NO QUIERO SER BLANDA

Creado el: 2023-01-29 07:30 am

Historias

“Eso es lo que me dice la niña, la misma que me pide todos los días amor, cariño, calidez humana. Les voy a contar de ella porque tiene esta idea terrible de que siendo dura se protege y se valida, ahora ya viene entendiendo, al menos a veces, lo equivocado que está, pero espero que tengamos juntos la oportunidad de llevar este cambio al máximo nivel, es decir a superar por fin su aval por los malos tratos.

 

De hecho ella ha sido tratada con dureza, ha recibido ese ejemplo, se ha convencido tal vez sin saberlo de que la vida es para los duros de corazón, que solo pueden ser blandos los que ya tienen todo resuelto.

 

La niña, me gusta llamarla así porque apenas está aprendiendo lo básico, se encuentra en un momento de desamor, al menos eso es lo que ella siente. Se siente sola, sin poder relacionarse con la gente a un nivel que le genere satisfacción o bienestar. Ella piensa que el amor viene por un lado y que vivir la vida es otra cosa, entonces es fácil verla ser agresiva con sus palabras o su mirada mientras gira para esperar abrazos o ternura de quien solo estaba observando.

 

Ya ha tenido dificultades en el trabajo por ser intransigente, está llegando al límite eso sí, porque su hostilidad comienza a ser perceptible incluso a ella misma, y eso ya es mucho. Se siente mal después, lo sé, pero no le alcanza ese sentimiento para suponer que se está equivocando profundamente, y sus reflexiones sobre esas reacciones terminan con regularidad culpando a los otros de sus actitudes.

 

Quiero decirle a mi niña que tiene mucho que aprender en lo que al amor se refiere, ella sabe que la cuido y la quiero, pero no puedo obligar al mundo a que la ame si ella no sabe provocar ese amor. El respeto, para empezar, es la primera muestra de amor humano, pues entonces comenzamos la educación de mi niña por allí.

 

Cuando ella cae en cuenta de su actitud se atemoriza, tiembla por no saber quien ser si no es dura, tanto que supone que no va a ser nadie si es blanda con la gente o amable con los descarados que seguro aparecerán por montones. Es tan inocente mi niña que incluso supone que eso que la hace ver tan poco agradable es una virtud, yo le estoy dando tiempo para que tenga que ver su confusión por sus propios ojos, el problema es que una que otra vez su dureza le ofrece los resultados anhelados, consigue las reacciones de la gente que la hacen sentir cómoda, como sumisión y obediencia, y ahí es justamente cuando retrocede.

 

Con el tiempo la niña verá que no habrá saciedad de cuenta de esa falsa sensación de superioridad, pero yo no tengo prisa, la prisa debería ser de ella que tiene tanto anhelo de aceptación, de calor, de amor.

 

Ahora, mientras va viendo lo primero, el respeto, yo le muestro lo limitada que se encuentra para lograr su resultado deseado, una vida llenita de amor. Hace poco le ofrecí una nueva relación, la deje sentirse muy atraída, hasta convencida de al fin haber logrado lo que sueña. Ella misma podrá ver que solo tiene que bajar la cabeza, no a la persona del otro lado por supuesto, al amor, a la honestidad, a la humildad.

 

Ya se imaginarán la magnitud entonces de los aprendizajes que mi niña enfrenta, dado el conflicto entre ser dura y dejarse querer ella se debate contra ella misma, entre sus principios aprendidos y sus deseos más sinceros.

 

La verdad es que aún no quiere cambiar, me refiero a que no tiene un deseo verdadero de renunciar a su fachada de dureza con pretensiones de tenacidad, y vivir desde la humildad la incómoda tanto como para sentirse agredida, así que tiempo, eso es lo que mejor le puedo ofrecer”.

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Olga Castaño

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Comentarios (8)

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Lindelia giraldo florez
En la juventud pensamos,somos y nos comportamos a nuestra manera. La vida nos lo enseña como debe ser

2023-01-29 08:11 am

Olga Castaño
Lindelia, gracias por acompañarnos 💛. Así es, la vida mejor que nada doma esos impulsos del carácter que no son fáciles de cambiar.

2023-01-30 07:46 am

Consuelo
Buenísimo para reflexionar. La vida es una escuela y toca ir avanzando de acuerdo al aprendizaje, hay unos más lentos que otros pero si nos disponemos llegaremos a la meta pero se necesita voluntad HUMILDAD y MUCHA, esfuerzo y constancia, son cosas que no llegan de un momento a otro.

