MI AMIGA LA GERENTE

Creado el: 2025-03-31 12:29 pm

Inspiración

"Este dictado, especial para mis amigas que dirigen algo, que llevan algo sobre sus hombros, espera convencerlas de que siguen teniendo derecho a una vida única y tranquila.


Mis amigas, las gerentes, llegaron a gerenciar algo porque son responsables, dedicadas, talentosas, y sobre todo decididas. Lo que pasa es que ellas, en su afán de hacer que todo funcione, se han descuidado a sí mismas y el cultivo de su mundo interior ha quedado rezagado a un pequeño espacio libre de vez en cuando.


Yo sé qué es estar ocupado 24/7. Créanme, sé que es tener el mundo en la cabeza y ser responsable del destino de muchos. Pero descanso. ¿Cómo lo hago?, lo hago al tiempo que trabajo. Aprendí, desarrollé decididamente la capacidad de ser al mismo tiempo el cerebro de la vida y el balance de las cosas.


Tú puedes hacerlo, querida amiga gerente, muy a tu manera eso sí, tan particularmente que tendrás que ser discreta y modesta con tus ejercicios al principio. Luego serás todo un ejemplo, todo un hito en el gremio de mis amigas que dirigen algún pequeño mundo.


Tratemos por favor de entender que te exiges demasiado. Viviste para la máxima exigencia toda tu vida, y ahora solo puedes verlo todo así. Si vas a la tienda a comprar algunas provisiones, optimizas el tiempo y los recursos como si estuvieras en la fábrica. Si organizas un paseo familiar, administras los costos como ordenando el gasto de esa gran empresa que asesoras. Si charlas con algunos amigos, participas diciendo lo que hay que hacer en cada caso, como si estuvieras en la oficina atendiendo los problemas de la vida cotidiana laboral.


Has adquirido un modo de ser hasta engañarte creyendo que ese modo de ser eres toda tú. Diriges a tu madre, a tu hijo de veinte años, al portero del edificio, al oficial de tránsito, y hasta al perro del vecino. Y eso, creo yo, es algo que te hace sobrevivir, no vivir.


Déjame invitarte hoy, por favor, a reflexionar sobre quién eres cuando no diriges. No seas por favor la chica aburrida que solo sabe vivir de afán, concretando cosas, respondiendo a lo que no le han preguntado. No seas esa mujer rígida que a veces eres tratando de corregir lo que no está necesitando corrección. Y no te sacrifiques más. 


Tiene que existir un balance para ti, una especie de doble vida que, sanamente vista, es el equilibrio entre rigor y sensibilidad, dureza y flexibilidad, atención y calma. Hay una tú, no me lo puedes negar, que añora una vida más amable, con menos responsabilidades, menos enfocada en el mundo y un poco más complaciente contigo. Pero corres a responderte que ya habrá tiempo, o peor, que eso no es para ti.


Yo lamento profundamente que no puedas ver que estás desperdiciando parte de tu vida decidiendo que esto se trata de hacerlo todo por el mundo. En verdad, cuando termines, cuando ese trabajo se acabe o llegue tu pensión, sentirás el peso severo del "¿yo qué?", sentirás un vacío doloroso, y te responsabilizarás (qué raro tú responsabilizándote) de haberte desgastado por un mundo que igual sigue girando sin ti, incluso mejor, a tu dolor.


La invitación, amiga gerente, no es a que renuncies, es a que levantes tu identidad de la trastienda, la desempolves y redescubras quién eres en tu esencia. Ya sé, no tienes idea, la vida se te ha ido en correr para lograr unas metas. O lo sabes, pero ya tal vez no tienes energía para asumirlo.


Lo bueno de todo esto es que hay una solución maravillosa y a la mano. Juega. Sí, juega a ser otra cosa en algunos momentos de tu vida, de tu día. Por ejemplo, cambia de zapatos en cuanto sales del trabajo, cambia tus diálogos radicalmente, que en vez de verte direccionando la vida de tu familia te veas escuchando a alguien sin prisa, viendo algo soso en la tele, o yendo a caminar para relajar las piernas.


