Y ¿PARA QUÉ CREER?

Creado el: 2025-01-26 09:21 am

Historias

"No sabes cuando alguien se encuentra en su momento íntimo conmigo. No sabes cómo alguien particularmente se conecta. Puede que sea cocinando, entreteniendo la mente con un juego simple, o caminando por el bosque. 


Cada quien tiene su modo personal, y este es el de Juan, ir a su terraza temprano en la noche para conversar. Es que su terraza le brinda una vista única de las estrellas, una incluso mejor para él que la del observatorio en el que trabaja.


Le gusta más mirar al cielo desde su hogar porque ahí no estudia la física o la astronomía, ahí Juan me habla a mí. Y lo mejor es que yo le respondo. Él me escucha en sus sensaciones, en su suspirar, y en una claridad inesperada que alcanza cada vez que se dispone a sentir el eterno mundo en el que se encuentra.


Cuando Juan recuerda las infinitas posibilidades entonces se enchufa a su verdad. Eso ya es un hábito, que siendo para él algo natural, para mí es un milagro. Sí, yo también me sorprendo, yo alcanzo la dicha cuando alguien logra encontrar su modo.


Los modos cambian, son naturales, espontáneos. No funcionan los modos copiados a menos que los adaptes a tu sentir. Y Juan es genial para inventar sus maneras.


Para algunos de quienes se dicen creyentes, inventar es un irrespeto. Para mí es una oportunidad maravillosa. Quien juega con su imaginación sobre mí o sobre el mundo espiritual, goza de infinitas posibilidades y eso lo sabemos aprovechar bastante bien.


Cuando era pequeño, Juan me dejaba piedritas. Era un juego simbólico para él en el que se aseguraba de que yo lo persiguiera, «por si me pierde», decía. Claro que yo no necesitaba las piedras, que jamás pierdo a Juan, pero ese juego era una verdadera alegría para mí porque así Juan me tenía presente, confiaba, y hasta se sentía respaldado.


Ahora que está casado, que tiene una familia, Juan sube a la terraza para mirarme en el infinito y decirme que está confundido. No usa las palabras, eso me gusta, solo me muestra su cara y me toca en el viento. En cuanto cierra los ojos y se entrega, siente la respuesta, que tampoco son palabras. 


Suelo decirle a Juan cosas como suéltalo, o cambia de actitud, o deja de insistir en tal cosa. Incluso a veces me permite insinuarle temas que no lo motivaron a subir, pero que son pertinentes, prioritarios. 


Una noche en particular, Juan vino para quejarse de su hijo pequeño, que estaba rebelde, y su profesora insinuaba algunas complacencias innecesarias en casa. Juan subió, como de costumbre, para recibir claridad, pero yo le di un giro a nuestro encuentro de esa noche, y le hice sentir cierto temor en la barriga.


En vez de hablarle del niño, le hice caer en cuenta que su ansiedad estaba regresando, ahora en forma de cierta obsesión por el ejercicio. ¿Que cómo hice eso? Estando ahí parado, con la cabeza hacia atrás, tuvo tremendo calambre en la espalda.


Él se ríe cuando pasan esas cosas, sabe bien que ese es nuestro momento, y hasta me mira como si lo hubiera pellizcado. Rápido Juan entendió mi cometido, y de paso admitió que su niño también estaba teniendo asomos de ansiedad que lo conducían a un comportamiento inquietante digno de atención.


Esa noche nuestro encuentro duró poco, porque Juan bajó corriendo para aprovechar a su hijo antes de la hora del sueño.


Eso me gusta de Juan, utiliza nuestras conversaciones para actuar. Él no corrió a arreglar el mundo del niño, fue a mirar, eso quise, que solo mirara. Ese día nació un hábito en el que se miran en el espejo del otro, a veces contemplan sus diferencias, a veces comparten fracasos como dos niños inocentes que son, aprendiendo del mundo que se mueve dentro de ellos.


Ya la profe dejó de quejarse, bastó una mirada de Juan cuando dejó a su hijo a la siguiente mañana. La mirada de Juan decía: tranquila, estamos trabajando en eso, nos estamos implicando.


Creas o no, te acompaño, te enseño, al menos trato, y si me dejas, te guío. Búscame a tu manera, si ya tienes una que crees que funciona, observa si allí me logras sentir. Entonces sabrás que quieres un poco más, y yo también.