2023-01-29 01:54 pm

Olga Castaño
¿Cierto?, por eso el regalo del tiempo, para aquellos aprendizajes en los que no nos queda más que el cansancio para ceder 😌

2023-01-30 07:47 am

Adriana C.
Este dictado me recuerda a mi misma; y digo me recuerda porque fui una versión parecida hace un tiempo (todavía quedan retazos por ahí de esa identidad). Hoy, habiendo transitado muchas cosas, puedo advertir cuán alejada estuve del mundo real, de las personas reales, pero sobre todo de mi misma.

2023-02-01 10:49 am

Olga Castaño
Que lindo Adri, tantas maneras, incluso desde la amabilidad, que repelen el amor humano, ese calor imperfecto que hace tanto bien.

2023-02-01 05:54 pm

Ayda Mary Portilla Delgado
Creo que hay mucho de espejismo en esa dureza...quizás una gran fragilidad que tememos aceptar o sentir...un refugio insostenible que en lugar de proteger nos aísla...en todo caso el amor sale de nosotros mismos, es más un brotar que un pedido a domicilio...paciencia para cultivarlo y ver sus frutos

2023-02-02 02:26 pm

Olga Castaño
“Gracias Mary por tu sabiduría. Mis amigos desesperados por amor se están demorando en cultivar su propia fuente, la inagotable, el apego necesario a algo más grande que ellos. La vida misma habrá de proveerles cuando se abran ese alimento que buscan desacertados”.