Al principio, por supuesto, aparecerá el rigor en tu cabeza diciendo que estás perdiendo el tiempo. Puede que recuperar el balance parezca una pérdida de tiempo mientras no recuerdas su valor. El balance, querida, es esa cosa ajena que parece que otras mujeres más tranquilas tienen, y que miras con melancolía porque crees que de eso no hay para ti.


A veces, reconócelo, no te quieres balancear, solo quieres lograr algo. Te has hecho casi adicta a los logros, a mover las ruedas del mundo, a ‘mejorar’ la vida de los demás de uno o cierto modo. Pues tengo para contarte que puede que tu efecto, tantas veces agradecido, no sea tan amable o tan positivo al final de cuentas. Cuando alguien se encarga de la vida de los demás les quita su brillo, no seas una ladrona de brillos por favor.


Me gusta pensar que aprendes a vivir en dos mundos, uno donde alguien suplica que le resuelvas la vida, y otro, del otro lado de la puerta, donde nadie quiere que le digas qué hacer. Un mundo afuera de sofisticación y progresos individuales que deben ser respetados, un mundo en el que estás llamada a ser más tú, con tu propio estilo, en medio de mucha gente que no lleva a cuestas tanto, aparentemente eso sí.


Afuera, ¿quién eres? ¿Allá también pisas duro y decides sin corazón dese las trivialidades hasta los gastos millonarios?. No creo que desees ser una sola cosa en la vida, escribimos este dictado porque puedo sentir tu dolor, tu vacío, tu desesperanza cuando se trata del amor bonito, de la esperanza, de la pausa que la vida a veces requiere, o merece. Me miras como una niña que carece de lo esencial y ni siquiera suplica. Te has dado al dolor de solo tener que estar enfocada en producir. 


Tienes entonces por crear un camino para cruzar esos dos mundos. No sabes cómo, lo sé, no te apures. Esa ruta desconocida y amenazante está llena de vida, así que es justamente a través de las experiencias que aprenderás a cruzar a tu lado más auténtico. Experimenta ser una mujer sencilla en contraste con la mujer elaborada que debes ser en la oficina. Ten los dos matices, abona las dos facetas, eso está bien.


Practica por favor la modestia, ella le viene bien a cualquier persona, pero a ti en especial te pone, te regresa, al lugar de la sencillez, y te recuerda que aunque dirijas la vida o los recursos de muchos también tienes necesidades sencillas y sensibles que otros deben ayudarte a solventar.


No se trata de ser una mujer en el trabajo y otra por fuera, más bien los dos mundos son dos facetas, el día y la noche, el corazón y el cerebro, lo esencial y lo material, que juntos conforman una misma vida. Ahora estás coja. Caminas sobre ese lado duro porque ahí te dices estar sólida. No quiero desalentarte, pero ese lado sobre el que te apoyas ya ha fracasado en los aspectos sutiles de la vida, y son cosas que te apagan, y te hacen doler el corazón.


Hay que empezar a sospechar que también puedes ser grandiosa en lo sensible, en lo menudo, en los detalles, en las flores que componen la vida. No te llevarás el rendimiento y los indicadores cuando termines tu etapa productiva. No serás amada por las metas o cuidada por la bolsa de valores. No tendrás un amorío con otro gerente y serán gerentes los dos en casa creando una familia saludable. 


La vida espera poderte formar también para la vida misma, que ya dejes de golpearte para triunfar, y comiences a tener éxito también en sentirte grandiosa de ti misma, en ser una inspiración, que la vida vaya valiendo la pena en todo.


Aquí está mi invitación. Aprende por ahora a ser esas dos personas. Pronto entenderás que eres una sola mujer capaz de ser muchas cosas al mismo tiempo, con muchos matices, rica por dentro, abundante, polifacética, radiante y milagrosa. También entenderás pronto que una pausa en el trabajo no es delito carcelario, que un poco de desdén a veces es sano, y que ser tú es un valor que en vez de quitarle al trabajo lo va a enriquecer.


Puede que sea difícil comenzar, pero no será para nada difícil entender que te debes esa vida, darle color a ese lado parco, y lograr una vida un poco más armónica, no tan rígida y austera".


