LAS PRUEBAS QUE ME PIDES

Creado el: 2021-11-06 08:42 am

Historias

“Ahí estás pidiéndome pruebas, conozco esa mirada de insatisfacción cuando crees que no estoy ayudando. Vamos a aclarar una cosa, a veces te ayudo y solo no te das cuenta como.

 

Acaricio tu cabello en las noches estrelladas, dejo sensaciones en la almohada o el sillón y froto tus platos con mieles de amor. También acostumbro limpiar esos zapatos con confianza y gozo de un talento especial para hacerte sentir la prenda que te abraza mejor. 

 

No creas que no estoy cuando no me puedes sentir con claridad, ahí estoy al lado de tu confusión esperando una oportunidad para apagar el fuego y ayudarte a regresar. Es que si no me ayudas las oportunidades que me quedan son invisibles, etéreas; preferiría incluso que me dejaras hablarte al oído pero sueles estar tan ocupado que medirme con tus pensamientos no es una opción.

 

No estoy ahí para evitar la vida, para darte todas las comodidades o vigilar tus acciones, más bien me gusta acompañarte sintiendo tu intención y asociándome a ella. ¿Cómo podría obligarte si hemos pactado para siempre que tengas el poder de la voluntad?. Sí, siempre vas a tener la última decisión, la voluntad es justamente la capacidad de, habiendo considerado las alternativas, elegir.

 

Ahora, mis amigos más cercanos, ‘llaverías’ como dirían por ahí, son quienes han decidido considerar mi opinión cada vez que van a decidir. Ellos no siempre siguen mi sugerencia por supuesto y los entiendo, pero se van familiarizando hermosamente con mi deseo, mi planteamiento; entonces, cuando las lecciones se repiten o se parecen sencillamente terminan convenciéndose de la razón por la cual esa era su mejor opción.

 

Así que si todavía esperas una disertación, que nos sentemos en tu sala a discutir de piernas cruzadas un tema en particular, lo que va a ocurrir es que te decepcionarás de mí. No asisto a esas invitaciones porque las palabras así puestas distraen a la razón, yo simplemente quiero que puedas ver mis opciones, su sustentación te queda de trabajo.

 

Otra razón por la que disiento de las pruebas, de las comprobaciones, es que no estoy en la tarea de enseñar primordialmente con palabras, en los acontecimientos de la realidad las ratificaciones son más fáciles de instaurar y aceleran el aprendizaje. 

 

Imagina que me preguntas qué carro comprar, tomas una revista y la abres al azar esperando ver con claridad cuál te conviene, pero no parece haber una respuesta efectiva; eso es porque yo prefiero esperar que vayas al concesionario, hagas la cotización y sientas en el pecho la fuerza de esa deuda para así saber con definitiva claridad cuál es el vehículo, el momento y la manera de adquirirlo. 

 

Ahí, en la silla del lujoso auto que más te gusta, yo soy el sinsabor bajo la lengua que se sobrepone a la emoción en el pecho. Incluso a veces logro hacerte girar a ver la opción intermedia que te traerá más bienestar. Entonces viene la decisión, te mostré las opciones y te indiqué lo que te hace bien, tus opciones están claras y yo quedo satisfecho, eso sí tu satisfacción a veces es inmediata o a veces es duradera, de acuerdo a lo que mides que es mejor para ti.

 

No soy un papá mandón, eso debe quedar claro, más bien soy un amigo de esos de toda confianza que dicen poco lo que quieres escuchar. De momento puedo incomodarte pero a la larga seré tu mejor amigo, estaré ahí para mostrarte la verdad y ayudarte a perseguirla, y tendré toda la paciencia que haga falta hasta que decidas avanzar”. 

Profile

Olga Castaño

¿Te gustó el contenido de este artículo?
¡Compártelo con tus amigos!

Comentarios (7)

Nos encantaría saber lo que sientes y piensas con este dictado, comparte tus experiencias o preguntas, sugiere nuevos temas.