Nos vemos entonces en tu terraza, en tu ventana, en tu cama, en tu silla favorita, o en tus paseos, donde mejor te sientas dispuesto para mí".

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Olga Castaño

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Comentarios (10)

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Ayda Mary Portilla Delgado
"Para algunos de quienes se dicen creyentes, inventar es un irrespeto. Para mí es una oportunidad maravillosa. Quien juega con su imaginación sobre mí o sobre el mundo espiritual, goza de infinitas posibilidades y eso lo sabemos aprovechar bastante bien". Hermoso lloré con el, me hace recobrar la fe en lo que ya soy, en mi imaginación, en algo que siempre anhelo que vuelva o que se presente, que no tiene nombre ni rostro pero es tan bello que me abruma, algo que hace tiempo se me perdió bajo una nube gris a la que di demasiada importancia, lo he buscado en modos elaborados que no solo no funcionaron si no que me alejaron de esa conexión que yace en mi corazón, mil gracias por dejar esta pista en el camino, voy poniendo mis piedritas para que no me pierdas.

2025-01-26 10:37 am

Olga Castaño
"Me gustan las loquitas, las niñas, los secretos, los códigos. Vuelve, tenemos afán de quererte, de regresarte la magia que nos diste a guardar"

2025-01-26 10:47 am

Andrea Escobar
"Creas o no, te acompaño, te enseño, al menos trato, y si me dejas, te guío. Búscame a tu manera, si ya tienes una que crees que funciona, observa si allí me logras sentir. Entonces sabrás que quieres un poco más, y yo también" Si, bellísimo dictado, también me conmovió muchísimo. Siento que voy encontrando las maneras para sentirte con más claridad

2025-01-26 07:53 pm

Olga Castaño
"Recuerda, eres un caso especial, cuanto menos te esfuerces mejor me reconoces. Soy parte de ti de un modo tan natural que si no buscas, y solo eres, mejor".

2025-01-27 11:49 am

Cata Ospina
“Él no corrió a arreglar el mundo del niño, fue a mirar, eso quise, que solo mirara. Ese día nació un hábito en el que se miran en el espejo del otro, a veces contemplan sus diferencias, a veces comparten fracasos como dos niños inocentes que son, aprendiendo del mundo que se mueve dentro de ellos” que profundo tiene este ejercicio, con solo estar uno para el otro basta! Gracias por este dictado me conmovió demasiado. 🌷

2025-01-27 10:17 am

Olga Castaño
"Estar, y ser. Lo que eres pesa, cuenta, y basta. No hay que parecer, no hay que demostrar, lo que sí hay es que seguir aprendiendo. Estás más cerca cuanto más esencial eres, y esencial brillas fabulosa 🌟"

2025-01-27 11:51 am

Consuelo
Impresionante mensaje tan claro y motivador para disponer nuestro corazón y mente y dejar que esa gran compañía dirija nuestra vida.🫶💖

2025-01-28 02:22 pm

Sofía
Este mensaje me recordó la práctica del lenguaje del corazón, pocas palabras, más sentires. Agradezco esa guianza porque el lenguaje del corazón trajo belleza y tranquilidad. Me siento maravillada y quiero seguir emprendiendo en la búsqueda de las sorpresas del día a día. Abrazos estimada Olga 🤗🌻🏵️

2025-01-28 09:32 pm

Olga Castaño
Cuánto me alegra saberte por aquí, aprovechando los dictados, y tus progresos. Siempre recuerda, mejor sentir ✨

2025-02-01 06:52 pm

Erika Valencia
Ya casi serán 5 años de ese paseo en el parque en el cual sentí el “radio mal sintonizado” por primera vez! Confieso que aún siento un poquito de miedo, pero me hace feliz ser consciente de que es parte de nuestra forma de comunicarnos y de sentir que siempre están conmigo! Sigo trabajando en sentir más y pensar menos, esta cabeza loquita hace de las suyas, pero sin duda siente su guía y compañía.