Nota: ayúdame a llevar el menaje, comparte este dictado con aquella amiga, o amigo, que sientes que necesita leer algo así 😇✨

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Olga Castaño

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Comentarios (4)

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Laura
Que apropiado para mí en este momento, es una reafirmación de la vida que quiero comenzar a vivir y una lucha conmigo misma para no caer de nuevo en el no tiempo para mi. Gracias

2025-03-31 12:45 pm

Olga Castaño
Con mucho gusto Laura. Si aún se te olvida que eres importante, entonces además de tiempo puede que estés necesitando entender mejor tus prioridades ✨

2025-03-31 04:42 pm

Ayda Mary Portilla Delgado
Me gusta que esté en femenino, esa super exigencia de ser perfectas para el mundo en tooodo nos vuelve frenéticas o desgraciadas por no alcanzar lo estándares y al final poco exitosas en lo fundamental de la vida. Personalmente no me siento así pero convivo con gerentes que amo pero que no entienden que el mundo no los necesita tanto como creen y que su ayuda puede ser más una interferencia inoportuna que una verdadera ayuda.

2025-03-31 05:32 pm

Olga Castaño
Así es, quien no ejerce un liderazgo evidente tiene al lado a alguien que lo ejerce, es el balance de la vida. Puedes entonces poner límites al líder que se excede, al tiempo que te inspiras en ellos para sacar el liderazgo que espera por ti en alguna faceta de tu realidad.

