LAS ALAS SON TUYAS

Creado el: 2024-02-07 10:39 am

Inspiración

“Según la representación habitual, nosotros, los seres del cielo, somos humanoides con alas. Pues bien, me gustaría que decidieras que esa imagen te representa más a ti que a mí.

 

Esos personajes alados son más bien ustedes mismos cuando crecen, cuando se elevan o tocan los niveles más altos de la consciencia. Así lucen, hermosos, equilibrados, supremos.

 

Quiero pedirte hoy que aceptes que esas alas sean tuyas. Nosotros de hecho no usamos unas, ni las tenemos, ni tenemos un cuerpo. La verdad sobre nuestras formas es un misterio que mejor debe quedarse así, pero saber que ustedes se pueden elevar, eso sí que nos anima a que se sientan alados.

 

¿Cómo son tus alas? Si cierras los ojos, te relajas, te das un momento, y las logras sentir, ¿cómo se sienten?, ¿grandes acaso?, ¿pequeñas?, ¿invisibles?

 

No hablamos solo de un ejercicio mental, el ser humano sueña con volar porque eso es natural. Es completamente auténtico el deseo de elevarse a los cielos y sentirse libre, darse vuelo.

 

La fuerza sutil que levanta a un pajarito, esa es una fuerza envidiable. No temas entonces figurarte con alas, para que así logres suponer quién eres cuando te aligeras, cuando tu levedad se convierte en un logro grande y sublime. 

 

Tienes alas cuando controlas tus impulsos y puedes ir más allá de tus emociones inmediatas, cuando tus sueños conservan el sentido de la realidad y sabes volar hacia ellos con fuerza y determinación. Tienes alas cuando, a pesar de las dificultades, te mantienes firme en hacer las cosas para el bien, cuando trasciendes el capricho y asumes el reto de vivir en un mundo cuyas reglas no van a adaptarse siempre para ti.

 

Tienes alas cuando te permites estar más allá de las circunstancias y miras la realidad en perspectiva y sin enojo. También tienes alas cuando entiendes la muerte sin saber mucho de ella, o cuando te levantas en la mañana sin tener grandes objetivos, pero sabiendo que la vida es magia para ti.

 

Quiero que tengas alas también para sentir la nobleza de tu corazón, para abrazar la ajena, incluso para repartirla donde hay pobreza de corazón.

 

Las alas son mucho más que un elemento de transporte, simbolizan la gracia y el despliegue de algo simple pero eficiente. Resulta que tú también puedes ser mucho más simple y eficiente a la hora de dirigirte, puedes aligerarte de cargas emocionales abriéndote a la verdadera naturaleza de la vida, y al aire capaz de sostenerte.

 

Quiero que tengas alas porque cuando te arraigas, echando raíces en creencias y molestias, pesas tanto que no puedes volar. Las alas te ayudarán entonces a recordar que prefieres un andar liviano, ligero, desprendido.

 

Y si en este momento te descubres en una unión rígida o limitante con el suelo, simplemente toca tu espalda. Para qué es todo ese espacio sino para poner unas hermosas alas libres y livianas, poderosas y sublimes.

 

Ahora, por favor no luches con el arraigo, solo libra la batalla con tus ideas. Que sea una batalla dulce eso sí, porque desaprendiendo bonito es como descubrirás más fácil a tus ojos mirar al horizonte, y de a pocos hacia arriba. Sueña alto, que es en esencia soñar con tu bienestar más elevado.

 

Sueña con una vida tranquila, alegre, de integridad, de altibajos muy bien llevados, de aprendizajes, de nobleza, de amor. Tú sueña, los sueños profundos mueven la vida. Así como la sabia mueve la vida dentro de los árboles, los sueños loables circulan dentro de ti, capaces de inundar tu corazón y traspasarlo, causando vida en los brotes maravillosos que son esas alas infinitas de las que hasta ahora te vas haciendo consciente.

 

Por favor no te molestes si no puedes admitir por completo tener unas alas en tu espalda, si no logras verlas o no son tan hermosas como esperas. El simbolismo de las alas, cuando se presenta honesto, te está demostrando la libertad que te permites. Si están pequeñas puede que te limites en la libertad más auténtica y no te estés dando buena cuenta. Si no están, es posible que concibas la libertad como algo fuera de ti, o del futuro, o algo que simplemente aún no has deseado. Si tus alas parecen sucias o están estropeadas es que seguramente has atentado contra tu propia libertad.