Adriana C.
Muy hermoso! Definitivamente no nos enseñan sólo a través de las palabras, esas que esperamos escuchar con tanto anhelo y con las cuales limitamos nuestra conexión con el Cielo. Es la fuerza del sentir y de la propia experiencia la mejor forma de dejarnos guiar.

2021-11-06 11:10 am

Olga Castaño
“Es que nos gusta que asuman sus decisiones, que tengan que confiar y arriesgarse a veces. No sería divertido una especie de dictamen constante en el que damos instrucciones precisas”

2021-11-06 04:55 pm

Diana
Que lindo, se de su gran paciencia, siento su caricia en mi pelo, pero es verdad mi mente no para y se vuelve una locura discernir. Gracias cielo, siempre tu palabras tan llenas de verdad y de amor. 🥰

2021-11-08 08:08 am

Olga Castaño
“Dianita, y todas las que me dicen ‘es que mi mente’, no quiero que me digan más esa palabra como la excusa inescrutable, la mente no tiene la culpa de nada, son ustedes que aún no se deciden a dejarla”

2021-11-08 09:42 am

Angélica Idárraga
Un dictado que cae justo en el momento perfecto de mi vida. Siempre he esperado palabras del cielo, lo he visto como un papá que sienta a su hija en la sala a enseñarle y no he visto cada llamado en pequeñas situaciones, sensaciones y chispasos cotidianos.

2021-11-11 02:55 pm

Olga Castaño
Creo que esa es la parte más difícil si uno espera diferenciar entre sus ideas y las del Cielo, que a veces disfrutan haciéndonos sentir que su voz como algo completamente propio.

2021-11-11 07:45 pm

Consuelo
A veces la mente (la loca de la casa) me traiciona pero si nos damos cuenta pronto, lo veo como una ayuda muy grande y tomo calma y dando espacio llega a mi mente presisamente la respuesta o lo que queria haciéndome caer en cuenta que no estamos solos en nuestro caminar si aceptamos ese regalo infinito que es todo: el amor de Dios.

