluntad y el poder de cambiar las cosas para detenerse siempre a sentirse mal por lo que pasó. ¡Vaya recurso inhumano!Dejemos entonces que la culpa se vea tal como es, una damita malévola hecha de recuerdos y piedades, todos ellos falsos. Recuerdos no de lo que sucedió sino de lo mal que salió a tu parecer. Piedades no por lo que debería hacerse bien la próxima vez sino por lástima de quien se equivocó. Es un temible juego de molestias en el que siempre se pierde.Si quieres el contrario de la culpa se llama verdad, es la pura bondad, la realidad desnuda que demuestra con frecuencia para qué y cómo se dieron las cosas y entonces el “error” se justifica, hasta ser comprendido como mecanismo natural de la vida, como el maestro de maestros, como la mismísima confianza en la vida ahora devastada por malos entendidos.Una vez un error ha sido cometido una verdad se ha revelado, una vez un error es entendido puedes llegar a la alegría de lo que trae, un regalo inesperado. La sutileza de un hallazgo o la verdad de una piedad auténtica.Sin embargo hay culpas ajenas, no derivadas de los propios errores. Las cargas ajenas aprendidas cuando se comparte el corazón con una mamá o con alguien importante a quien debes querer. Las mujeres en especial viven la culpa como una virtud dolorosa. La culpa no es una virtud, no es un dolor heroico ni un mérito que te llevará al Cielo. La culpa más bien es la regla con que golpearon a algunos para enseñarle a vivir. No la soporto.Lidia con la culpa como abandonando a un hombre despiadado. Sabes que te hace mal y no lo puedes dejar a la primera. Pero persistes convencida de que no es un mal necesario y triunfas cuando, de todo corazón, consigues dar el paso del adiós sin miedo ni designio, todo porque entendiste finalmente que nada de eso era amor de verdad.Practica liberarte de la culpa a través de la sana costumbre de ver y sentir lo que verdaderamente te hace bien, no lo que parece bien o resulta encantador. Verás que muchos de los “hechizos de amor” se desvanecen para dar paso a las más bellas historias, las verdaderas, las simples, las que cautivan el alma a la larga, sin tantas lucecitas.” 
CUANDO ALGO SE ROMPE
"Me gusta que las cosas se rompan. Rara vez algo se rompe antes de tiempo. Pocas veces algo roto conduce solamente a lamentos o pérdidas. Me refiero a romper una relación, romper un vínculo, romper un proceso, o romper un sueño.En la manera de vivir actual, casi todo es desechable, desdeñable, y me gusta pensar que eso trae ligereza, y que le enseña a la gente a valorar lo efímero. Sin embargo, se rompen también las alianzas, las lealtades y los saberes, y esa parte no me gusta tanto como la anterior.Tengo muchos amigos que ahora mismo están rompiendo un afecto, ya sea porque están en el final de una relación, porque su trabajo ya no significa lo mismo, o porque tienen nuevos sueños que desplazan lo que en otro momento era su ilusión.Cambiar está bien, dejar que se rompa lo que ya necesita romperse, también, romper aquello que necesita primero darlo todo, eso no. Ya lo hablamos en el dictado anterior, qué mejor que llevar las tareas a cabalidad, hasta extraer de ellas todo lo que puedan aportar aunque sea inesperado. Pero tenemos entonces esta faceta contraria, la de no lograr desapegarse de las cosas, las personas, los procesos, las experiencias.Comencemos por las adicciones, que son la fiel muestra de no poder dejar algo que hace daño, y vayamos de una vez a esa materia inconsistente que es el apego, que termina dejándote pegado donde no deberías estar más. El apego es precisamente inconsistente porque no posee una fuerza en sí mismo, sino que te sostiene en algo o con alguien con base en las emociones que un día experimentaste.Es así como, aunque esas emociones ya no estén, o tengas que engañarte mucho para experimentarlas, te quedas por el recuerdo, por el anhelo, o por la negación de que ese algo que sentiste ya no existe más. Por eso me gusta que las cosas se rompan. Se trata de una manera contundente y evidente de invitarte a finalizar algo. La necesidad de abandonar algunas cosas suele confundirse o juzgarse como traición, inestabilidad, deslealtad, o falta de esfuerzo. Sin embargo, no siempre es así, hay que saber romper algunas cosas aunque la sensación de anhelo o de añoranza permanezca por ahí. Hace poco Carolina tuvo que romper una alianza que significaba mucho para ella. Su grupo de amigas del colegio, con quienes compartió por años momentos maravillosos, se venía