 

Libertad hacia ti no es darte derecho a todo lo que deseas. Estamos aquí tratando una libertad interna bastante bien merecida, la de permitirte equivocaciones, la de aceptar que puedes ser realmente muy grande por dentro, la de trabajar por una vida digna y elevada sin temor a las tendencias sociales; incluso hablamos de la libertad de amarte como eres aunque el mundo espere otra cosa para ti.

 

No sé si lo alcanzas a sentir, pero estás recibiendo esta invitación a una libertad colmada de amor, capaz de conducir a la armonía, y también capaz de ayudarte a enfrentar los retos de la vida sin ponerte en desventaja o sufrir innecesariamente.

 

Por eso en definitiva es que quiero que tengas tus alas. Que cuando nos invoques no pienses más que solo nosotros tenemos la gracia o el poder para cambiar las cosas. Hay alas en ti, si hace falta fuerza en el viento entonces te ayudaremos. Ahora, está claro, si tú no las abres el viento solo arruinará tu peinado, no habrá vuelo, no habrá libertad.

 

Abrir las alas se parece mucho a que abras tus brazos, y tu corazón. Cuando haces eso decides que la vida tiene todas las respuestas, así que te lanzas a vivir sin temor de caer. No hay caída donde hay libertad para adecuarse, para fallar, para cerrar ciclos, para entender distinto.

 

Volando, comprenderás, se entiende distinto”.

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Olga Castaño

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Comentarios (8)

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Monica Osorio
Sentí la invitación, fue muy agradable. Muchas gracias, a veces me encierro en el mundo de las ideas y la perfección 🙋🏻‍♀️ cuando cada momento puedo elegir a partir de pequeñas circunstancias ser libre y hacerlo mejor. Gracias por la invitación y el recordatorio de una libertad centrada y llena de satisfacción.

2024-02-10 03:57 pm

Olga Castaño
Tienes la misma dificultad de muchas amigas por aquí. La devoción por las propias ideas no se supera hasta que no dimensionamos sus limitaciones. Sé valiente, descubre lo limitada que llega a ser la razón.

2024-02-14 07:05 am

Adriana C
Este mensaje es para ti: "Gracias por enseñarme a volar y acompañarme en el camino. Me conmueve profundamente, descubrir o sentir mas bien, a través de esta lectura, la grandeza de lo que he podido lograr para mi vida permitiéndome escucharte con mi corazón, así no logre todavía dimensionarla o reconocerla plenamente. Quiero seguir rompiendo burbujas para fluir mejor con la vida y desearé siempre tu compañía. Gracias"

2024-02-10 05:39 pm

Olga Castaño
“Querida niña mía, a veces me escuchas, y eso me basta. A veces me sientes, y eso me compromete. A veces dudas, y eso es parte de crecer. Pero quiero que te centres en mi amor, esencial y explícito; lo empiezas a sentir y eso me hace muy feliz”.

2024-02-14 07:07 am

Mary Portilla
Las alas de la integridad, de la transparencia y la sensatez... de la grandeza de cumplirle a la vida que me propone cambiar para mi mayor bien. Gracias gracias mensajera por enseñarme a verlas cuando ya se me habían olvidado...

2024-02-13 02:28 pm

Olga Castaño
Se te olvida querida Mary que también eres libre y soberana de tu existencia. Es un placer recordártelo, ojalá puedas añorar esas alas un poco más 🦋✨

2024-02-14 07:09 am

Yanet López A.
Cuando cerré mis ojos sentí mis alas pesadas como algo que no las deja relajar ,sentí que son grandes pero no tienen la fuerza necesaria ,quisiera poder relajarlas completamente .

2024-09-24 10:07 am

Olga Castaño
Muy revelador tu ejercicio, querida Yanet. Unas alas pesadas no vuelan. Las cargas de ideas, miedos, mejor dicho, arandelas de cómo tienen que ser las cosas y todo lo que hay que pensar. Bien dicen por ahí, el que piensa pierde. Piensas demasiado, tu invitación es a echarle menos mente y más libertad. Ese es camino para conseguir menos desgaste y más gozo.