2025-02-08 08:47 am

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ENFRENTA LOS CAMBIOS
“Es fácil decir que todos los cambios son positivos, aprender a verlo así es una tarea un tanto más compleja. Incluso los cambios positivos, buscados, deseados, representan retos que tal vez no fueron calculados a la hora de propiciarlos. Sucede que ustedes desean algo y nosotros estamos muy pendientes escuchando. No hace falta ni siquiera que sea en voz alta o por medio un ritual en particular; estamos muy atentos porque un deseo sincero es un acto de voluntad, y la voluntad amigos es el lazo que sella nuestra alianza. Me encuentro en este momento trabajando en alianza con muchos amigos que decidieron dar un paso, cambiar algo, hacer algo distinto. Ellos van tras sus metas por supuesto, y nosotros aprovechamos el movimiento para incorporar oportunidades que hagan que el cambio llegue a lo profundo. Uno de mis amigos está a punto de dejar la casa paterna. Ese por supuesto es un cambio no solo para él, siendo un hijo muy amado sus padres enfrentan una etapa que no saben bien cómo administrar. Claro que eso no es algo que mi amigo deba atender, lo que digo es que él debe estar frente a ese efecto y entenderlo, incluso debe enfrentar las emociones o vacíos que se puedan suscitar, y no precisamente para repararlos, quizá amigos, para hacerse a un lado. A eso me refiero con que los cambios que ustedes propician son aprovechados por nosotros. Puedes salir de la casa de tus padres y mantener cierta dependencia, incluso puedes procurar ocupar el vacío emocional que ello pueda causar, entonces la ausencia no será la oportunidad que tal vez estaban necesitando todos de avanzar más individualmente, de atender su propio llamado personal. Otra amiga está viendo su negocio crecer, lo que implica más responsabilidad, y más trabajo. Ella dio el paso de ampliar su mercado, y nosotros aprovechamos para retarla, para provocarla a que se viera más grande en cosas en que ella misma no ha decidido serlo. Podrías pensar en este momento, ¿Por qué la vida me va a obligar a ser grande si no quiero serlo?, o ¿Por qué en ese sentido si yo quiero en este otro? Bueno, no es una elección. La naturaleza misma de la evolución indica que el desarrollo de nuevas adaptaciones es la clave. Dicho de otro modo, a la vida no le interesa otra cosa que desarrollarse ella misma, y como eres un ser viviente entonces considérate incluido en la norma. La amiga de la que hablo está bastante incómoda con el cambio, ella esperaba otra cosa, tal vez hacer a su negocio exitoso sin perder la libertad y el tiempo libre. Algo así como quedarse en las condiciones del pasado, pero consiguiendo nuevos frutos. Por ahora ella refunfuña, no sabe que está creciendo por dentro, que se está dando cuenta de todo lo que puede llegar a ser si se lo permite, si le permite a la vida tratar de animarla. En este caso no puedo decir que la vida va a forzarla. Ella cuenta con su voluntad, y decide si usarla o no. Si en algún momento se cierra a los cambios simplemente el progreso se detiene. Habrás visto a personas que deciden quedarse en la comodidad de lo conocido en vez de salir a conquistar nuevos mundos; es su derecho y la vida lo sabe respetar. Y tengo otro amigo, él desea muchas cosas, las averigua, incluso se dice que dará el paso para conseguirlas, y se detiene. Se ha prometido cientos de veces que lo logrará, pero hasta el día de hoy no consigue pasar a la acción, y nosotros no podemos ayudarle en ese caso. Es como pedirle a alguien que te quiera, y no estar nunca presente para recibir ese amor. Si este amigo un día da el paso hacia sus deseos tendrá primero que ocuparse de todas las excusas que él mismo ha creado para avanzar. Los cambios amigos no tienen que ser una lucha o un sacrificio. La vida no anda buscando placer y satisfacción para ustedes como una prioridad; la vida los quiere ver grandes, decididos, arriesgados a vivir diferente. Si tienes un cambio a la vista y aún no das el paso, recuerda que no se trata solo de lograr lo obvio sino de hacerse grande descubriendo quién eres cuando lo consigues. Quedan entonces mis amigos cambiantes, los que más bien no se quedan con nada. Ellos me ayudan a explicar que a veces un cambio también es ser constante, o perseverar, o cultivar algo que requiere un largo trabajo. Aquellos cambios que solo traen gracia son efímeros, los cambios que sacuden la comodidad interior positivamente dejan caer en su movimiento una afortunada piñata de posibilidades creativas.  Así que, si estás buscando que pasen cosas buenas, entonces ábrete a los movimientos internos, en ellos nos sentirás en la forma de una fuerza interna que contiene esperanza, que ve la dicha que vendrá después del esfuerzo, que goza de las sorpresas que pueden venir como premio a tu disposición.  Recuerda, lo normal es evolucionar, lo raro es quedarse estático en las viejas comodidades. La vida se apaga cuando la detienes, la vida estalla cuando la permites”.