2025-01-23 02:43 pm

Nuevo comentario
Artículos Relacionados
LA TRISTE HISTORIA DE VIVI LA MAGA
“Hace algunos años, cuando la magia de Vivi fluía sobre su piel, ella era distinta. Andaba desprevenida en su irreverencia y se dejaba atraer a lo nuevo sin taras. A Vivi le encantaba en particular experimentar, y no estaba pendiente de sus errores o finezas, ella solo se preocupaba por vivir.Me gustó tanto eso de Vivi que la invité a elevar su magia, le di algunas responsabilidades que le sirvieran de escenario para practicar, y la cambié.La hice consciente. Ella estaba bastante dispuesta, pero debo reconocer aquí que hice mucho para que su consciencia fuera latente, despierta, ambiciosa. ¿Y qué pasó? Que ese viaje a la consciencia la puso en sintonía con cosas de trascendencia superior, y la perdí en ese embeleso.Hoy lamento haberle dado tanto. Si hubiera sido más cauteloso tal vez ella no se habría envuelto en ese dolor del que hoy se viste. Si la hubiera educado solo a través del gozo entonces no sería necesario ahora ayudarle a recuperar la esperanza y el gozo sereno.Pero no me arrepiento, el ‘hubiera’ siempre es una figura retórica por supuesto. Dejé que ella se sumiera porque así como le ponía pasión a la ligereza se la iba a poner a la trascendencia. Y yo necesitaba, también lo confieso, darle la lección profunda que ella tanto necesitaba sobre esa idea de corregir el mundo.Así que Vivi se entregó al drama de las circunstancias, se desvió de la tarea y se enfocó en lo imposible, en el dolor, en lo que no se entiende. Quién dijo que trascender es entender, hasta mis mejores aprendices llegan a esa confusión, y por eso es tan importante despejarla.Se distrajo, mi amiga se distrajo. Vivi dejó de ser esa chica espontánea que les conté al comienzo, y se transformó en una persona aguda para ver el error y quedarse atrapada. Quiso incluso dejarme, siendo yo la esencia de su aprendizaje, y trasladarse al envolvente mundo de las comprensiones profundas, tuvieran ellas sentido, o no.Cuando la vi caminar hacia allá, hacia la sordidez del trascendentalismo, la solté. No me vayan a decir que tenía que retenerla. Recuerden por favor, esto siempre se trata de la voluntad, ese es el espacio que no toco, no se atrevan a reclamar. Viéndola ir, eso sí, sentí tremendas ganas de recordarle quién es, pero se fue con tanta fuerza que la sutileza de mis señales no la alcanzaron a atraer. En ese viaje del que Vivi aún no acaba de salir, su magia natural quedó desdibujada, y ella mejor se entregó al poder que le significaba poder descifrar asuntos de gran envergadura.Ahora la magia esencial de mi amiga vive guardada en una especia de esfera diminuta, muy en su centro, casi en su corazón. Está protegida, ustedes no se preocupen, solo que no logro hacer que vea la necesidad de romper la esfera y expandirse.Ella siente incluso esa presión en el pecho. Se siente perdida buscando algo que no sabe qué es, hasta me pide ayuda de rodillas sobre recuperar el sentido. Sin embargo, en medio de ese pedido no suelta ni una letra de ese conocimiento trascendente que la atrapa.La veo hipnotizada, casi drogada. Mi esperanza entonces es que esa fatiga, esas rodillas rotas de cansancio, y ese gesto que ella misma puede ver de insatisfacción, le sumen hasta recuperar la astucia y volver a vivir.¿Serás tú una Vivi, amigo mío?, ¿serás la persona que se dedicó a lo trascendente olvidándose de la realidad de uno u otro modo? No todo es trascender, al menos no a través de la consciencia profunda de las cosas difíciles, y menos a través del dolor o del martirio.Les adelanto, a ustedes que son mis amigos, que Vivi se encuentra en una especia de despertar. Le ha costado, porque recula. Se vuelve a cobijar con las ideas que ha encontrado estos años y la pierdo. Pero cuando se acerca al ahora, a la vida, a la experiencia inmediata, nos abrazamos.No busco que ella, o ustedes si se han perdido, vuelvan a lo que eran antes. Ese viaje tiene un sentido: llevar su magia al siguiente nivel. Solo ¡vuelvan! Háganse el favor de echarse agua en la cara y reaccionar. Si enfrentaron situaciones difíciles, quiebres existenciales, salgan de ellos corriendo una vez fueron superados. No se queden adorándolos, validándolos, casi