2024-09-25 08:32 am

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“Pónganse en mi lugar por un rato, yo aquí, desde el Cielo, intentando mostrarle el camino a cada uno de ustedes, dándoles señales de a donde ir y como proceder, qué evitar y hasta cómo elegir; y mientras tanto la mayoría de ustedes en un estado de sordidez, escuchando solo cuando la vida se pone difícil, poniendo atención únicamente cuando no encuentran salida o algo los atormenta.Pues resulta que también es posible aprender grandes lecciones estando contentos, entretenidos, hasta ocupados. No se acostumbren por favor a abrir su corazón únicamente cuando se sienten al límite, este dictado busca eso, animar el hábito de aprender constantemente, incluso aprovechar los momentos de armonía para dejar claras algunas lecciones que luego servirán de salvavidas oportuno en tiempos de dificultad.¿Cómo hacerlo?, ¿cómo disponerse a aprender cuando están tan ocupados viviendo la vida?. La respuesta no es otra que poniendo atención. La falta de memoria sobre lo que han vivido a veces los hace descuidados, quiero que aprovechen más la disposición alegre y despierta de los buenos tiempos para ver entre líneas lo que la vida les quiere mostrar.No me gusta que piensen que las grandes lecciones solo llegan a través de golpes, de confrontaciones o prohibiciones severas, también me gusta enseñar en medio de progresos serenos, aprovechar una disposición sincera cuando en medio de la realidad tienen intención de seguir aprendiendo. Eso es lo que quiero que sepan hacer, tenernos cerca también para aprender, como quien tiene un maestro; somos eso, maestros, nos gusta enseñar sobre el amor y los misterios de la vida, amamos encontrarlos dispuestos a superar las barreras sin necesidad de estarse golpeando con ellas. Esto es lo que les aconsejo si se sienten distraídos o descuidados de sus progresos profundos: recuerden por favor que hasta el silencio más ajeno puede traer paz, recuerden que la sabiduría no se viste de orgullo, recuerden que hasta el más pequeño de los aprendizajes tiene el poder para transformar una realidad.Entonces piensen con anhelo, con ambición, déjense atraer de enseñanzas permanentes, pregúntense con frecuencia qué están aprendiendo ahora, anticípense a los retos inesperados de cuenta de confiar en nuestras enseñanzas. Nada de lo que la vida les propone es fortuito, siempre hay una intención, un deseo de ayudarles. Ustedes siguen pidiendo ayuda en forma de complacencia y nosotros solo deseamos que ustedes mismos sean los artífices correctos de su bienestar.A veces la alegría los traiciona, los engaña haciéndoles pensar que no hay en ese momento nada severo que atender, me gustaría cambiar eso, me gustaría que aprendieran a suponer que los aprendizajes solo están en su fase serena, pero que eso no los hace intocables, inaccesibles. Si esculcan un poco, si miran pausados y prestan atención, se verán de hecho trabajando en algo trascendente en medio de su alegría. Si miran más profundo verán que el mundo a su alrededor se sigue moviendo, siguen sanando cosas, siguen abriéndose a esos sueños que aún no se hacen sólidos.Así que los invito a decidir que también aprenden en la dicha, que si en medio del gozo o de estar enfocados en algo aparece una sugerencia incómoda no se resistan. Los veo descartando tareas solo porque están muy contentos. Alegría no tiene que significar torpeza, ni una mirada obtusa.En medio de la euforia justamente afloran pasiones salvajes, y eso lo quiero aprovechar, deseo que tengan la oportunidad de verse complacidos y a la vez aprendiendo de esas complacencias, llevándolas al mejor lugar. Quiero decir, en cambio de vivir la alegría como un escape a la realidad aprendan a involucrarla a la dinámica de los aprendizajes, llévenla al centro de la vida, no a las orillas, háganla partícipe de abrir los ojos a lo profundo. Créanme, no se irá la alegría por ver más allá, lo que sucederá es que se sentirán balanceados, comprendiendo en perspectiva, enriqueciendo su centro para que en los momentos de dificultad no tengan un desprecio por los aprendizajes intensos como a veces sucede. Además, viendo más allá en medio de la alegría aprenderán lecciones que solo suceden allí, controlando los extremos, dejándose atraer por una idea