convirtiendo en un nacedero de conflictos y pullas. Las tensiones de la edad, sumadas a los cambios en la vida familiar de las amigas, trajo el lamentable desenlace de que cada una sin excepción se volcará en el grupo para desahogarse de un modo nocivo y perturbador.Ella no sabía lo que tenía que hacer. Se preguntó muchas veces si era indiferencia lo que sentía, y por eso se quedaba en el grupo. Un par de ocasiones el tono de la discusión se puso tan fuerte que Carolina terminó en el patíbulo castigada por su vida cómoda y ordenada. Estaba tan sorprendida que ni siquiera se defendió, respiró un poco de la culpa que le querían imprimir, y calló.Fue la tarde antes de la última reunión cuando, conversando con su amigo del trabajo, Carolina se dio cuenta que estaba envuelta en un ambiente enfermizo del que debía salir. Afortunadamente tuvo claro que no se trataba de salir de la amistad, de romper el vínculo, se trataba más bien de ir a otro espacio por un tiempo para ser ella, y que así las chicas, unidas en el mismo melodrama, pudieran tener su grupo de represión sin el ofuscamiento de un cisne blanco en medio de la sala. No fue fácil para Carolina. Al día siguiente, sin entender muy bien lo que estaba sucediendo, avisó a las amigas que no iría a la reunión de ese jueves. No hubo explicaciones, ni reclamos. El silencio con su peso rompió las teclas del teléfono, y las lágrimas lograron circular.Carolina sentía entre libertad y dolor. No sabía qué pensar, mucho menos qué sentir. Algo sí le hacía saber que estaba bien ser ella, en sus maneras, aliviando la pena con la libertad de no cargar con tragedias ajenas de una manera improductiva y dañina.Tuvo de momento el impulso de ocupar ese espacio de los jueves con una rutina de ejercicio, o con algunas citas médicas pendientes, pero pronto cayó en cuenta que llevaba mucho sin tiempo para ella, para su ocio y sus lecturas. Lo que vino después, ya lo podrás imaginar. La gente dice cosas, lanza indirectas, trata de lastimar para dar a probar su propio dolor. No fue fácil ese día, pero para Carolina los días venideros trajeron una dulce sorpresa.  Cada cierto tiempo se dio que una de las amigas, de manera individual, la invitaba a un café para conversar íntima y honestamente. Entre ellas, las amigas del grupo, era un secreto, y Carolina disfrutó mucho saber que el verdadero vínculo se había renovado, casi purificado.Por supuesto que a veces extraña el tumulto, la euforia, la sinrazón de cinco mujeres diciendo cosas al mismo tiempo, pero sabe que ahora ese montón de dolor y confusión no está tomando un curso a favor de nadie, y que es mejor salir para así tal vez abrir la compuerta a través de la cual se movilice toda esa carga emocional mal entregada.Lo que se rompió, en esencia, fue la mirada temerosa que Carolina acostumbraba a tener de las rupturas. El grupo no se rompió, necesitaba una limpieza, y ella les dejó ese regalo de despedida. Ahora, cuando las chicas se reúnen, hacen bromas un poco más saludables acerca de su drama, y se exigen comentar cosas diferentes, como el partido de fútbol o la nueva estrella de las redes sociales. Han despersonalizado sus problemas, lo cual me resulta profundamente admirable, para eso se rompen las cosas, para despersonalizarlas. Si se está rompiendo un vínculo, si ves la necesidad de romper algo y no lo logras, recuérdate que no tiene que ser una tragedia esa ruptura. Bien entendidos, los rompimientos son pasos adelante, no caídas a un agujero oscuro. No salgas castigándote, o castigando a nadie, no dejes que los errores cometidos sean la causa del rompimiento, es mejor que rompas motivado por la ilusión de algo nuevo, un nuevo destino, una nueva morada de la realidad, o una nueva libertad.A cambio de los rompimientos, la vida suele proponer renovación, y la pérdida se hace llevadera y hasta saludable si la enfocas en ser más tú, mejor tú. Por ejemplo, si pierdes peso en estos días, que no sea una pérdida validada por el sacrificio o el dolor, sino una que te traiga ligereza, libertad, armonía. Luego cuídate de recuperar ese peso de otras maneras. Veo a muchos amigos, y en especial a amigas, romper relaciones dañinas para ir después al mismo patrón de relacionamiento, diciéndose sin mirar la realidad que esta vez va a ser diferente. Si quieres cambios, si tienes ambiciones, permite que algo se rompa dentro de ti cuando se rompe afuera. Si no es así, solo estás tratando de darle forma a un mundo nuevo apegado al mundo de lo viejo y conocido".
