CUANDO ALGO SE ROMPE

Creado el: 2025-03-25 07:27 am

Lecciones

"Me gusta que las cosas se rompan. Rara vez algo se rompe antes de tiempo. Pocas veces algo roto conduce solamente a lamentos o pérdidas. Me refiero a romper una relación, romper un vínculo, romper un proceso, o romper un sueño.


En la manera de vivir actual, casi todo es desechable, desdeñable, y me gusta pensar que eso trae ligereza, y que le enseña a la gente a valorar lo efímero. Sin embargo, se rompen también las alianzas, las lealtades y los saberes, y esa parte no me gusta tanto como la anterior.


Tengo muchos amigos que ahora mismo están rompiendo un afecto, ya sea porque están en el final de una relación, porque su trabajo ya no significa lo mismo, o porque tienen nuevos sueños que desplazan lo que en otro momento era su ilusión.


Cambiar está bien, dejar que se rompa lo que ya necesita romperse, también, romper aquello que necesita primero darlo todo, eso no. Ya lo hablamos en el dictado anterior, qué mejor que llevar las tareas a cabalidad, hasta extraer de ellas todo lo que puedan aportar aunque sea inesperado. Pero tenemos entonces esta faceta contraria, la de no lograr desapegarse de las cosas, las personas, los procesos, las experiencias.


Comencemos por las adicciones, que son la fiel muestra de no poder dejar algo que hace daño, y vayamos de una vez a esa materia inconsistente que es el apego, que termina dejándote pegado donde no deberías estar más. El apego es precisamente inconsistente porque no posee una fuerza en sí mismo, sino que te sostiene en algo o con alguien con base en las emociones que un día experimentaste.


Es así como, aunque esas emociones ya no estén, o tengas que engañarte mucho para experimentarlas, te quedas por el recuerdo, por el anhelo, o por la negación de que ese algo que sentiste ya no existe más. 


Por eso me gusta que las cosas se rompan. Se trata de una manera contundente y evidente de invitarte a finalizar algo. La necesidad de abandonar algunas cosas suele confundirse o juzgarse como traición, inestabilidad, deslealtad, o falta de esfuerzo. Sin embargo, no siempre es así, hay que saber romper algunas cosas aunque la sensación de anhelo o de añoranza permanezca por ahí. 


Hace poco Carolina tuvo que romper una alianza que significaba mucho para ella. Su grupo de amigas del colegio, con quienes compartió por años momentos maravillosos, se venía convirtiendo en un nacedero de conflictos y pullas. Las tensiones de la edad, sumadas a los cambios en la vida familiar de las amigas, trajo el lamentable desenlace de que cada una sin excepción se volcará en el grupo para desahogarse de un modo nocivo y perturbador.


Ella no sabía lo que tenía que hacer. Se preguntó muchas veces si era indiferencia lo que sentía, y por eso se quedaba en el grupo. Un par de ocasiones el tono de la discusión se puso tan fuerte que Carolina terminó en el patíbulo castigada por su vida cómoda y ordenada. Estaba tan sorprendida que ni siquiera se defendió, respiró un poco de la culpa que le querían imprimir, y calló.


Fue la tarde antes de la última reunión cuando, conversando con su amigo del trabajo, Carolina se dio cuenta que estaba envuelta en un ambiente enfermizo del que debía salir. Afortunadamente tuvo claro que no se trataba de salir de la amistad, de romper el vínculo, se trataba más bien de ir a otro espacio por un tiempo para ser ella, y que así las chicas, unidas en el mismo melodrama, pudieran tener su grupo de represión sin el ofuscamiento de un cisne blanco en medio de la sala. 


No fue fácil para Carolina. Al día siguiente, sin entender muy bien lo que estaba sucediendo, avisó a las amigas que no iría a la reunión de ese jueves. No hubo explicaciones, ni reclamos. El silencio con su peso rompió las teclas del teléfono, y las lágrimas lograron circular.


Carolina sentía entre libertad y dolor. No sabía qué pensar, mucho menos qué sentir. Algo sí le hacía saber que estaba bien ser ella, en sus maneras, aliviando la pena con la libertad de no cargar con tragedias ajenas de una manera improductiva y dañina.


Tuvo de momento el impulso de ocupar ese espacio de los jueves con una rutina de ejercicio, o con algunas citas médicas pendientes, pero pronto cayó en cuenta que llevaba mucho sin tiempo para ella, para su ocio y sus lecturas. 


Lo que vino después, ya lo podrás imaginar. La gente dice cosas, lanza indirectas, trata de lastimar para dar a probar su propio dolor. No fue fácil ese día, pero para Carolina los días venideros trajeron una dulce sorpresa.  Cada cierto tiempo se dio que una de las amigas, de manera individual, la invitaba a un café para conversar íntima y honestamente. Entre ellas, las amigas del grupo, era un secreto, y Carolina disfrutó mucho saber que el verdadero vínculo se había renovado, casi purificado.