idolatrándolos.El valor de lo vivido a un nivel profundo no irá a ningún lado. Está más que bien que la memoria se refresque, que puedan darse un nuevo comienzo. Como quien sale de las tinieblas sin vestirse de ellas, y corre a buscar un nuevo vestido que le quede para el futuro, para la recompensa merecida por el viaje valiente a lo profundo.Lávate la cara, córtate el cabello, cambia de casa. Haz algo que represente por favor el retorno a la realidad de lo que eres ahora recombinado, repotenciado. La experiencia que posees no tiene que significar peso, densidad, carga. Al contrario, espero que si has aprendido lo suficiente en tu viaje a lo profundo entonces puedas venir ligero de piernas sabiendo que no hay mucho que vayas a arreglar luchando, o sufriendo.Quiero incluso que te sacudas el polvo, que cambies de ropa, que te veas retornando al gozo ahora con la libertad de saber mucho más a fondo de qué se trata la verdadera esperanza. Creo que estarás de acuerdo en que la esperanza, una vez conoces lo profundo, consiste en ver la verdad a los ojos y no dejarse apabullar.Arreglemos entonces el retorno de Vivi, que ella reciba su ayuda a través del deseo que me gustaría cultivar en todos ustedes de poder ver las cosas más difíciles o inexplicables de la vida y seguir adelante, aprendiendo y a la vez disfrutando. ¿Qué tan difícil puede ser? Se trata de recordar que no vas a lo profundo para repararlo, vas en esencia para respetarlo”.
NO QUIERO SER BLANDA
“Eso es lo que me dice la niña, la misma que me pide todos los días amor, cariño, calidez humana. Les voy a contar de ella porque tiene esta idea terrible de que siendo dura se protege y se valida, ahora ya viene entendiendo, al menos a veces, lo equivocado que está, pero espero que tengamos juntos la oportunidad de llevar este cambio al máximo nivel, es decir a superar por fin su aval por los malos tratos. De hecho ella ha sido tratada con dureza, ha recibido ese ejemplo, se ha convencido tal vez sin saberlo de que la vida es para los duros de corazón, que solo pueden ser blandos los que ya tienen todo resuelto. La niña, me gusta llamarla así porque apenas está aprendiendo lo básico, se encuentra en un momento de desamor, al menos eso es lo que ella siente. Se siente sola, sin poder relacionarse con la gente a un nivel que le genere satisfacción o bienestar. Ella piensa que el amor viene por un lado y que vivir la vida es otra cosa, entonces es fácil verla ser agresiva con sus palabras o su mirada mientras gira para esperar abrazos o ternura de quien solo estaba observando. Ya ha tenido dificultades en el trabajo por ser intransigente, está llegando al límite eso sí, porque su hostilidad comienza a ser perceptible incluso a ella misma, y eso ya es mucho. Se siente mal después, lo sé, pero no le alcanza ese sentimiento para suponer que se está equivocando profundamente, y sus reflexiones sobre esas reacciones terminan con regularidad culpando a los otros de sus actitudes. Quiero decirle a mi niña que tiene mucho que aprender en lo que al amor se refiere, ella sabe que la cuido y la quiero, pero no puedo obligar al mundo a que la ame si ella no sabe provocar ese amor. El respeto, para empezar, es la primera muestra de amor humano, pues entonces comenzamos la educación de mi niña por allí. Cuando ella cae en cuenta de su actitud se atemoriza, tiembla por no saber quien ser si no es dura, tanto que supone que no va a ser nadie si es blanda con la gente o amable con los descarados que seguro aparecerán por montones. Es tan inocente mi niña que incluso supone que eso que la hace ver tan poco agradable es una virtud, yo le estoy dando tiempo para que tenga que ver su confusión por sus propios ojos, el problema es que una que otra vez su dureza le ofrece los resultados anhelados, consigue las reacciones de la gente que la hacen sentir cómoda, como sumisión y obediencia, y ahí es justamente cuando retrocede. Con el tiempo la niña verá que no habrá saciedad de cuenta de esa falsa sensación de superioridad, pero yo no tengo prisa, la prisa debería ser de ella que tiene tanto anhelo de aceptación, de calor, de amor. Ahora, mientras va viendo lo primero, el respeto, yo le muestro lo limitada que se encuentra para lograr su resultado