TIENES UNAS ALAS
“Tienes unas alas guardadas, empolvadas, escondidas. Escondidas de ti, es que olvidas el talento que tienes para ser libre, te agobias por los acontecimientos externos olvidando que puedes liberarte de ellos a partir de nuevos entendimientos, de nuevas maneras de alzar vuelo. Quiero que este mensaje llegue directo a los corazones prisioneros, los que han decidido que se deben a personas, a tareas, a padecimientos en especial. Las personas y las tareas siempre harán parte de tu vida, cómo te las tomas es lo que quiero que pienses mejor, siempre de maneras nuevas, siempre tratando de ir adelante para ti mismo mientras respondes a un entorno que no puedes controlar completamente. Tengo un espacio para ti, para que aprendas a volar. Algunos conocen ese espacio en la meditación o en otras maneras de centrarse en sí mismos profundamente. Si no has logrado el tuyo este dictado es para ti.  Comienza a practicar justo en medio de despertar en la mañana, antes de mirar el teléfono, ojalá sin haber usado despertador. Quédate ahí divagando, entre dormido y despierto, permite cascadas de pensamientos que apenas tratan de iniciar, deja que sea fácil sentirse torpe, que se relaje la mandíbula, que el cuerpo se desvanezca. Aprovecharé si te sueltas. Si no ocurre al comienzo no hagas nada por favor, yo me encargaré. Hablamos de que podemos ayudarte a sentir más profundamente. Si se trata de una comunicación entre tú y nosotros entonces haz tu parte y danos tiempo de hacer la nuestra, a nuestro modo eso sí. Tendrás percepciones que parecerán disparatadas, permítelas por favor, no esperes mensajes contundentes o explícitos en principio o cada vez que te dispongas. A veces simplemente nada va a ocurrir. Practica lo mismo en otros momentos. Para algunos se dará bien viajando, o antes de dormir. Incluso tengo amigos que hablando pueden apreciar cierta interferencia en medio de lo que dicen, y se permiten sentir esa idea ajena con naturalidad. Para este último caso no puedo recomendarte alguna preparación, se trata de algo espontáneo, más bien identifica donde puedes ser más espontáneo y poténcialo, potencia tu naturalidad. Volvamos a los entendimientos, porque esa es la invitación particular, que aprendas a alcanzar entendimientos elevados sin pensar como estás acostumbrado. Es un ejercicio parecido a desenfocar la vista para ver una imagen sobre algo que a simple vista es otra cosa. También puedes aprender a entender sin ir a lo evidente, todos pueden aprender. El silencio entonces es un medio propicio. No me refiero a quedarse callado mientras otra habla para mientras tanto confabular tu respuesta. Lo que quiero es que puedas incluso distorsionar un poco lo que reciben tus sentidos para permitir los susurros, los sonidos secundarios, el aroma escondido. Te sorprenderás, juega, porque se parece a un juego, pero vas a sentir cosas que al comienzo no sabrás aprovechar. Sé libre haciendo esto, sintiendo más allá, incluso sintiendo la verdad. Eso sí, recuerda, este talento no se controla, es decir, no va a suceder que cada vez que quieras ocurra, que siempre veas más allá, que todo lo resuelvas a través de ese sentido supremo. Como se trata de una inteligencia superior deberás tener paciencia con que tus otras inteligencias también quieran participar. Es decir, no esperes que si una vez pudiste conectar, recibir ayuda superior o ver más allá, eso ya sea un talento dominado. Al contrario esa inteligencia que ofrece libertad requiere cierta integridad de ti mismo, quiero decir una especie de acuerdo entre tus partes. Así, si por un lado deseas ayuda o comprensión