Por supuesto que a veces extraña el tumulto, la euforia, la sinrazón de cinco mujeres diciendo cosas al mismo tiempo, pero sabe que ahora ese montón de dolor y confusión no está tomando un curso a favor de nadie, y que es mejor salir para así tal vez abrir la compuerta a través de la cual se movilice toda esa carga emocional mal entregada.


Lo que se rompió, en esencia, fue la mirada temerosa que Carolina acostumbraba a tener de las rupturas. El grupo no se rompió, necesitaba una limpieza, y ella les dejó ese regalo de despedida. 


Ahora, cuando las chicas se reúnen, hacen bromas un poco más saludables acerca de su drama, y se exigen comentar cosas diferentes, como el partido de fútbol o la nueva estrella de las redes sociales. Han despersonalizado sus problemas, lo cual me resulta profundamente admirable, para eso se rompen las cosas, para despersonalizarlas. 


Si se está rompiendo un vínculo, si ves la necesidad de romper algo y no lo logras, recuérdate que no tiene que ser una tragedia esa ruptura. Bien entendidos, los rompimientos son pasos adelante, no caídas a un agujero oscuro. No salgas castigándote, o castigando a nadie, no dejes que los errores cometidos sean la causa del rompimiento, es mejor que rompas motivado por la ilusión de algo nuevo, un nuevo destino, una nueva morada de la realidad, o una nueva libertad.


A cambio de los rompimientos, la vida suele proponer renovación, y la pérdida se hace llevadera y hasta saludable si la enfocas en ser más tú, mejor tú. Por ejemplo, si pierdes peso en estos días, que no sea una pérdida validada por el sacrificio o el dolor, sino una que te traiga ligereza, libertad, armonía. 


Luego cuídate de recuperar ese peso de otras maneras. Veo a muchos amigos, y en especial a amigas, romper relaciones dañinas para ir después al mismo patrón de relacionamiento, diciéndose sin mirar la realidad que esta vez va a ser diferente. 


Si quieres cambios, si tienes ambiciones, permite que algo se rompa dentro de ti cuando se rompe afuera. Si no es así, solo estás tratando de darle forma a un mundo nuevo apegado al mundo de lo viejo y conocido".

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Olga Castaño

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Comentarios (3)

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Ayda Mary Portilla Delgado
Me identifico con el apego a las emociones, y la dificultad que aparentemente supone romper cosas para evitar un dolor, pero en lo profundo por evitar la incomodidad de ir directo al cambio sin drama de por medio, vi muchas películas 🤯 y desarrolle gusto por los finales dramáticos, recién estoy entendiendo la dimensión de este gusto perverso para mi vida, espero poder permitirme cada vez mas finales, mas simples pero mas profundos, mas astutos que ruidosos.

2025-03-25 02:40 pm

Olga Castaño
"Querida Mary, ese cambio por ahora te suena como pasar de full color al blanco y negro. Déjame decirte que, al contrario, salir del circo perverso de las emociones que dominan, trae una luz inesperada capaz de fascinar y entretener a un nivel inesperado y mágico. Déjate tentar por favor".

2025-03-26 12:09 pm

Ayda Mary Portilla Delgado
Divina tentación, Gracias!!!