de balance amplía en la que evitan muchos de los errores que suceden por tratar de complacerse sin mucho sentido. Si está claro se entiende entonces que no deseo que eviten la alegría en lo absoluto, al contrario deseo que la extiendan, y que a través de ese balance sepan que las emociones desbordadas pueden entenderse como una muestra de algo que no se acaba de entender. A veces no entienden el éxito, a veces no entienden el fracaso.Quiero entonces verlos confiar más en las alegrías, superar la adicción a alegrías sin contenido, y más que nada comprender su talento poco explorado para recibir grandes lecciones en medio también de la fiesta de vivir”.
EN PAZ CON LA MUERTE
Sentada frente a la ventana mientras llueve me pregunto por qué se asocia a la lluvia con la tristeza cuando ella es justamente la vida cayendo a gotitas. Es lo mismo que sucede con la muerte, entendemos solo el momento previo a partir y por mucho consideramos que es necesariamente tragedia o dolor. Así como gracias a la lluvia prospera la vida es gracias al final de esta existencia que todo vuelve a comenzar. Cuando nos vamos nuestra esencia prevalece, los recuerdos se van y la existencia se renueva, sin embargo hay pendientes que no dejamos aquí. No se quedan en la tierra los deberes con uno mismo, esos defectos que evitamos superar o los fallos que conscientes dejamos de atender; sin rencores ni cuentas de cobro aquello importante que no hicimos aquí habremos de retomarlo en el más allá. Si tu llamado incesante es a liberarte cuenta con que ese llamado no se detendrá después de partir, si en cambio sientes que la vida reclama más de tu responsabilidad allá te verás enfrentándola sobre ti mismo y tus asuntos. El llamado a la humildad es uno bastante común, así como la necesidad de superar la negligencia, la indiferencia o el desprecio; algunos llamados son sencillos como la aceptación y otros más complejos como la comprensión. Tras la muerte también continúa la virtud, esos aprendizajes verdaderos que se graban en el alma y despejan el camino por venir. La memoria deja de funcionar incluso frente al dolor o la tragedia, pues sin importar cómo pereces la muerte misma es un regalo de amor del Cielo en los corazones reconciliados y el comienzo de una nueva realidad que aceleradamente sana dolores y pendientes. Mueres como vives, si vives para el miedo y la confusión es posible que tu partida se parezca a ello, si sabes confiar y apreciar la belleza de lo simple entonces gozarás al descubrir tu nuevo comienzo. No eres solamente ese cuerpo que tienes ahora, ni tus memorias o temores, eres mucho más que actitudes y talentos, que logros o carencias. Al final tú mismo sabrás lo que valió y con ese tesoro arrancarás allá a caminar rumbo al cometido inefable del encuentro con esa parte de uno mismo más pura y elevada. No esperes comprender la muerte, no sabes cómo llegaste igual que no sabes como partirás, mejor párate en la confianza de que siempre se camina en busca del progreso y si has sabido aprender todo lo que vendrá estará iluminado por la luz que has cultivado. Para terminar, sin importar cuanto haces por los otros siempre entra en la ecuación, pues aquello que has hecho por ti cuenta más y primero a la hora de juntar las semillas con las que harás florecer tu siguiente andar. Eso sí, asegúrate de saberte valorar porque esa es allá la carta de presentación. Entonces sigamos aprendiendo juntos para el alma, lo que sucede viviendo y atendiendo el llamado a la virtud. Hay mucho que aprender sobre la muerte porque hay tanto más que aprender sobre la vida y la mejor preparación para el futuro es trabajar en el ahora, en el tuyo particular según tus necesidades y conflictos. Estar en paz con la muerte comienza estando en paz con la propia vida, repara lo que está quebrado, aprende sobre el siguiente paso y avanza, esa es la mejor preparación.   
QUÉ CARA TIENE TU BONDAD