deseado, una vida llenita de amor. Hace poco le ofrecí una nueva relación, la deje sentirse muy atraída, hasta convencida de al fin haber logrado lo que sueña. Ella misma podrá ver que solo tiene que bajar la cabeza, no a la persona del otro lado por supuesto, al amor, a la honestidad, a la humildad. Ya se imaginarán la magnitud entonces de los aprendizajes que mi niña enfrenta, dado el conflicto entre ser dura y dejarse querer ella se debate contra ella misma, entre sus principios aprendidos y sus deseos más sinceros. La verdad es que aún no quiere cambiar, me refiero a que no tiene un deseo verdadero de renunciar a su fachada de dureza con pretensiones de tenacidad, y vivir desde la humildad la incómoda tanto como para sentirse agredida, así que tiempo, eso es lo que mejor le puedo ofrecer”.
NO LO TOMES PERSONAL
"Comienza un nuevo año, y algo de ansiedad veo en sus ojos. Ella sabe que este año las cosas deben cambiar muy en serio, no solo por aquello que la hacen sufrir, sino por algunos cambios que vendrán y que espero que tengan la fuerza para transformar la realidad no solo en el exterior, sino en su interior.Lo difícil para ella es que no tiene fe verdadera. Es decir, ella no alberga verdadera ilusión. A mi amiga le falta la sensación inconfundible de la esperanza, y en cambio se engaña con la repetición de palabras que le dicen que sí puede. Ella dice que puede, pero no cree que puede.Hace poco mi amiga colapsó, las cosas se salieron un poco de control, y todo se originó básicamente en ese deseo que ella tiene de ocultarse a sí misma su pobreza. Como la vida es de contrastes, ver a su pobreza atravesarse en el pasillo mientras caminaba desprevenida, la confrontó.Amigos, y amigas, quien se oculta a su pobreza termina asustado y desubicado, pues entretenido diciéndose lo rico que es, se olvida de tener claro aquello que debe conquistar, transformar, enriquecer, y queda entonces oculto ante sí mismo ese lado desvalido o siniestro que aún debe llenarse de luz.Ocultarse la verdad no cambia las cosas, eso es fácil de entender. Pero lo que ahora no están entendiendo muy bien es que el mundo se está potenciando en el engaño. Basta con mencionar las redes sociales, que trabajan decididamente para decirte que todo está muy bien, o para dejarte claro que es lo que sí está mal. Lo hacen hasta lograr acuerdos mundiales, y entonces los problemas más íntimos, personales, individuales, quedan fuera de la realidad porque ninguna red social dijo que a ti en particular te hace sentir mal una cosa que no sabes mencionar.Me gustan las redes sociales para difundir información valiosa y educar, pero ocurre que ese mismo valor a veces es la causa de un trastorno que lamento más que todos los demás ahora, la confusión. Tengo muchos amigos confundidos al haber asumido que deben ser educadores, generadores de información, profetas, mesías.Hablamos de un efecto que no solo promueven las redes. Si los veo conversando en grupo, la conversación la lleva quien dice cómo deben ser las cosas. Ya no les gusta preguntarse cosas, aprender juntos, pasar el rato simplemente compartiendo lo que son. La información se ha convertido en la verdad.¿Qué pasó con el discernimiento natural? ¿A dónde se fue la mística esencial de ir más allá de los datos e intuir, olfatear, sentir, meditar?Entonces los veo en una carrera de respuestas, en un afán conspicuo por responder con contundencia, por tener la claridad, la última verdad. Y claro que eso ha traído cosas buenas, que es una gran oportunidad, pero a mis amigos que se dicen mentiras, eso les está jugando en contra.Si tienes una pobreza, una que hace hoyo en tu sentir interno, y la cubres con información, te mientes. Cuando te mientes, esperas estar pleno y rebosante, das por sentado que todo esta maravillosamente bien, y en el momento en que el agujero se despeja, caes a un vacío devastador.En cambio, si llevas tu agujero despejado, lo cuidas, lo atiendes sabiendo que esa pobreza puede ser cubierta, entonces te enfocas más en recoger riquezas que en recoger mentiras que lo parezcan.No temas si este dictado parece hecho para ti en algún aspecto. No lo tomes personal. Creo que todos en cierto sentido se ocultan algo. Creo que se dedican mucho más a su riqueza