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“Eso es lo que me dice la niña, la misma que me pide todos los días amor, cariño, calidez humana. Les voy a contar de ella porque tiene esta idea terrible de que siendo dura se protege y se valida, ahora ya viene entendiendo, al menos a veces, lo equivocado que está, pero espero que tengamos juntos la oportunidad de llevar este cambio al máximo nivel, es decir a superar por fin su aval por los malos tratos. De hecho ella ha sido tratada con dureza, ha recibido ese ejemplo, se ha convencido tal vez sin saberlo de que la vida es para los duros de corazón, que solo pueden ser blandos los que ya tienen todo resuelto. La niña, me gusta llamarla así porque apenas está aprendiendo lo básico, se encuentra en un momento de desamor, al menos eso es lo que ella siente. Se siente sola, sin poder relacionarse con la gente a un nivel que le genere satisfacción o bienestar. Ella piensa que el amor viene por un lado y que vivir la vida es otra cosa, entonces es fácil verla ser agresiva con sus palabras o su mirada mientras gira para esperar abrazos o ternura de quien solo estaba observando. Ya ha tenido dificultades en el trabajo por ser intransigente, está llegando al límite eso sí, porque su hostilidad comienza a ser perceptible incluso a ella misma, y eso ya es mucho. Se siente mal después, lo sé, pero no le alcanza ese sentimiento para suponer que se está equivocando profundamente, y sus reflexiones sobre esas reacciones terminan con regularidad culpando a los otros de sus actitudes. Quiero decirle a mi niña que tiene mucho que aprender en lo que al amor se refiere, ella sabe que la cuido y la quiero, pero no puedo obligar al mundo a que la ame si ella no sabe provocar ese amor. El respeto, para empezar, es la primera muestra de amor humano, pues entonces comenzamos la educación de mi niña por allí. Cuando ella cae en cuenta de su actitud se atemoriza, tiembla por no saber quien ser si no es dura, tanto que supone que no va a ser nadie si es blanda con la gente o amable con los descarados que seguro aparecerán por montones. Es tan inocente mi niña que incluso supone que eso que la hace ver tan poco agradable es una virtud, yo le estoy dando tiempo para que tenga que ver su confusión por sus propios ojos, el problema es que una que otra vez su dureza le ofrece los resultados anhelados, consigue las reacciones de la gente que la hacen sentir cómoda, como sumisión y obediencia, y ahí es justamente cuando retrocede. Con el tiempo la niña verá que no habrá saciedad de cuenta de esa falsa sensación de superioridad, pero yo no tengo prisa, la prisa debería ser de ella que tiene tanto anhelo de aceptación, de calor, de amor. Ahora, mientras va viendo lo primero, el respeto, yo le muestro lo limitada que se encuentra para lograr su resultado deseado, una vida llenita de amor. Hace poco le ofrecí una nueva relación, la deje sentirse muy atraída, hasta convencida de al fin haber logrado lo que sueña. Ella misma podrá ver que solo tiene que bajar la cabeza, no a la persona del otro lado por supuesto, al amor, a la honestidad, a la humildad. Ya se imaginarán la magnitud entonces de los aprendizajes que mi niña enfrenta, dado el conflicto entre ser dura y dejarse querer ella se debate contra ella misma, entre sus principios aprendidos y sus deseos más sinceros. La verdad es que aún no quiere cambiar, me refiero a que no tiene un deseo verdadero de renunciar a su fachada de dureza con pretensiones de tenacidad, y vivir desde la humildad la incómoda tanto como para sentirse agredida, así que tiempo, eso es lo que mejor le puedo ofrecer”.
POBRE DE TI SIN UN DIOS