2023-02-05 07:43 am

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PARADIGMAS INCRUSTADOS
“Calcula, querido amigo, todo lo que hace falta para que podamos conversar. Si eres muy racional necesito encontrar los esquivos agujeros de tu ensoñación, si eres artista de corazón debo esperar a que la vida te atraiga lo suficiente para verme en la realidad, si eres esquivo a recibir ayuda hay que lamentarse esperando a que no tengas salida para levantar la mano. En el intento de echarle una mano a Carmen, he procurado todas las medidas. Hace tiempo llegué a decirle en un sueño que soñara con su felicidad, ella sonrió durante la noche, pero al siguiente día la risa era para burlarse de una vida así de ideal. Durante el sueño le propuse que organizara su restaurante para preparar alimentos más sofisticadas, más de moda, la vestí bonita, renové su cabello, hasta adorné con plantas de flores el lugar.Las sopas que prepara, que son típicas y sabrosas, empiezan a ser aburridas. Como siente desdén por las redes sociales se reúsa a tomar algunas fotos en las que seguro vería lo desabrido de la presentación. Y los amigos que solían visitarla, sus clientes permanentes, han estado viajando para abrirse camino por el mundo. Ellos, cuando regresan, tratan de persuadirla hacia el cambio, hasta le han ofrecido ayuda para crear un perfil de su negocio que venga al presente y la refresque.La resistencia de Carmen obedece a la tradición familiar que la sostiene. A ella, no al concepto del restaurante. Su familia es todo lo que tiene, eso se dice, se dice también que a cambio de lo nuevo alguien debe sostener las tradiciones, y que no hay ninguna necesidad de hacer modificaciones para que un negocio vaya bien. Carmen se repite resonante que basta con hacer las cosas bien.Ayer don Leandro, el vecino, amigo entrañable de la familia, ofreció a Carmen invertir en el negocio. Ella no puede reconocer que la oferta del hombre busca más bien devolver a sus padres todo el apoyo que recibió en la época en que su vieja tienda fue sometida por el minimercado nuevo de la esquina. A cambio, el vecino solo espera ver prosperar a la joven, verla salir adelante, como él lo hizo, y así poder suspirar.El anhelo de Leandro nace de una serie de televisión que ha disfrutado como niño. En el show, la protagonista se libera de las tradiciones de su villa para romper paradigmas incrustados y dar la sorpresa. La vio ahí, vio a Carmen, sintió que ella haría algo semejante, que sería la inspiración, y que él guardaría con orgullo secreto el placer de haberla impulsado. Anoche Carmen no me soportó, después de la propuesta yo quise darle serenidad y perspectiva, pero la repentina sensación de paz la enojó aun más y se indispuso. Su hermano, quien ahora vive en la ciudad más ambiciosa de la región, tiene claro que Carmen necesita un cambio, y aunque él podría también ser una amenaza de motivación, ella lo va a escuchar, así que él es mi estrategia de rescate. Carmen se prepara ahora para recibir a su único hermano, como ingeniero se atreve a reparar algunos daños de la casa donde funciona el restaurante, eso sí, que no traiga cambios evidentes, eso la incomodaría. Prepara de paso el caldo favorito del visitante, y espera conversar con él sobre lo indignante de la oferta de Leandro. No sabe ella que a través de su hermano aprovecharé para contarle lo fuera de tiempo que se encuentra, y cómo es que se está resistiendo a un cambio necesario.Que se quede en su vecindario, y en la casa, que siga siendo esquiva a las redes sociales en su nombre si eso desea, pero que haga progresar su negocio, porque es el único recurso que me queda ahora para inducirla a cambiar en su terquedad. Ella está sufriendo, aunque se lo niegue. Se siente sola, abandonada a veces. Trata de salir adelante y sentirse en el ahora, pero se retrae con demasiada frecuencia a añorar el pasado.La gente querida se ha ido en busca de cambios. Ella no tiene que irse, pero sí cambiar. No necesito que cambie porque los demás están cambiando. Lo necesito porque el cambio es lo natural, la evolución, el milagro de crear más vida. Y aunque a ella le moleste lo convencional o imitar, este sí es el momento para que se decida emprendedora, se adapte a las maneras actuales y las aproveche en favor de su propia intimidad.Los nuevos platos vendrán como una propuesta indirecta, en la tarde que espero que pase el próximo viernes con su amiga que estudia gastronomía. La estudiante dirá: «¡Carmen! Casi me rajo con una cazuela», y así Carmen tendrá la idea de crear una cazuela de su propia autoría para el restaurante.A las redes sociales espero familiarizarla en asocio con mi amigo de diez años que vende limón mandarino. Cuando lleva su pedido a Carmen, ella le presta el teléfono, y lo vigila de reojo. Gracias a ese reojo espero que descubra como alguien más puede hablar de ella, y solo tiene que permitir que ese alguien