2025-04-01 11:44 am

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EN PAZ CON LA MUERTE
Sentada frente a la ventana mientras llueve me pregunto por qué se asocia a la lluvia con la tristeza cuando ella es justamente la vida cayendo a gotitas. Es lo mismo que sucede con la muerte, entendemos solo el momento previo a partir y por mucho consideramos que es necesariamente tragedia o dolor. Así como gracias a la lluvia prospera la vida es gracias al final de esta existencia que todo vuelve a comenzar. Cuando nos vamos nuestra esencia prevalece, los recuerdos se van y la existencia se renueva, sin embargo hay pendientes que no dejamos aquí. No se quedan en la tierra los deberes con uno mismo, esos defectos que evitamos superar o los fallos que conscientes dejamos de atender; sin rencores ni cuentas de cobro aquello importante que no hicimos aquí habremos de retomarlo en el más allá. Si tu llamado incesante es a liberarte cuenta con que ese llamado no se detendrá después de partir, si en cambio sientes que la vida reclama más de tu responsabilidad allá te verás enfrentándola sobre ti mismo y tus asuntos. El llamado a la humildad es uno bastante común, así como la necesidad de superar la negligencia, la indiferencia o el desprecio; algunos llamados son sencillos como la aceptación y otros más complejos como la comprensión. Tras la muerte también continúa la virtud, esos aprendizajes verdaderos que se graban en el alma y despejan el camino por venir. La memoria deja de funcionar incluso frente al dolor o la tragedia, pues sin importar cómo pereces la muerte misma es un regalo de amor del Cielo en los corazones reconciliados y el comienzo de una nueva realidad que aceleradamente sana dolores y pendientes. Mueres como vives, si vives para el miedo y la confusión es posible que tu partida se parezca a ello, si sabes confiar y apreciar la belleza de lo simple entonces gozarás al descubrir tu nuevo comienzo. No eres solamente ese cuerpo que tienes ahora, ni tus memorias o temores, eres mucho más que actitudes y talentos, que logros o carencias. Al final tú mismo sabrás lo que valió y con ese tesoro arrancarás allá a caminar rumbo al cometido inefable del encuentro con esa parte de uno mismo más pura y elevada. No esperes comprender la muerte, no sabes cómo llegaste igual que no sabes como partirás, mejor párate en la confianza de que siempre se camina en busca del progreso y si has sabido aprender todo lo que vendrá estará iluminado por la luz que has cultivado. Para terminar, sin importar cuanto haces por los otros siempre entra en la ecuación, pues aquello que has hecho por ti cuenta más y primero a la hora de juntar las semillas con las que harás florecer tu siguiente andar. Eso sí, asegúrate de saberte valorar porque esa es allá la carta de presentación. Entonces sigamos aprendiendo juntos para el alma, lo que sucede viviendo y atendiendo el llamado a la virtud. Hay mucho que aprender sobre la muerte porque hay tanto más que aprender sobre la vida y la mejor preparación para el futuro es trabajar en el ahora, en el tuyo particular según tus necesidades y conflictos. Estar en paz con la muerte comienza estando en paz con la propia vida, repara lo que está quebrado, aprende sobre el siguiente paso y avanza, esa es la mejor preparación.   
CAUSEMOS UN MILAGRO
“Me gusta la palabra milagro, sé que tiene connotaciones religiosas pero déjenme invitarlos a verla aquí como ese evento en el que ustedes y yo nos alineamos para causar cosas extraordinarias.Un milagro ocurre cuando en medio de algo cotidiano brota una sorpresa o una especie de regalo divino. A veces es una pista o una respuesta anhelada, otras veces es un encuentro inesperado o un golpe de suerte, en fin los milagros son alianzas en las que tú no estabas esperando algo especial.Tengo muchas historias de milagros, muchos amigos que los saben permitir, les voy a contar el milagro de Juan justamente para que puedan ver que tal vez a ustedes también les ha sucedido.Viajaba mi amigo en su moto a toda velocidad, algo presuroso por muchas aspiraciones y poco tiempo. Se repetía en la cabeza todo lo que estaba tratando de conseguir en un mismo día cuando la moto se apagó. No alcanzó a mirar las agujas, antes de agachar la cabeza sabía que había olvidado poner gasolina. Sabía también que no habría un proveedor a varios kilómetros de distancia, estaba perdido. Comenzaba Juan a tomar aire para suspirar cuando chocó la mirada con una caseta de asistencia que vendía el combustible. Ayúdame por favor, ¿no es este un milagro?.Es aquí donde podemos tener dos conversaciones, una sobre lo lógico de la historia, las explicaciones racionales y demás. Otra donde observamos juntos lo inédito del evento y