"Tengo varias amigas a quienes quiero dedicar este dictado. No sé porque me buscan si me niegan, o mejor dicho, sí lo sé, solo que hay que empezar por admitir que la fe es un asunto de la sinrazón.Mi amiga D se declara sin fe. Ella siente que no tiene un Dios, que no puede creer en algo tan loco, y refuerza sus creencias en las declaraciones de su compañero ateo. Mi amiga E tiene la creencia de que hay una energía tremenda, pero jamás la he visto reconocer en su corazón que esa energía es superior. Y tengo muchas amigas N, como la de la historia anterior, que aunque se dicen creer, en la práctica obran y deciden solitarias, vacías, desprotegidas.Puede, amigo, que no seas precisamente como una de ellas, pero me atrevo a decir que son contados los seres humanos que pueden albergar libremente un sentimiento de fe que no esté empañado por creencias, información, deberes y prohibiciones.Me gustaría invitarlos aquí a sospechar que existe una fe pura, llámese como se llame aquello en lo que sientes que la vida se origina. Una fe a prueba de ideas o de molestias, es que ya sé que su fe está íntimamente ligada a su satisfacción, y si la vida no ha sido complaciente entonces la culpa es fácilmente de Dios.No pretendo discutir aquí lo que Dios es y lo que no. Lo que quiero ver en sus corazones es menos soledad, menos pobreza, menos de ese vacío existencial que a veces logra hacer grises todos los colores.Por ejemplo, a mi amiga E le gusta hacerme caras, y no puede decir que esas caras que me hace no se corresponden con un sentimiento sincero. Ella me desprecia, es decir, me quita precio, cada vez que las cosas fallan, o ella falla. Viene así teniendo una relación conmigo que no escatima en condiciones y requisitos; como podrán entender, la naturalidad de nuestro vínculo es casi nula.A todos les recomiendo que den una mirada a su vínculo conmigo, con lo que es superior, con la fuerza que sostiene la vida. Por favor, no se respondan de inmediato enunciando su religión, las creencias de sus padres, o su versión de quién es Dios. La invitación es a mirar su sentimiento de lo divino. Y si en este momento es molesto sentir que son dos cosas distintas, lo entiendo, podemos encontrarnos después, cuando estén tranquilos con el hecho de que no siempre lo que piensan se corresponde con lo que sienten.Vivir sin un Dios es como ser huérfano de toda paternidad o protección. Es una molestia inconsciente de la que pocos despiertan a tiempo para disfrutar mucho más el camino de vivir.Puede que logres encontrar tu sentimiento divino en algo que ha sucedido pocas veces, como un duelo, una pérdida, o un milagro. O que te digas equivocadamente que tu hijo, tu pareja, tu madre, son los ángeles que sí existen, y que todo lo demás es cuento. Puede incluso que las prácticas con las que creciste te hayan estado ocultando del vínculo directo y sentido que Dios espera que crees junto a él.Claramente esta no es una invitación a comprender, y sé que eso ya deja por fuera a otros más que no pueden confiar en lo que no comprenden. Para mi tranquilidad, incluso quien me niega me siente. Así que quien se aleja porque no comprende me encontrará después en los eventos más sentidos de su existir. Quiero también contarles que algunas de esas amigas de las que les hablo educan a niñas que demuestran su necesidad de sentir lo divino. Se podrán imaginar; una de mis amigas se hace nudos, otra delega la tarea en la abuela, y otra en el colegio. A propósito me gustaría hacer una diferenciación entre enseñar una fe preestablecida y ayudar a un hijo o una hija a encontrar su sentimiento divino. Transmitir algo que sientes o piensas es fácil, y conecta al pequeño en algo que tú sientes. Así es como la mayoría de ustedes ha aprendido su fe. Acompañar a alguien más a identificar su sentir interno sobre Dios es una tarea de respeto y conciencia, que pocos han tenido que hacer porque se han ocupado demasiado de otros avatares y no tanto de la búsqueda de la identidad espiritual.Si te anima la idea, si quieres acompañar a alguien, o darte el permiso de hacerlo por ti, esto es todo lo que te puedo recomendar: sincérate sobre ese tema como una fuente de riquezas, evita remitirte a ideas o conceptos, y practica ir al sentimiento.Mientras lees veo claramente que tu sentimiento es amor, soledad, vacío, tal vez cordialidad, distancia, perdón, olvido, milagro, y hasta utilitarismo. ¿Cuál de ellos?, ¿cuál otro?Y no hagas nada con él, no se ven los sentimientos para catalogarlos, no este sobre Dios. Si puedes ver tu sentimiento honestamente y dejarlo quieto, entonces te estás comunicando conmigo. Si aún no sucede así, con honestidad y quietud, entonces practica, serénate, no tengas prisa. Una verdad espiritual no responde a la prisa…"
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