venga y haga su trabajo.Así de terca es, necesita insinuaciones, no tolera lo directo, que nadie le siembre, que nadie le ofrezca, que Leandro ni se atreva a esperar que acepte su oferta. Pasará un tiempo, y ella mejor va a solicitarle un crédito, regida obligatoriamente por sus reglas diseñadas, donde quede clara la dignidad que nunca estuvo en duda, y donde Leandro sienta, según ella, que juega un papel secundario, y que la inspiración ha sido natural. Por ahora piensa, querido lector, ¿necesita Carmen tanto merodeo? Es fácil saber que los negocios, como la vida, siguen adaptándose, se transforman. Para Carmen lo difícil no es transformar el negocio, es cambiar ella, y para eso sí que necesita merodeos. No aprende a cambiar fácil, se sostiene de su rigidez llamándola criterio, se aferra a lo conocido convenciéndose de la falsa comodidad. Y yo solo puedo tener paciencia, la dicha de la vida es ofrecer vida, el poder de lo humano es seguir su voluntad. A ver si nos encontramos un día, amigo, ya sea para negociar frente a tu voluntad, o para escuchar a la vida, normalmente tú eliges, espero que aprendas a elegir con más astucia"
EL CADÁVER DE LA FLOR
Sentada frente a la mesita de la sala Elena se preparaba para estudiar. Hacía tiempo quería aprender a conjurar la magia discreta y al fin encontró un maestro, un hombre de cien años en el corazón que ha comenzado a escribirle cartas de instrucciones en las que sin reparo le enseña artilugios de la más fina procedencia. Lleva un tiempo leyéndolas, esperando pasos de acción que hasta ahora no se han presentado; su propósito de ponerse al nivel de la gente mágica que ha estado observando viene corriéndose como ella en el sillón cada vez que no logra descifrar el verdadero sentido de las frases. Ordenando poco antes supo que la esperaba una nueva carta en el correo, en cuanto pudo pausarse corrió al sillón para enfrentarla, tomó aire para comenzar y leyó: “Señorita Elena, viene practicando debidamente el arte de pensar distinto, por lo que desde ahora deseo presentarle un avance significativo a sus ojos pero simple al corazón, es hora de intervenir la realidad”. No acababa Elena de leer el primer párrafo cuando sintió asfixiarse por los latidos de su corazón, de inmediato comenzó a imaginarse milagros para dejar de cocinar, para aliviar el asma de papá, para librar de la pobreza a sus amigos más queridos. Como si supiera que eso pasaría su guía de cien continuó diciendo: “Cuando el corazón se encuentra preparado basta desear, desde la pureza de los deseos diáfanos la realidad se corresponde con el sentir y se mueven juntos al unísono. Esto significa que hay que comenzar por aprender a desear, desea entonces hoy la muerte de una flor”. Su asfixia se convirtió en apnea, en un lapso sin tiempo Elena notó que se trataba de un mundo desconocido, seguramente para comenzar nada que ver con sus ambiciones iniciales, pensó. Como el maestro sabe que muchos se quedan ahí, donde la frustración supera a la comprensión, la alentó a continuación explicándole que después de aprender a desear iba a darse cuenta de sus verdaderos anhelos e incluso iba a poder ayudar. Los pensamientos de Elena merecieron una buena taza caliente, se paró a la cocina y mientras caminaba simplemente apareció en su mente el recuerdo de como siendo niña solía conspirar en sus juegos de te. Junto a su hermana más pequeña se acostaba en el suelo del patio a pensar lo que sería la mañana siguiente en la escuela, y palabras más palabras menos sucedía, al parecer en ese entonces se cumplía su deseo del corazón. Parada frente a la hornilla, mientras su mirada perdida suponía como el agua ganaba calor, comprendió que ya tiene ese poder de desear del que habla el maestro. Claro que no sabría aplicarlo a sus ilusiones de adulta, ni siquiera sabría explicar lo que hacía de niña si alguien se lo preguntaba, pero saberse poseedora de un súper poder escondido bastó para cambiar los males respiratorios por suspiros de ilusión. De regreso a la mesa le faltaron las piernas para sentarse y los dedos para descargar la taza, todos ellos se quedaron apretados terminando de leer la carta en un instante, como si fuera ajena y tuvieran que aprovechar el minuto que su dueño la dejaba al descubierto. Con la última palabra vino un nuevo suspiro esta vez acompañado de un nudo en la garganta, entre dulce por el amor de la esperanza y salado por su grandeza profunda. “Ve a la calle, camina, persigue las flores silvestres y elige una para desear su muerte, visítala, grábala en tu mente hasta sentir que llegó su hora y ve a verla el día en que la muerte le corresponda. Todo para que entiendas que si deseas lo que es natural, verdadero, propio de la vida, sabrás aprender a desear lo que de verdad a ella pertenece. Diferenciarás fácilmente el anhelo infundado del progreso de las cosas, dejarás que tu papá cuide su aire como la planta busca el