que a su pobreza. Y entiendo, la ambición los anima mucho más a las riquezas placenteras que a esas que implican esfuerzo o temeridad. Pero amigos, no poseen una riqueza tan real si se tienen que engañar con placebos o sucedáneos.Para reconocer tu pobreza más inminente, la que primero necesita atención, revisa ese vacío o esa necesidad insatisfecha que te complica la vida. No importa que te hayas dicho una y mil veces que lo entiendes y que lo aceptas, si sigue causando vacío, ausencia, pobreza, ese es un espacio que necesita atención.Claro que da pereza, harta saber que esa molestia sigue allí, que ese defecto sigue aclamando cambios, que esa situación sigue sin resolverse, pero como sueñas con una vida plena, entonces considera ahora animarte a emprender algunos cambios que traerán riquezas inesperadas.Eso es lo bueno de algunas pobrezas, despiertan talentos y capacidades únicas que solo traen brillo y oportunidad. Los veo cómodos en algunas carencias porque el esfuerzo parece más amenazante que el problema, y este al final es su engaño principal.Nadie viene a decirles lo bien que estarán cuando superen esa dificultad. Nadie les anuncia el futuro y les hace sonreír con ilusión por los logros residuales de un cambio profundo. Pero deberías sospechar que un agujero se llena de luz y entonces la plenitud hace honda, se expande, y alienta otras riquezas dormidas.No quiero víctimas indefensas de la realidad, la situación de víctima ha de ser un movimiento transitorio que debe ser utilizado como la vida pretende, para transformar realidades, para vencer al enemigo, para aceptar la realidad, o para transformarse en función de ella.Cuidado amigos con esa mentira soberbia de exaltar el dolor o de consagrar una vida santa de cuenta del sufrimiento. Está bien que cuando sufres viene la compasión, recibes apoyos que no ocurren cuando estás feliz, pero, ¿eso es lo que quieres?, ¿un amor venido de tu sufrimiento? ¿Qué tal ahora una mirada de admiración por superar las cosas y vencerte?Que el enemigo comercial que es el drama no te oculte más tras las mieles de las emociones. Que la próxima vez que tengas un bajón, no logre tu teléfono llenarse de súbito con publicaciones que replican lo que sientes. Piénsalo, el drama y la confusión reciben toda suerte de publicaciones, la claridad y la resiliencia por sí mismas no dicen nada, entonces no consiguen muchos likes.Imagínate saliendo del regocijo emocional que la información causa ahora, y pasando a vivir tus emociones en la frescura de tu intimidad, sin tanta resonancia, con algo de silencio saludable. Enfrentando tu verdad que nadie posteará, y venciendo así esa pobreza que solo tú puedes sentir y vencer.Que te tengan compasión es un confite, que te vean vencer es un silencio. ¿Cuál prefieres?".
SIENTES, LUEGO JUZGAS
"Juzgar tiene más que ver con lo que sientes que con lo que piensas. Juzgas duramente aquello que lastima tus susceptibilidades, y puedes dejar pasar de largo más fácilmente lo que no lastima tus heridas. Es que juzgar no es solo lo que dices, juzgar también es eso que sientes sobre los demás, una especie de juicio implícito que obedece por supuesto a lo que has vivido, tolerado, amado o despreciado. La gente delicada trata de juzgar lo menos, y aun así sus sentimientos necesitan aflorar. Tengo una amiga que se esmera por ser correcta, veraz, neutral, y en general le funciona. Pero ella es otra cuando el tema en cuestión es la injusticia. Mi amiga fue criada por una madre rigurosa, que dirigió su vida y la de sus hermanos a través de una especie de ley. Esa ley, lejos de ser justa para ella de pequeña, estuvo sesgada por exigencias insensatas, o por la oportunidad que la niña ofrecía al ser obediente y eficiente.También tengo otro amigo, cuyo sentimiento proviene más de las dificultades en las que se encontraba su madre cuando él nació. Mi amigo se siente fácilmente despreciado, es decir, de poco valor, y juzga inconsciente y duramente a quienes no le dan valor explícito o parecen brillar más que él.Tú, ahí leyéndome, piensa qué es eso que juzgas con especial impulso. Puede que seas decididamente duro juzgando las fallas, porque entiendes que no puedes fallar, o juzgas el desamor, porque mucho amor te hizo falta. No