sobre todo lo que significó para Juan, tengo que decir que ésta segunda es la conversación que deseo, quiero que me acompañes a mirar los eventos sorpresivos con mis ojos no con los de un juez. Ahora, mis ojos tampoco quieren centrarse en lo emotivo o simbólico, esta vez quiero en especial destacar la precisión del mensaje que fluía entre mi amigo y yo.Hablemos entonces de la salvada de Juan, o de la tuya en algún momento. Los milagros brillan más en medio de la necesidad, ya lo sé, ustedes me ven mejor en medio de las hazañas o tras el miedo, no me molesto con eso, ya los conozco. Va a sonarles un poco raro, pero yo también bailo, celebro con alegría esos momentos en los que ustedes están más cerca de este lugar ideal que es el Cielo.Se acerca al Cielo quien obra desde la inocencia o la pureza, incluso equivocándose. Y espero que suene a truco, amamos facilitar las cosas que teniendo cierta picardía pueden revelar asuntos trascendentales.Hagamos la salvedad necesaria, no vas a provocar un milagro con tu voluntad, si me guiñas el ojo ya veré cómo respondo, pero rara vez dejaré que pongas el juego, como es un evento divino debo yo darte la guía.Dicho eso te pido que anheles los milagros, piénsate como una niña ilusionada que espera a su papá con los ojos cubiertos por sus pequeñas manos, ella lo puede escuchar y hasta oler, pero eso de descubrirse la cara y encontrarlo cerca no tiene igual. Algo así es lo que estamos haciendo cuando confabulamos un milagro, nos acercamos justo como mejor tu corazón se inspira. Sí es un juego, juégalo, sé inocente, encuéntrame cuando bajes las manos. Los juegos de amor son mis favoritos, y los milagros además lo dejan en evidencia.Para jugar este juego de los milagros tengo tres recomendaciones: recuérdame, aún estando perdido; háblame, aunque sientas que no estamos juntos en tus eventos más recientes; sonríe para mí, en el secreto de tu bienestar o tu satisfacción personal, justo antes de decirle a alguien lo que has logrado.Conozcámonos como amigos, eso es lo que más deseo”.
LA GENTE QUE NO ESCUCHA
“Eres de la gente que no escucha, a veces, aunque quieras no puedes escuchar. Más bien para ser claros, no deseas escuchar. Un alto, un pero, una barrera, son el tipo de cosas que no quieres escuchar, (tal vez estas palabras no las quieres escuchar); no quieres saber cuándo estás equivocado o cuando las cosas se están enredando por algo que tú complicas con tu actitud. Entonces querido lector, eres de la gente que no escucha. Mejor piénsate así, mejor admite que a veces no puedes escuchar. Sabiéndote en ese búsqueda que ta trae por aquí, los puntos ciegos también pueden aprender a detectarse, y una vez reconocidos es más fácil saber cuando no estás pudiendo ver. Tengo una amiga que anda bastante movida, la vida quiere llevarla a algo nuevo, pero ella, obstinada con sus razones, no logra ver que en sus lamentos justamente reside la solución. Se queja de lo que ocurre, de los acontecimientos y de lo que la vida hace con ella, pero nunca la veo quejarse de sus actitudes, de sus reacciones o respuestas a esa realidad. Entonces mi amiga no está asumiendo la responsabilidad de lo que ella hace con esa realidad que no le gusta. Hablamos de la actitud de victimizarse, de decidirse solamente del lado del que recibe las afrentas, no del que puede enderezar algunas cosas aunque no las haya provocado. No digo que no estés sufriendo amigo si eso que estás viviendo te toca profundamente, no digo que la realidad no sea a veces dura y restrictiva. Lo que trato de mostrarte es que la manera como estás enfrentando las dificultades está llevando el reto de difícil a imposible. Y te niegas a entender que siendo la realidad la causante de tu sufrimiento, la solución deba venir de tu parte.  Conozco ese sentido de la justicia que es tan humano. El de hacer balances simples y juicios severos basados en la evidencia. Ahora los invito a que piensen un poco más allá, que vayan a la verdad del propósito de la experiencia, no a la justicia insípida de víctimas y culpables. Entendamos mejor juntos que la vida tiene siempre propósitos ocultos en lo que causa, y que es de esa manera como se va a desenredar mejor eso que parece de momento imposible de resolver. Bueno, si no has abandonado este dictado es que tal vez sí escuchas, sí puedes saber cuando no tienes la razón en algo, o cuando tu enfoque no es del todo acertado. Veamos entonces lo que espero: que aprendas a sentir con claridad cuando estás enfocándote erróneamente, cuando sintiendo que tienes la razón sobre el mal enfocas la solución en el mal y no en ti. Pensemos así cuando las cosas se pongan complicadas: ¿qué es lo que la situación espera de ti?, si prefieres puedes preguntarte