“La bondad es un concepto amplio, vamos mejor a meterlo en el corazón como la apuesta sin discusión al bien puro y elevado. Ahora, entendamos mejor lo que implica hacer el bien más allá de la caridad, la generosidad o las buenas intenciones. Es que bondad, amigos míos, también es aquello que promueve un bien mayor, como los límites por ejemplo. No hablo solo de los límites que pones a los niños o en una relación personal, decimos límites a los que ustedes mismos se ponen como los esenciales para construirse un bien sincero. Las caras del bien son entonces maneras, negociaciones con el placer, a las que hay que llegar a acostumbrarse. Veamos algunas: Llenarse de rabia te hace daño, controlar la rabia te hace bien. Puede que las injusticias o las agresiones lo merezcan pero quien se daña con ese enojo duradero eres tú, aliviar la rabia es un bien mayor porque detiene el daño hacia ti y te prepara para corregir lo que corresponde. Superar el miedo y el dolor son tareas de máxima bondad. Al contrario veo a muchos todavía unidos a la idea de que el martirio engrandece, son personas que pudiéndonos ayudar en la tarea de mejorar el mundo están concentradas en lamentarlo o temerle y por eso dejan de aportar para retirarse a sufrir con una reprochable idea de estar haciendo bien. No lo hacen amigos, hay que superar al dolor y al miedo para enfrentar la vida y descubrir lo mejor de ustedes mismos escondido tras ese velo, por favor déjense llamar por ese bien verdadero. Hace el bien quien se trata bien, en especial en darse tiempo. Contrario a eso están sintiéndose realizados quienes corren sin cesar y se jactan de estar siempre ocupados, la excusa de no tener tiempo se convirtió en una justa causa. A mis ojos la falta de tiempo es falta de orden, de aclarar las prioridades y lo que verdaderamente vale o funciona, la gente que vive de afán hace daño en el tráfico, a los hijos, a su salud y a su esperanza de vida. Solo con corregir los afanes harían un gran bien a sí mismos y a su mundo. Hace el bien más que nadie quien evita juzgar. Sé que lo han oído muchas veces pero juzgar se ha hecho entretenimiento en este tiempo, levantar las cejas o mirar con desprecio las acciones de otros pareciera una respuesta que defiende el bien, cuando en verdad es el comienzo de una barrera para quienes piensan diferente, es una manera de crear discordia y de sentirse libre de todo mal solo por juzgar. También hace el bien quien entrega su cariño sabiendo cuando restringirlo. La ternura es uno de los medios más poderosos del bien, pero utilizada sin control puede persuadir al más firme de abandonar un propósito loable. ¿Acaso porque algo es pedido con cariño es siempre correcto?, presta atención a lo envolvente que puedes llegar a ser para favorecer tus propósitos gracias a una actitud cariñosa. Ahora, me preocupa más que nada la confusión que existe en asumir que algo que les gusta o les funciona en verdad hace el bien; o que las ideas que han reinado por siglos hacen el bien solo porque han perdurado. Veo a las personas asumiendo principios de bondad que no han asimilado antes de replicarlos, es gente con corazón el corazón abierto que obedece la norma social o su placer y no se toma el trabajo de discernir si eso es lo que en verdad corresponde. Es decir nobles imitadores de patrones que no están construyendo a la larga la bondad que tanto espero que puedan conquistar. Bondad amigos es poder actuar con el espíritu tranquilo hasta saber que a su paso la huella queda limpia, que los campos que han tocado sean terreno fértil para las semillas que vendrán. Una vida basada en el bien es aquella que con firmeza se detiene cuando así corresponde para permitir que ocurra únicamente lo que eleva la vida, una que presta atención al descuido y evita tolerar lo que daña simplemente por estar acostumbrados. Que lindo sería verlos romper la costumbre frente al mal”.
COMO CONSTRUIR ESPACIOS POSITIVOS
Los espacios que componen nuestra vida cotidiana constituyen el entorno inmediato, el que se establece en la memoria y al que en parte nos debemos. La casa y el sitio de trabajo son los lugares donde pasamos la mayor parte de la vida, basta mencionar la cama, el pedacito de mundo donde pasamos alrededor de un tercio de nuestras vidas. Hay espacios que sanan, ¿cierto?, pues que el tuyo sea uno; conságralo, dale y quítale lo que corresponda para convertirlo en tu santuario. Si además deseas que tu lugar sea uno que invite a los seres del Cielo entonces permite que ellos te ayuden a construirlo. ¿Cómo lo harán?, mostrándole a tu intuición lo que tus espacios necesitan.  