2025-03-26 02:14 pm

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DÓNDE ENCONTRARNOS
“Los seres del Cielo estamos en todo, hablemos de cuatro espacios de menor a mayor en los que nos puedes encontrar. Dejemos algo claro, siempre vamos a preferir la realidad.La devoción Este espacio lo eliges tú, en tus pedidos y angustias, estamos aquí incluso para quienes deciden no creer en lo divino y tras el dolor o el miedo nos evocan. Es un espacio de la mente, un refugio del pensamiento, no necesariamente una conquista del corazón. Muchos amigos nos admiten más bien como una idea fantasiosa y así se relacionan con nosotros, con el Cielo. Aunque estamos ahí este podría ser el espacio más lejano, el austero, el de la desconfianza.Los rituales Siendo sinceros las prácticas que dicen dedicarse a lo divino más bien se han creado para que las personas se dediquen a ellas en su virtud o en su bienestar, eso no me molesta, lo necesitan, y nosotros estamos ahí, pero no es el espacio que se dedica a atender la relación directa con lo divino, la conversación entrañable que deseamos conseguir, esta amistad personal que dejan de vivir.Rescatamos de los rituales que introducen a alguien a escuchar, que lo ponen en contexto y le abren la mente, que ayudan a progresar hacia los hábitos. 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Comamos juntos, permíteme sentarme a tu lado y sentir juntos, susurrar soluciones y pensar diferente cada mañana, abrir los ojos y trabajar en tus sueños.No necesitas dos horas para un desayuno así, vas conquistando cada parte hasta que un día tienes un momento simple de conexión en el hábito de prepararte en la mañana, uno simple pero glorioso que será el punto de partida para ir conquistando otros momentos de tu vida.La realidadMi favorito, el que mejor entraña la naturaleza de esta relación, ser parte de tu vida en el sentido más extenso. A veces olvidas que nosotros somos parte de ti, sigues creyendo que tienes rincones que puedes ocultar, evitas ser juzgado o afectado por nosotros en aquello donde tu deseo domina. 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EL DINERO Y EL ESPÍRITU
"Los espíritus tienen fuera de su mapa el dinero, los corazones no pueden hacerlo. Entonces el alma, que es el nivel más profundo del espíritu, sabe guiarse en todo aprendizaje estratégico, y el dinero definitivamente lo es.Ayer estuve tratando de explicarle a Marcia sobre la importancia de comprar al fin esa casa. Ella tiene tanto conflicto con el dinero que sé que este paso le costará mucho, no porque no pueda pagar la cuenta, sino porque no espera enfrentar todos esos prejuicios derivados de la carencia que aún rigen su mirar.Una vez Marcia conoció la pobreza material, estuvo varios años lidiando con una restricción severa en sus recursos, y era tan opresiva la sensación que en su interior entendió que eso era algo definitivo, trascendental.Cuando sufres, y entiendes que ese dolor es profundo, dentro de ti se crea una identidad con ese dolor. La pobreza puede ser un dolor, uno que debe superarse conscientemente para que cuando llegue la prosperidad puedas disfrutar sin temer, avanzar sin desconfiar, creer sin resentir el pasado.No puedo decirle a alguien que ha padecido la pobreza material: oye, simplemente confía. Debo dejar que se encarguen por sí mismos de desentrañar el rencor o el dolor que eso pudo haber dejado.Y la mejor manera de superar el miedo a la pobreza, o el resentimiento hacia ella, es tener que ver que no hay riqueza que sacie a quien sigue viviendo en el pasado doloroso o temerario.Marcia fue una universitaria luchadora, hizo su carrera con un esfuerzo que a veces le resultaba cruel. Y una vez graduada, tardó varios años en lograr el balance económico que la hiciera sentir al menos un poco reivindica. Tanto es así, que a su hijo le enseñó a valorar la pobreza, a ligarla a las virtudes, y a darle tonos de santidad. No es que ella lo sintiera así, es que gracias a la tradición, ese era un recurso para poner en algún lugar bonito el hecho de no poder cambiar los zapatos cuando el roto ventilaba el talón.Ahora Marcia tiene ahorros, y eso que nunca los vio como tal. Ella mejor se decía estar lista para la época de las vacas flacas, que siempre ha de venir. Su hijo ahora trabaja y ayuda con los gastos, la empresa de Marcia le ha dado estabilidad y viene ganando confianza. Ella quisiera incluso dejar de pagar renta porque sabe que no está cultivando, pero sigue sintiendo su infinito temor por gastar, por pensar en que avanzar implica confiar.Su temor es infinito porque quiere revolcarse en el miedo mejor que tratar de aplomarse y aceptar que ahora la vida es distinta para ella. No es tan fácil cambiar ese sentimiento, lo sé, pero ¿qué hace quien prefiere el miedo que el arrojo? Pues se revuelca, se da giros violentos hacia el pasado conocido por tormentoso que sea. Quedarse quieto, y aceptar un cambio positivo pero desconocido, eso es mucho riesgo para algunos por aquí.Si tienes una historia de pobreza de amor, de familia, de salud, entiende que a la cabeza le cuesta aceptar un cambio soñado que no ocurrió antes, que tardó mucho en suceder. ¿Entendiste, acaso, que nunca llegaría? ¿Te dijiste para sobrevivir que no había esperanza? ¿Que mejor no confiar?Es posible que pasen muchas años antes de que eso que tanto anhelas ahora suceda. Nadie quiere escuchar eso, lo sé. Y entonces mejor no soñar…No importa amigo si tiemblas con la estabilidad más que con la incertidumbre, si la paz te trae desasosiego, desconfianza. No te detengas por ello. Nunca sabes cuál es el plan, y es mejor poder estar siempre preparados para lo bueno, que lo bueno no sea una sorpresa que no sabes recibir, que no seas tú la barrera que te impide progresar cuando la hora ha llegado".