profunda pero tu deseo o tu molestia es demasiado fuerte vas a tener dificultades en recibir algo sutil. Sé paciente por favor cuando ello ocurra, no desistas, te lo pido. Te verás bastante retado por aplacar tus pensamientos o emociones intensas para así lograr disponerte, y ese no debe ser un motivo de desánimo, todo lo contrario, es que ponerte en alguna armonía definitivamente te favorece, y nosotros si que sabemos aprovechar esos momentos de cordura, de apertura, de sencillez. Muchos me dicen: «pero si debo estar tranquilo para recibirte entonces quién me va a ayudar a calmarme». Me hablan como si no tuvieran ningún dominio sobre ellos, como si sus emociones no fueran su propia fabricación. Mejor decir que sumamos esfuerzos, si tú te retas al menos un poco recibirás tu recompensa. Entonces te espero con las alas abiertas, decidido a ir más allá, a volar incluso con los ojos abiertos, con la maleta cargada. A veces en los problemas o dificultades reside la potencia precisa para impulsar el despegue, para liberar la mente y encontrar caminos inesperados”. 
LOS QUE SANAN
"Este dictado es una dedicatoria especial a toda la gente que merodea por aquí con el ánimo de ayudar. A ustedes amigos les recordaré una y otra vez que su tarea es siempre primero con ustedes mismos, y en eso estaremos trabajando sin tregua. Sin embargo, haremos un homenaje a los privilegiados llamados a servir a otros de puente hacia el alivio, la liberación, el progreso.Sanar no es una tarea fácil. Tú mismo lo has notado cuando enfrentas alguna molestia y te ves atado, sin saber cómo resolverla. No es fácil porque a veces sanar algo es el medio esencial a través del cual la vida trata de enseñar algo profundo.Cometen, entonces, el error de suponer con facilidad que el estado normal del ser humano es la salud perfecta, y eso, lejos de ser real, es un tormento cuando algún síntoma persiste o cuando el cuerpo llama a relaciones más complejas.Veamos mejor cómo podemos asociarnos, cómo respetar, y a veces entender, la voluntad de la vida manifestada en la salud de alguien. Cómo acercarse al aprendizaje deseado que liberará la tensión entre lo material que es el cuerpo, y lo espiritual que es la tarea.La tarea de sanar es sobre todo una tarea personal. Es decir, el gran tratante ofrece herramientas, hasta mueve cosas dentro de las personas, pero sanar depende en esencia de quien padece el problema.Es por eso que procedimientos perfectos a veces causan desenlaces desafortunados. O es así como algunas ambiciones terapéuticas heroicas se quedan en el estoicismo del tratante.Te corresponde amigo, si eres tratante, ser profundamente respetuoso del proceso ajeno. Se te olvida con frecuencia ese pedacito justamente, que se trata de algo ajeno. Entonces te veo frustrado o angustiado por no obtener los resultados acostumbrados, avergonzado por no hacer lo que otro tratante encontró obvio y exitoso, ofuscado por no proceder con celeridad o no estar seguro.Si bien la ciencia alcanza ahora certezas comprobables, no existe aún un método que te garantice con absolutez los resultados anhelados. Tampoco existe una intuición a prueba de fallo, ni un ser humano a quien no le corresponda la tarea de fallar de vez en cuando.Dicho eso, que espero lo apropies con un poco más de facilidad, recuerda que le sirves de puente a alguien más. La sanación misma no eres tú. Ya hemos hablado de la vanidad de quien da (https://www.dictadosdelcielo.com/blog/aprendices/la-vanidad-de-quien-da) y sé que es realmente difícil no caer en ella de uno u otro modo.Al ayudar a sanar, querido amigo, los medios no deberían ser más importantes