Manos a la obra Así que comienza por afinar la intuición a la hora de elegir los objetos que componen tus espacios, además de tomar en cuenta que te gusten detente a sentir aquello en lo que el ambiente te puede ayudar. Por ejemplo, si buscas ser más flexible una decoración clásica y elegante no te va a ayudar tanto como una ecléctica, que es aquella en la que se mezclan estilos pero necesariamente tú construyes la armonía. Te puedes sorprender del decorador que llevas dentro, atrévete a explorar colores que no están en tu closet, muebles diferentes a aquellos con los que creciste, estilos que antes mirabas con recelo. Una vez comienzas a darte permiso de crear fluye a tu favor la confianza para darle los toques que van a facilitar esos progresos que seguramente ya estás dando.  Cuídate de los impulsos y favorece las sensaciones. Es diferente elegir rojo para una pared si la idea nace de un momento excitante comparado con elegir de acuerdo a una sensación de necesitar esa fuerza; si la inspiración proviene de lo que ya estás sintiendo vas a replicar lo que ya tienes, si la idea viene ‘del furturo’, es decir de lo que deseas sentir, te estás dejando llamar al estímulo, estás escuchando el susurro. Puede que al final no elijas rojo pero el naranja puede mostrarse como el punto de equilibrio.  Deja ir algunas cosas. Conservamos objetos por si acaso, para cuando pase esto o aquello, incluso sin saber porqué guardas cosas. Mucho de un ambiente balanceado proviene de lo que no salta a la vista, puede que tu espacio luzca fabuloso pero si al abrir los cajones brilla el caos entonces te sentirás como si te cambiaras el pantalón consevando la ropa interior de hace varios días. Lo que guardas retiene, ya sea recuerdos valiosos o cosas fuera de vigencia. Dejar ir implica desprenderse y mirar adelante, todo lo que guardas ha de tener una función concreta, los guardados sin sentido son espacios oscuros que retienen los progresos o a veces símbolos de temor, de apego por un pasado que no volverá, de rechazo al presente.  Construye ambientes vivos. Aquellos lugares donde las cosas cambian contribuyen mucho más a aligerarse y avanzar, incluye plantas, privilegia la luz natural, cambia la posición de los muebles, usa tu arte y renuévalo con el tiempo, en fin permite que el cambio, como en la vida, sea una constante en los espacios que dependen de ti. Que mejor velita al Cielo que los rayos del sol alumbrando la ventana, ningún altar mejor que los lugares limpios; eso sí que la ofrenda esa tú, si te gustan los rituales nada mejor que ofrecer que aquello que haces por tu virtud.  Limpia para sanar. Conscientes o no, limpiamos como símbolo de cambio y no siempre estamos tan dispuestos a cambiar, si un sábado amaneces inspirado corre y aprovecha el impulso, aunque dure poco valdrá la penas aquello que alcanzaste a mover. Para quienes viven en el extremo de limpiar lo que está limpio los invito a retarse con su propio aroma, agarren la camisa que se quitan en la noche y huélanla en una inspiración larga y profunda, aprender a aceptar la huella de imperfección que le damos al mundo puede ser intensamente liberador.  Valora la modestia. No solo lo más caro es precioso, algunos objetos colman más por cuanto nos aportan que por el estatus de su factura, aunque el vendedor piense lo contrario. Claro que mereces lo mejor solo que lo mejor para ti no se mide solo en precio, hay texturas, colores, significados que motivan aunque no sepas de su precio; mejor imagínate espacios llenos de magia que puedes renovar fácilmente ya que no te debes a una inversión.  A veces menos es más. Si aunque te sientes dispuesto no te sintonizas en este momento con objetos o remodelaciones bastará con que mantengas limpio tu espacio de cosas que no usas o de rincones oscuros, hay tiempos en los que no estamos precisamente cambiando, caso en el cual el descanso corresponde a una prioridad.   