es fácil reconocer algunas heridas inconscientes, o razones de la experiencia para creer que el mundo debería ser más justo, valorarte más, ser más acertado, o más amoroso. Sin embargo es bueno que entiendas que eso que te hace protestar es una herida que cobijas con ideas, ideas no tan bien construidas, que aparentemente protegen tu herida para que no duela. Míralo así, juzgas lo que te hace sentir mal. Si estás en paz, puedes pasar de largo sin juicios viciados, y entonces el sano juicio obra en favor del aprendizaje, que es lo que mejor puede ocurrir. Sí, el mundo es injusto, es verdad, y tiene muchos otros defectos. Pero tal vez es tu hora de admitir que lo que haces con eso marca la diferencia en tu bienestar. Sentirte de menos en algo definitivamente no ayuda. Sentirte de más es quizá una peor idea aún. Y moverse entre esos dos extremos es tan retador que prefieres quedarte en alguna orilla.Te invito a que te esfuerces, a que esperes ser más decidido para reconciliarte con tu herida, y verla supurando a través de tu mirada de frustración frente a eso que no tuviste.  Si eres valiente y observas, no tardarás mucho en caer en cuenta que estas recibiendo más bien un llamado a trascender esa herida. Curiosamente, muchas personas se enredan en juicios asociados a sus madres, ya sea porque ellas los emitieron, o porque los inspiraron. ¿Tuviste una madre dura o exigente? Puede que te veas juzgando los errores ajenos con rigidez e incomprensión. ¿Tuvo tu madre muchos problemas para enfrentar su vida? Es posible que la vida te parezca tremendamente injusta o despiadada.No le echemos la culpa a las madres, no es ese el objetivo, entendamos juntos que fue un aprendizaje, y también juntos tratemos de buscar desaprender. Digo juntos porque nosotros queremos ayudarte a lograrlo, a desprender, y a sanar. Ya sabes, no podemos simplemente sanar tu herida, debes hacer parte, pero sí hay mucho que propiciamos para que tengas que sentir el ardor en tu herida y entonces la tengas que atender.Hay heridas de tantos tipos, tan particulares, que arden tan distinto, que aunque logres darle un nombre a la tuya entiende que el remedio es exquisitamente particular. Por ejemplo, muchos de ustedes comparten una herida que podríamos llamar el vacío de no ser grandioso. Niños que no tuvieron un lugar exaltado en el hogar, hermanos que no destacaron por su inteligencia como otros de la familia, pequeños poco favorecidos en algún aspecto, o puestos en un segundo nivel de importancia familiar por distintas razones. Ese vacío de grandeza, de lugar, es uno íntimamente ligado a juzgar. Si bien de niños ustedes no están pensando en cultivar rencor, si están respondiendo a la necesidad de tener un lugar de valor entre los suyos. Juzgas ahora ese vacío, tienes esa necesidad por resolver, y adivina, lo harás tú. Otra amiga, quien fue abandonada por su madre estando pequeña, guarda esa herida como quien cuida un tesoro. La entiendo, nadie va a discutirle que eso fue tremendamente injusto, o le negará su derecho al dolor. Pero tampoco nadie vendrá a decirle que lo tiene que superar, y que se puede hacer a ella misma fuerte y sana si enfrenta la tarea de darse su propio valor y perdonar.La justicia de la vida, entenderás, dista de los sentimientos humanos. Los acontecimientos de la vida no se definen de acuerdo a si te dolerá o no, ocurren, y eso es lo que debes afrontar. Hacerle pecho a lo que ha ocurrido es el comienzo de tres pasos esenciales para darle un giro a esa historia, a esa herida.Primero, hay que reconocer la herida, segundo, hay que ver que es algo que puedes reparar, aunque a veces sigas diciéndote que esa es tarea del causante, y tercero, hay que sanar para triunfar, hay que desenamorarse del dolor.Veamos un caso. Si tu herida tiene que ver con que tu valor dependía de tus logros, entonces comienza por ver todo lo que te nubla estar pendiente de ellos, de destacar, de salir premiado o exaltado. Si te exaltan sientes valor, si no lo hacen algo estuvo muy mal, y tal vez no eres tan valioso.  Probablemente no lo has pensado, obtener logros está bien, pero que tu bienestar dependa tanto de ello es una señal que merece atención. Entonces sospecha, oblígate a sospechar, que es algo que tú mismo puedes reparar. Claro que puedes reparar las heridas que causó el entorno, y que no necesitas obsesionarte con repararlo a él. Pero no necesitas juzgar al entorno cientos de veces para repararlo, o para reparar el daño que te causó. Lo que necesitas es ilusionarte con un cambio, con tu libertad, con una sana autoestima.Por alguna extraña razón que no corresponde explicar, los seres humanos se vinculan más al dolor que a la plenitud, y eso les impide buscarla. Desenamorase del dolor implica la valentía y el coraje de contradecirse a sí mismos, ¿quién dijo yo?”