que la naturaleza misma de servir. Debo decirles que lamento verlos peleados con un método solo por ideologías, que me entristece que se nieguen nuevos conocimientos por haberse adscrito a una filosofía, o que se abstengan de recursos de cuenta de obedecer a la tendencia.Un auténtico sanador es ecléctico por naturaleza. Ni desdeña recursos, ni se cierra a nuevas posibilidades. El criterio eso si es el mapa de mis amigos sanadores, un criterio flexible de hecho, y en constante retroalimentación.Si quieres ser mi aliado para ayudar a sanar, lo cual me haría muy feliz, es indispensable que estés abierto a la parte también retadora de trabajar conectado con nosotros. Hace unos días disfrutamos escribiendo un mensaje para una amiga médica. Ella quiere aprender y cuando alguien muestra voluntad yo corro a enseñar. No digo que ella vaya a quedar lista con ese dictado, pero sé que se va a animar a seguir creciendo como tratante, ya veremos cómo garantizamos que el aprendizaje preciso toque a su puerta.Reza su mensaje:Querida,"Hoy sí hablémosle a la bata blanca. El acto médico es bastante propicio para la intervención divina, y si tú me ayudas puedo servir y sanar a través de ti.Sin más merodeos, te diré lo que es difícil de lograr, para que sepas que lo aprenderás con paciencia y devoción. Paciencia para entender que no siempre sale como esperas. Devoción para entender que a través del error, las pruebas, las devoluciones, es como mejor aprenderás.Es difícil:Sentir para el otro cuando yo no estoy interesado en que sientas. Por mucho que lo intentes, o estés involucrada, cuando no es, no es.Tratar sin corazón. No habrá, desde ahora, caso en el que no te quiera sensible. A veces solo para perdonar, para deje pasar, para ser, te necesito sensible.Dejar de lado tu conocimiento de la medicina. Utiliza la ciencia, no la discutas, no la niegues, no la excluyas. A veces, la solución inesperada será un medicamento de rutina.Dominar este arte. Siempre será una ilusión, te sentirás grandiosa algunos días, otros tan solo habrá silencio o vacío. Siempre este arte depende de mí, no de ti…"Bueno, mejor no les cuento más, el resto del dictado es tan personal como quiero que sea el aprendizaje de cada uno, incluso como tratante.Ahora, si miramos todo esto a los ojos de quien recibe un tratamiento, quiero que el compromiso esté por sentado. Es obvio que quien te trata no puede darte la salud y el bienestar que tú mismo no trabajas. Sé que hay gente que alivia con su sola presencia, eso lo aprecio y lo reconozco como una ayuda de valor inconmensurable. Pero, ni siquiera estos seres de presencia sublime pueden entrar en ti a cambiar hábitos, mecanismos, patrones. Los cambios a larga han de venir de ti mismo.Que por medio de la ayuda de estos tratante maravillosos que sueñan con proveerte salud, tú mismo cruces distintos umbrales de aprendizaje.Entendamos a la salud como una cuestión misteriosa y compleja, dándole el permiso de obrar sobre terrenos austeros que necesitan progreso.Y siempre entiéndase aliados. Para los tratantes, quien padece es necesariamente un socio; para los tratados, su tratante ha de ser un facilitador al que se le respeta por su formación y su idoneidad.Conciliemos entonces en este camino de ser más progresistas en la idea de sanar. Sigue habiendo mucho qué descubrir, pero ya se han revelado tantos medios maravillosos que deberían estar más enfocados en adelantarse en su camino espiritual a través de las necesidades manifiestas de su salud.Para mí, quien busca sanar se ha colgado la mochila y ha emprendido un viaje. Esos son quizá mis mochileros favoritos".