Objetos claves: la cama, el comedor, el mesón de la cocina. Hablamos de cama más allá del mueble, incluso un colchón en el suelo llega a ser suficiente, mantenlo eso sí agradable en texturas y colores para el descanso, tiéndelo siempre y respétalo como pequeño altar de tu reposo. Justo durante el descanso es cuando los seres del Cielo nos observan y dejan sus mejores pequeños regalos en nuestra mente para que después venga ‘la sospecha’, el chispazo, la intuición. El comedor, el sitio donde tomas los alimentos, es el lugar donde recibes, incluso si no tienes una mesa dale ritualito a la barra o al rincón donde sueles comer, celebra el alimento y de ser posible acompáñalo de una vista agradable, mejor sin el noticiero. Sírvete con la pulcritud y el esmero que añoras, tal como quisieras que otros lo hicieran por ti; para recibir hay que saberse dar. Si el mesón de la cocina es un tablero para crear permítete cada vez más un lienzo en blanco, un espacio de renovación en el que preparas a consciencia, sin rutinas ni tradiciones muertas, verás que un mesón agradable llega a ser algo así como el laboratorio de magia en el que surgen fórmulas personales para la salud y el bienestar. Conozco muchas historias de personas paradas frente a su cocina que captan por primera vez una señal divina, “si te cuidas te cuido”.  Ahora sabes a que se refiere personalizar los espacios, hay un arte de conexión con uno mismo cuando se involcra la consciencia en la estética de los espacios, eso sí una viva que puede estar cambiando y ajustándose no solo a los sueños sino al momento, según la realidad y los recursos, según también los propósitos a los que la vida te invita; no olvides que mereces un lugar de ensueño en el sentido del calor, la comodidad y el bienestar que te puedan proveer.  
NOBLEZA EN EL CORAZÓN
“Sé que la vida a veces te pone límites, te detiene, te corrige. Hablemos de la necesidad de entender que eso es parte esencial de vivir y que no deberías molestarte más cuando ocurre, o resistirte.  Me dirás entonces, «¿cómo no voy a sentirme mal con las perdidas o los fracasos?». Pues resulta que para eso es la nobleza en el corazón, para asimilar de maneras inteligentes aquellos eventos que en principio son dolorosos o molestos pero que necesariamente vienen a transformar algo esencial. Sí, cada vez que enfrentes un cambio, un fracaso una dificultad, por favor remítete cuanto antes al evento trascendente que se quiere presentar. Y como sé que eso no es nada fácil quiero contarte cómo usar la nobleza en el corazón. En cierto sentido la nobleza es lo contrario del orgullo, hay orgullo en el conocimiento, hay nobleza en no saber. Te invito a no saber con más facilidad, a que puedas verte frente a la incertidumbre o el conflicto con más valentía. El impulso por solucionar las cosas puede hacerte equivocar si no te tomas el tiempo de dejar que la conmoción se asiente, que la niebla sea movida por el viento y puedas encontrar el verdadero sentido. Pausarse es de valientes, puedes darte un verdadero regalo de amor cuando le permites a la nobleza asimilar despacio un problema, un error, una amenaza. En cambio, suelo verte entre premuras pasando de largo detalles que tienen el potencial de encausar mejores soluciones. La nobleza entonces implica mucha más tolerancia, en especial hacia los sentimientos incómodos. Para responder tu pregunta diré que una cosa es lo que sientes frente a una pérdida o un fracaso y otra cosa es la molestia que implican para ti esos sentimientos. La tristeza derivada de una pérdida es apenas natural, pero revisa si es que te está molestando sentirte triste o te resistes a enfrentar el duelo. Así, la nobleza es una solución grandiosa para el enojo, otra reacción frecuente ante las dificultades. Te he visto lidiando con la rabia frente a algo que te resultó injusto o inmerecido. No vuelvas por favor a resguardarte en el argumento de que no lo merecías, eso no lo sabes, no tienes idea cómo un evento adverso puede darte la grandeza que pides cada mañana en tus oraciones. La rabia también es algo apenas natural, pero de momento, una rabia duradera o justificada deja de ser sana y se convierte en una excusa poderosa para dejar de enfrentar la realidad. Tras la rabia hay que ir a ver lo que verdaderamente debe explotar en ti, más fuerza seguramente, más determinación, más cuidado. En fin, algo que en medio de la paz de un evento sereno no vas a procurar. Un corazón noble encuentra soluciones creativas, y te hace más inteligente. También aligera la carga emocional y anticipa los resultados positivos. La próxima vez que te sientas conmocionado conduciéndote a emociones tormentosas advierte esta recomendación: recurre a la nobleza de tu corazón”.