sol para la flor, aprenderás a estimular a tus amigos hacia el progreso conseguido por las propias manos y entrarás en armonía con enseñar el poder en vez de regalarlo. Todo eso porque tú eres luz para guiar no panela para alimentar, a quien corresponde la tarea de ser panela también le llega su explicación”.Elena solo pudo respirar, que digo, al fin pudo respirar. Quedó atónita, embalsamada, flotaba en el mundo de la fantasía con el deje que ella necesita para que funcione bien. Se distrajo limpiando para ir a dormir, sin ni siquiera pensar en lo que había leído, más bien dibujándolo, suspirándolo. Esa noche como pocas durmió plácida, embelesada.Al día siguiente, como de costumbre tras levantarse, Elena asomó la cara entre las cortinas para apreciar el día, mientras miraba al horizonte algo resplandeció con amarillos vivos bajo sus ojos, era el cadáver de una flor de salvia en el regazo de la ventana mostrándole lo fácil que es hacer las tareas cuando se corresponden con la magia más sincera.  
PASADO PESADO
Alina espera el tren, en verdad está escondida pero se dice que cuando el silbato suene va a enderezarse de inmediato. Esa maleta de toda la vida la hace dudar del viaje, ella le pide que se anime pero la maleta no coopera, solo se queda cuadrada, inmóvil, enraizada.  Piensa y repiensa sin progresos, aún no se decide a dejar atrás tanto valor; mientras flota en sus pensamientos se escucha a lo lejos la locomotora rozando los rieles, ha llegado la hora y si no se detiene de dudar va a perder su única opción de viajar hoy. Apoyada en la maleta se levanta para darse cuenta que las correas están atoradas en las raíces espinosas del viejo árbol donde se escondían las dos. Ahí está el motivo de sus dudas, la joven se da cuenta que no logra dejar sus recuerdos, no quiere ir al futuro sin su hermoso pasado pero el pasado es justamente lo que no la está dejando partir hacia el futuro. ¿Cómo podría Alina perder sus recuerdos cuando los tiene tan presentes? (¿Tienes un consejo para Alina?) Asomada en el umbral intenta revisar con el rabo del ojo la pausa del tren, en la primera ventana que ubica, sin esperarlo, se encuentra su amor de la primaria, viaja allí su viejo amigo, solo y sonriente agitando la mano para saludarla. Alina se debate sin saberlo entre un recuerdo vivo que espera en el tren y los recuerdos aferrados que hicieron raíces en el refugio del árbol. Debe tomar una decisión, ya el maquinista anuncia la partida; hay que saber que este viaje no se hará mañana, si Alina decide regresar a casa con sus recuerdos su esperanza no va a ser intentarlo otra vez sino rendirse para recuperar los recuerdos y adornar los anaqueles con meticulosidad. Fría como nunca antes se vió Alina enfrenta el hecho de abandonar la maleta, a duras penas podrá viajar con su bolsita de mano, documentos y algo de dinero. Corre temblando de afán, no tanto por la prisa de alcanzar el tren sino por la rapidez con la que se observa abandonando su pasado; no sabe si hace lo correcto pero correr es lo único que siente por hacer. Una vez aborda la chica logra distinguir a otros conocidos, gente agradable que viaja en ánimo jocoso, preparados para disfrutar el solo hecho de viajar. No es que se sienta muy cómoda pero Alina quiere dejarse llevar así que se sienta con el grupo mientras a lo lejos se queda la maleta meneándose antes de caer sobre la tierra húmeda. Ya no sabe nuestra viajera si en verdad está dejando su pasado representado en la maleta o más bien está encontrando a su pasado moviéndose a ritmo de viaje para mostrarle su verdadero presente. Las historias tienen magia precisamente por encontrar el momento exacto donde pueden cobrar vida, ellas viajan al futuro capaces de transformarnos si es lo que hace falta. A cambio congelamos los recuerdos en busca de las emociones que causaron en otrora creyendo que logramos protegernos, guardar esa felicidad, tener buenas razones. Échale una mirada a tu maleta, cuánto de ella aún vive y cuánto merece seguir guardado, te sorprenderás de la diferencia encantadora que existe entre los acontecimientos originales y lo que en verdad representan los objetos que tanto cuidas, las memorias que tanto alimentas.Imagínate sacando del pasado hechos cruciales, viejos acontecimientos que marcaron tu vida, ahora dispuesto a que signifiquen otra cosa o se pierdan poco a poco en el olvido. Alina lo logró, su arrojo está de viaje pero sus cargas no; ya decidida a perder algunas memorias le permite de corazón a la maleta que se desvalije, puede ver en las sombras a sus recuerdos volar y transformarse, y a la maleta despojadarse de reservas para convertirse en la guarida temporal de un astuto ratón.
MI AMIGA LA MUERTE