PASADO PESADO
Alina espera el tren, en verdad está escondida pero se dice que cuando el silbato suene va a enderezarse de inmediato. Esa maleta de toda la vida la hace dudar del viaje, ella le pide que se anime pero la maleta no coopera, solo se queda cuadrada, inmóvil, enraizada.  Piensa y repiensa sin progresos, aún no se decide a dejar atrás tanto valor; mientras flota en sus pensamientos se escucha a lo lejos la locomotora rozando los rieles, ha llegado la hora y si no se detiene de dudar va a perder su única opción de viajar hoy. Apoyada en la maleta se levanta para darse cuenta que las correas están atoradas en las raíces espinosas del viejo árbol donde se escondían las dos. Ahí está el motivo de sus dudas, la joven se da cuenta que no logra dejar sus recuerdos, no quiere ir al futuro sin su hermoso pasado pero el pasado es justamente lo que no la está dejando partir hacia el futuro. ¿Cómo podría Alina perder sus recuerdos cuando los tiene tan presentes? (¿Tienes un consejo para Alina?) Asomada en el umbral intenta revisar con el rabo del ojo la pausa del tren, en la primera ventana que ubica, sin esperarlo, se encuentra su amor de la primaria, viaja allí su viejo amigo, solo y sonriente agitando la mano para saludarla. Alina se debate sin saberlo entre un recuerdo vivo que espera en el tren y los recuerdos aferrados que hicieron raíces en el refugio del árbol. Debe tomar una decisión, ya el maquinista anuncia la partida; hay que saber que este viaje no se hará mañana, si Alina decide regresar a casa con sus recuerdos su esperanza no va a ser intentarlo otra vez sino rendirse para recuperar los recuerdos y adornar los anaqueles con meticulosidad. Fría como nunca antes se vió Alina enfrenta el hecho de abandonar la maleta, a duras penas podrá viajar con su bolsita de mano, documentos y algo de dinero. Corre temblando de afán, no tanto por la prisa de alcanzar el tren sino por la rapidez con la que se observa abandonando su pasado; no sabe si hace lo correcto pero correr es lo único que siente por hacer. Una vez aborda la chica logra distinguir a otros conocidos, gente agradable que viaja en ánimo jocoso, preparados para disfrutar el solo hecho de viajar. No es que se sienta muy cómoda pero Alina quiere dejarse llevar así que se sienta con el grupo mientras a lo lejos se queda la maleta meneándose antes de caer sobre la tierra húmeda. Ya no sabe nuestra viajera si en verdad está dejando su pasado representado en la maleta o más bien está encontrando a su pasado moviéndose a ritmo de viaje para mostrarle su verdadero presente. Las historias tienen magia precisamente por encontrar el momento exacto donde pueden cobrar vida, ellas viajan al futuro capaces de transformarnos si es lo que hace falta. A cambio congelamos los recuerdos en busca de las emociones que causaron en otrora creyendo que logramos protegernos, guardar esa felicidad, tener buenas razones. Échale una mirada a tu maleta, cuánto de ella aún vive y cuánto merece seguir guardado, te sorprenderás de la diferencia encantadora que existe entre los acontecimientos originales y lo que en verdad representan los objetos que tanto cuidas, las memorias que tanto alimentas.Imagínate sacando del pasado hechos cruciales, viejos acontecimientos que marcaron tu vida, ahora dispuesto a que signifiquen otra cosa o se pierdan poco a poco en el olvido. Alina lo logró, su arrojo está de viaje pero sus cargas no; ya decidida a perder algunas memorias le permite de corazón a la maleta que se desvalije, puede ver en las sombras a sus recuerdos volar y transformarse, y a la maleta despojadarse de reservas para convertirse en la guarida temporal de un astuto ratón.