qué es lo que yo anhelo, cuál es esa grandiosa meta que me he propuesto propiciar. Obviamente una que de momento no te gusta, pero con certeza una que te llevará al siguiente nivel de ti mismo. Volvamos a los puntos ciegos haciendo una precisión, siempre los tendrás, iremos descubriendo nuevos, descifrando unos que darán luz al siguiente que estaba escondido tras el más reciente. En fin, saberse ciego en cosas es un reconocimiento honesto y sensato, no lo ves todo amigo, no esperes que así ocurra, no caigas en la inocencia de asumir que claridad es verlo todo. Claridad más bien es empezar a sospechar que los aprendizajes llegan hasta el infinito mismo, es decir tus posibilidades son únicas y también infinitas en el sentido de que tu capacidad de aprendizaje es inagotable. Decidamos mejor que vas descubriendo puntos ciegos, y que te familiarizas tanto con asumirlos, con que se presenten inesperados, que aprendes a desarrollar el talento supremo de saberte ciego tanto como vidente en el hecho de suponer siempre una verdad más allá de ti. Esa necesidad de sentir que ya lo tienes todo resuelto es solo un impulso en busca de confort, si en cambio te familiarizas con la natural incomodidad de quien aprende siempre las cosas pueden cobrar un nuevo matiz, más abierto, más sereno, más de gozo y de verdades fáciles de alcanzar”.
LAS ALAS SON TUYAS
“Según la representación habitual, nosotros, los seres del cielo, somos humanoides con alas. Pues bien, me gustaría que decidieras que esa imagen te representa más a ti que a mí. Esos personajes alados son más bien ustedes mismos cuando crecen, cuando se elevan o tocan los niveles más altos de la consciencia. Así lucen, hermosos, equilibrados, supremos. Quiero pedirte hoy que aceptes que esas alas sean tuyas. Nosotros de hecho no usamos unas, ni las tenemos, ni tenemos un cuerpo. La verdad sobre nuestras formas es un misterio que mejor debe quedarse así, pero saber que ustedes se pueden elevar, eso sí que nos anima a que se sientan alados. ¿Cómo son tus alas? Si cierras los ojos, te relajas, te das un momento, y las logras sentir, ¿cómo se sienten?, ¿grandes acaso?, ¿pequeñas?, ¿invisibles? No hablamos solo de un ejercicio mental, el ser humano sueña con volar porque eso es natural. Es completamente auténtico el deseo de elevarse a los cielos y sentirse libre, darse vuelo. La fuerza sutil que levanta a un pajarito, esa es una fuerza envidiable. No temas entonces figurarte con alas, para que así logres suponer quién eres cuando te aligeras, cuando tu levedad se convierte en un logro grande y sublime.  Tienes alas cuando controlas tus impulsos y puedes ir más allá de tus emociones inmediatas, cuando tus sueños conservan el sentido de la realidad y sabes volar hacia ellos con fuerza y determinación. Tienes alas cuando, a pesar de las dificultades, te mantienes firme en hacer las cosas para el bien, cuando trasciendes el capricho y asumes el reto de vivir en un mundo cuyas reglas no van a adaptarse siempre para ti. Tienes alas cuando te permites estar más allá de las circunstancias y miras la realidad en perspectiva y sin enojo. También tienes alas cuando entiendes la muerte sin saber mucho de ella, o cuando te levantas en la mañana sin tener grandes objetivos, pero sabiendo que la vida es magia para ti. Quiero que tengas alas también para sentir la nobleza de tu corazón, para abrazar la ajena, incluso para repartirla donde hay pobreza de corazón. Las alas son mucho más que un elemento de transporte, simbolizan la gracia y el despliegue de algo simple pero eficiente. Resulta que tú también puedes ser mucho más simple y eficiente a la hora de dirigirte, puedes aligerarte de cargas emocionales abriéndote a la verdadera naturaleza de la vida, y al aire capaz de sostenerte. Quiero que tengas alas porque cuando te arraigas, echando raíces en creencias y molestias, pesas tanto que no puedes volar. Las alas te ayudarán entonces a recordar que prefieres un andar liviano, ligero, desprendido. Y si en este momento te descubres en una unión rígida o limitante con el suelo, simplemente toca tu espalda. Para qué es todo ese espacio sino para poner unas hermosas alas libres y livianas, poderosas y sublimes. Ahora, por favor no luches con el arraigo, solo libra la batalla con tus ideas. Que sea una batalla dulce eso sí, porque desaprendiendo bonito es como descubrirás más fácil a tus ojos mirar al horizonte, y de a pocos hacia arriba. Sueña alto, que es en esencia soñar con tu bienestar más elevado. Sueña con una vida tranquila, alegre, de integridad, de altibajos muy bien llevados, de aprendizajes, de nobleza, de amor. Tú sueña, los sueños profundos mueven la vida. Así como la sabia mueve la vida dentro de los árboles, los