"Hay muertes de variadas maneras. Hay muertes parciales, y está la muerte definitiva cuando te marchas de aquí. Hay muertes rosa, las que transforman algo sin deje de dolor, y hay algunas muertes que duelen profundamente por cuenta de la resistencia a aceptar algún cambio o abandono.El fin de año, de un trabajo; la partida de un hijo, una separación, son muertes también. Y las transformaciones radicales en un estilo de vida o en la identidad, cuando cambian algo profundo, son muertes contundentes, apresuradas.Para algunas personas, esas muertes han llegado a voluntad. Deciden cambiar de país, de familia, de género, y se rehacen. Para otras, una enfermedad o una pérdida son la muerte en persona, aunque sigan vivos y aquí.Me temo, amigos, que su relación con la muerte en general es distante y prejuiciosa. Quisiera que siguiéramos construyendo un vínculo con ella que reconozca lo benéfica que es, y que elogie sus alcances a nivel espiritual cuando ustedes se abren a los talentos supremos que ella posee.Tengo un amigo que se vio cerca de la muerte definitiva hace unos días. Ayer regresó a casa, y sé que puede sentir que renace lentamente. Su enfermedad aún lo acompaña, pero para su sorpresa, todo parece haber cobrado un nuevo orden.Trataremos aquí de recordarle a él, y a todos ustedes, que la muerte, o las muertes, son aliadas de la transformación. Buscan ellas traer consigo cambios profundos, abismales a veces, y lo más comprensible es que ustedes sientan resistencia, dificultades, molestias. Sin embargo, es bastante sano también que sientan agrado, liberación, cierta paz.El agrado ante la muerte, por ejemplo, viene del deber cumplido, del amor entregado, de la apertura a cambios indeseados, de la disposición ante la vida de entenderla y respetarla. La paz de la muerte es una indiscutible, puedes sentirla en la solemnidad de lo que cambia. Y hay mucha liberación, más allá del evento mismo, cuando una persona logra acoplarse a ese cambio y perder de paso algunos atavíos de los que estaba padeciendo.Es que tiene tal poder la muerte, que puede traer sus beneficios incluso alrededor. En el sepelio de mi amigo Pedro hace unos días, era fácil sentir cómo las personas más bien se dirigían a la inspiración que Pedro fue, que al dolor o al enojo por su accidente. Claro que lloraban, claro que les dolía, pero había construido Pedro una vida tan recta y libre que hasta su muerte fue así, sin tormento, sin merodeos, y liberadora para un espíritu que ya estaba preparado para volar.Cuando la gente evita hablar de la muerte, tratarla, prepararla, me lamento mucho. Se dicen que no a una parte esencial de la vida, se rehúsan al dolor, al miedo o a la molestia que ya deciden sentir, y se enmarañan en prejuicios y temores que rara vez son realidad cuando la verdadera muerte llega. En este momento mi amigo Felipe está viviendo una muerte de esas parciales. Fue diagnosticado con una enfermedad neurológica, que hasta ahora incipiente, ha sido precisa en amenazar su sensación de poder y control. No se imaginen por favor a un Felipe dominante o supremacista, hablamos de un amigo severamente dulce y apasionado que se repuso a la vida empuñando el dolor y parándose sobre el fracaso para llegar muy lejos.  La enfermedad de Felipe viene a marcar la muerte de ese dolor y ese fracaso de hace muchos años. Ella quiere obligar a Felipe a reformar su identidad hacia una libertad más auténtica, que no dependa de demostrar nada a nadie, que le recuerde constantemente que él mismo ya esta convencido de su grandeza. Quien sale de la muerte, o inicia una vida junto a ella, tiene pocas posibilidades en lo que a fallarse se refiere. A partir de lo que ha vivido, o sigue viviendo, alguien que enfrentó alguna muerte ya vio la vida pasar ante sus ojos, demostrarle su poder, e invitarle a seguir de un nuevo modo.¿Quién dijo que esa invitación es sencilla?, ¿quién dijo que los seres humanos son naturalmente valientes para dejar morir? El corazón humano no solo es apegado a la vida como la conoce, sino que tiene este impulso protector con el que a veces se equivoca. No protejas amigo una vida que necesita cambiar, asústate, es normal, pero avanza echando el susto al bolsillo de una manera ambiciosa. Te adaptarás. La adaptación es a mi gusto la virtud humana esencial. Lamentablemente, las comodidades que han desarrollado con el tiempo los han convencido equivocadamente que todo debe ser placentero. La muerte no tiene que ser placentera, ya que está hecha para lograr los cambios más radicales, pues moverá necesariamente a alguien sacándolo de alguna comodidad no tan provechosa.Entonces te fallas ante una muerte si te detienes a voluntad, si te empeñas en congelar el progreso del tiempo y el efecto del movimiento que ella causó. Te fallas si esperas sentirte cómodo muy pronto y para ello despliegas medidas contrarias al cambio profundo. Eso lo puedo ver con frecuencia, pierden algo y corren a suplirlo, a encontrar un sucedáneo por falso o perverso que este sea. Felipe, con la afectación de su fuerza, puede refugiarse en la autoridad que le da su posición actual y abusar. Claro que eso podría hacerlo sentir poderoso de momento, pero devastaría el propósito mismo de la pérdida de fuerza, que es el de introducirlo a lo sutil de la vida, a la transformación elevada de su psique, al perdón del pasado y la validación de sí mismo a partir de sus logros más elevados.Quien regresa a la vida después de un evento casi mortal, puede regresar para enloquecerse de vida, para desbordarse y compensar. Eso no resulta bien, claro está, pues surge allí una suplantación del propósito. Puede que entiendas que si tu vida estuvo cerca del final entonces debes vivir aún con más intensidad y placer de como vivías antes del evento. Sin embargo, rara vez ese es el cometido, cuando la muerte se acerca y te abraza está queriendo llevarte a un nuevo lugar, si vuelves a tu pasado acentuado estás dirigiéndote a ella con el gesto infantil de sacar la lengua y fruncir el enseño.No te recomiendo hacer caso a omiso a esas experiencias, de pequeñas o grandes muertes infranqueables. En todo caso están ahí para darte algo grande, no lo desprecies. Abraza el cambio que es grande y difícil. Algo lo está tratando de facilitar, una fuerza suprema trata de ayudarte. Sé astuto y aprovecha 😉".PD: cuéntanos, si te animas, esa muerte parcial que te quiso transformar recientemente. Leer historias mueve poderosamente los corazones incautos ✨
¿ME LLEVAS EN TU CARRO?
“Imagina que tienes un carro, que sabes conducir. Dado que tú controlas la máquina entonces el entorno soy yo. Es un juego, te invito a jugar, se tú el conductor, tu vida el vehículo y yo el entorno que te gobierna. ¿Cómo que el entorno te gobierna?, pues claro, yo hago que no puedas volar, solo puedes rodar, también hago que debas ir más lento en las curvas y que debas frenar para no chocar, y hago que el resto del mundo siga en movimiento mientras conduces: puede aparecer un animal o una persona en medio del camino inesperadamente, incluso los otros conductores son libres de mirar el radio o el celular, así que gobierno el entorno bajo la premisa de la libertad. Qué molestia, ¿cierto?, sería bastante agradable que pudieras contar con un entorno seguro y regulado, uno que proteja tu vida y la de los demás. Pues resulta que tienes el derecho a mover el timón, o a dejar de moverlo; puedes incluso cerrar los ojos si deseas, o acelerar en vez de frenar. Todos tienen derecho a tomar sus propias decisiones, eso lo entiende la vida, eso lo entiendo yo. Los carros tienen espejos para ampliar la visibilidad así como tú tienes inteligencia, puedes mirar desde distintas perspectivas. Cuentas con la memoria que obra como retrovisor, tienes las miradas laterales donde la intuición y la percepción suelen ofrecer información; de hecho no puedes conducirte solo mirando hacia adelante, porque como ocurriría en un carro, no tardarían los desaciertos abundantes. Quiero entonces que te preguntes si conduciendo tienes absoluto control o simplemente eres bueno leyendo el entorno, recibiendo retroalimentación, entendiendo las señales y abriéndote paso sin luchar con lo que se atraviesa en la vía. Pues bien, eres muy inteligente si has aprendido a conducir en armonía con lo que ocurre fuera de tu carro, has permitido que el mundo siga existiendo al margen de tus expectativas, y entiendes que no vas a cambiar los baches pero que puedes sortearlos muy bien. Creo que si haces eso con tu vida, si te dejas llevar también por las señales del entorno, entenderás que tus habilidades están más allá de la queja o el reclamo, de la necesidad de que el mundo se parezca a ti o corresponda a tu idea de lo que tiene que ser. Eso, además de ser una habilidad adaptativa es una inteligencia capaz de considerar siempre soluciones, de entender el juego siempre dinámico entre el mundo, tu vida y tú como piloto. ¿Quién dijo que conducir es sencillo?, y aún así muchos lo hacen muy bien. Si no conduces bien es altamente probable que choques y conoces las consecuencias. Dirigiéndote a ti mismo hay choques que necesariamente ocurrirán, pero muchos de ellos pueden ser prevenidos si te manejas con esa misma habilidad de adaptación, de lectura del entorno, de sentidos alertas y dispuestos a recibir retroalimentación. Quiero que sepas manejar, que disfrutes hacerlo, que te libres de una vez del estrés por lo que los demás hacen o por los errores del mundo. Hay que fluir, pues lo que tienes en tus manos es tu timón y no el ajeno. Tal vez puedas ser un ejemplo positivo, y así habrás aportado al entorno. Yo siendo el entorno recreo las condiciones de acuerdo a la retroalimentación que también recibo de sus participantes. Entonces te dejo esta invitación, condúcete con fluidez, admite lo que ocurre, ve más allá, crea soluciones. Esa es la inteligencia que más les hace falta hoy en día”.“Posdata: Juguemos, déjame tu comentario, el análisis de cómo te conduces, te devolveré el resultado de tu prueba de conducción 😉”.