sueños loables circulan dentro de ti, capaces de inundar tu corazón y traspasarlo, causando vida en los brotes maravillosos que son esas alas infinitas de las que hasta ahora te vas haciendo consciente. Por favor no te molestes si no puedes admitir por completo tener unas alas en tu espalda, si no logras verlas o no son tan hermosas como esperas. El simbolismo de las alas, cuando se presenta honesto, te está demostrando la libertad que te permites. Si están pequeñas puede que te limites en la libertad más auténtica y no te estés dando buena cuenta. Si no están, es posible que concibas la libertad como algo fuera de ti, o del futuro, o algo que simplemente aún no has deseado. Si tus alas parecen sucias o están estropeadas es que seguramente has atentado contra tu propia libertad. Libertad hacia ti no es darte derecho a todo lo que deseas. Estamos aquí tratando una libertad interna bastante bien merecida, la de permitirte equivocaciones, la de aceptar que puedes ser realmente muy grande por dentro, la de trabajar por una vida digna y elevada sin temor a las tendencias sociales; incluso hablamos de la libertad de amarte como eres aunque el mundo espere otra cosa para ti. No sé si lo alcanzas a sentir, pero estás recibiendo esta invitación a una libertad colmada de amor, capaz de conducir a la armonía, y también capaz de ayudarte a enfrentar los retos de la vida sin ponerte en desventaja o sufrir innecesariamente. Por eso en definitiva es que quiero que tengas tus alas. Que cuando nos invoques no pienses más que solo nosotros tenemos la gracia o el poder para cambiar las cosas. Hay alas en ti, si hace falta fuerza en el viento entonces te ayudaremos. Ahora, está claro, si tú no las abres el viento solo arruinará tu peinado, no habrá vuelo, no habrá libertad. Abrir las alas se parece mucho a que abras tus brazos, y tu corazón. Cuando haces eso decides que la vida tiene todas las respuestas, así que te lanzas a vivir sin temor de caer. No hay caída donde hay libertad para adecuarse, para fallar, para cerrar ciclos, para entender distinto. Volando, comprenderás, se entiende distinto”.
ERES MÁS GRANDE QUE LAS CIRCUNSTANCIAS
“Se te olvida que eres más grande que las circunstancias adversas. A cambio de desfallecer o de sentirte agobiado hasta el cansancio con algún movimiento que la vida quiere proponer, me gustaría que te entendieras capaz frente a él, incluso que te sintieras justo a la medida. Cada persona enfrenta retos precisos, por difíciles o grandes que parezcan, los retos no son entes con vida destinados a opacar tu brillo. De hecho, las dificultades son parte de una historia que, como todas, tiene sus matices y espera ser interesante y propiciar movimientos complejos en la vida de sus protagonistas. Pues eso quiero, que aprendas a ser el protagonista valiente y cambiante de tu historia. Nunca los retos serán más grandes que tú. No confundas por favor la sensación de confusión o de agobio con la sensación de incapacidad en la que a veces corres el riesgo de sumirte. Te conocemos muy bien, y solo cuando decides que no puedes es que las cosas dan un giro hacia el fracaso. En cambio puedes, siempre puedes. No siempre sabes cómo, eso quiero que quede claro, y no siempre la solución ocurre de inmediato o de la manera que esperabas que ocurriera. Incluso hay que entender que a veces la única solución ante ciertos retos es aceptar. Revisa si estás dispuesto a aceptar algunos cambios o condiciones no previstas, al tiempo que revisa si tienes recursos creativos para adaptarte a ellas y convertirlas en una nueva versión mejorada de ti mismo. Estoy seguro de que así es, que te puedes sorprender de tu capacidad de construir algo excepcional de cuenta de lo que comenzó como una auténtica incomodidad, o un dolor de cabeza. Aprende por favor a entender el proceso de las cosas. A veces se te olvida que necesitas tiempo para asimilar un reto, o que los retos son parte de la vida. Recuérdalo entonces cuando sientas que no tendrían porque ocurrir cosas fuera de tu agrado. La vida no está hecha para ceñirse según tu agrado, en eso ustedes en general tienen una profunda confusión. La vida más bien es en esencia una experiencia que ustedes no diseñan, pero que espera hacerles sentir que pueden llegar a diseñar. Sigan el juego entonces. Participen por favor de la mirada de la vida, cuando les guiñe el ojo para sacar más de ustedes mismos, no se molesten, no se tomen el trabajo de decirle lo que tiene que hacer. La vida no discute, creo que eso lo han visto, la vida más bien provee, ustedes administren con inteligencia y astucia eso que ella entrega para crear una realidad prometedora para ustedes. Si del cielo te caen limones aprende a hacer limonada”.