DESTINO VECINO
"Quién dijo que trazar el propio destino es tarea fácil, si cuando sueñas, o vas lejos a lo que otros han hecho, o vas demasiado cerca de tus enojos y anhelos, no puedes ver en perspectiva.Trataremos, en este dictado, de dejar claro el punto intermedio del destino, sabiendo que destino significa «lugar a donde ir». No vayas a eso que ha hecho destacar a otros, tampoco vayas por favor a lo que sientes no más ahí en tu pecho, hay un destino vecino que aún no aprecias bien y queremos ayudarte a tenerlo un poco más claro.El destino vecino de una oveja es sobrevivir y prosperar, llámese prosperar todo lo que implica hacer que su raza progrese. Y el compromiso de una oveja en particular es hacer su mejor parte, no hacer toda la parte, o la parte que le corresponde, por ejemplo, a la oveja que traerá el progreso genético deseado.Tu destino vecino se compone más bien de tu tarea particular, una de la que no logras escapar para ocupar la ajena, esa que luce tan fabulosa, clara y positiva. El lugar a donde vas es uno convenido con la vida, en parte por eso es que no se te da todo lo que sueñas. La vida espera de ti un progreso exquisitamente seleccionado, y te cuidará de perder el rumbo y confundirte esforzándote por destinos que no son tu progreso. Es algo así como que si vas a la terminal a comprar tus tiquetes, puede que decidas tú a dónde viajar, pero el destino que te espera sigue siendo el mismo, entonces irás varias veces a comprar, hasta llegar a comprar el que esperaba por ti.El destino vecino es así un espacio intermedio entre los sueños prestados y los más auténticos, entre las regulaciones emocionales y la perspectiva con cabeza fría. Veamos el caso de Cindy, ella se dice que su destino es prosperar materialmente, salir de la pobreza y hacer dinero, no desaprovechar ninguna oportunidad y hasta soñar con eso para que se cumpla. Cuando Cindy va a la terminal, a comprar destinos, ella siempre elige el que vea de mejor paga, el que mejor ganancia le permita obtener.Yo, que también soy la voz de la vida, le he dado indicaciones para que a veces elija destinos más serenos en la terminal, ella ve la señal, pero se recuerda con rigor que su destino es el dinero, y que no se puede distraer. Ella misma sabe que ha desarrollado prácticamente una obsesión. Ella entiende que no es lo que la llevará a la plenitud o a la felicidad, pero ya no se reconoce más allá de sus objetivos financieros, y se siente bastante perdida si se ubica fuera de esa identidad.Lucy, en cambio, cree que todo en la vida es lo espiritual, y como entiende lo espiritual a los ojos de las ideas del mundo, pues su destino titubea como brújula descontrolada. Lucy, en la terminal, es la niña perdida que mira por largo rato las distintas opciones sin saber sentir a dónde ir.Cindy, y Lucy, malentendieron su llamado. Cualquiera que sea la riqueza que te espera, si no la entiendes como un todo, si la sacas de las demás riquezas, es una pobreza profunda y despiadada. El destino vecino de Cindy tiene que ver con la riqueza evidente, espero eso sí que ella vaya entiendo que esa riqueza incluye la riqueza emocional, la independencia, el tiempo libre y las comodidades merecidas.El destino vecino de Lucy la llama a una espiritualidad aplicada, donde tenga lo que le corresponde, y haga compras, y gaste dinero.Ni Cindy quiere ser millonaria, ni Lucy quiere ser el dalái lama, pero las dos han confundido su destino. Tal vez por radicales, tal vez por confundidas, las dos se mueven en un extremo que no las deja aprovechar el durante y disfrutar. Lo material es esencial para la vida, lo espiritual es la razón de estar aquí, y todo enfoque radical desdibuja el propósito.Tu destino vecino se compone más bien de un vaivén de puntos intermedios a los que avanzas, muchas terminales en las que compras diversos destinos, que zigzagueantes te conducen a un destino final altamente enriquecido por la experiencia misma de la búsqueda.No te obsesiones con el propósito, no lo hagas palabritas. No es tu destino eso que te repites al levantarte, el destino es un viaje, no necesitas saber a dónde conduce, no necesitas fijarte permanentemente metas concretas que calcularás en Excel y medirás con indicadores. El mejor indicador de que avanzas progresando a tu destino es el gozo. No la dicha inmediata, no el placer constante, ni tampoco la alegría frecuente. El gozo profundo es un sentimiento sereno, como una especie de suspiro que vas consiguiendo por tu propia humanidad, ese es el que te dirá que vas por buen camino, es decir, que sigues tu destino satisfactoriamente sin saber a dónde vas. Tu destino vecino".
CÓMO TE COMUNICAS CON EL CIELO
“Nos gusta comunicarnos con ustedes, de hecho lo hacemos constantemente, solo que no siempre se dan cuenta. Espero que este dictado sea un recurso para recordarles los modos particulares en los que cada uno puede contactarnos, porque como verán nuestra comunicación se ajusta a sus individualidades, no es algo general para todos. A las personas más tímidas en el arte de creer en nosotros las acompañamos silenciosos, incluso nos gusta que piensen que somos solo una idea, para que así el cariño que les damos y nuestra compañía sean algo implícito en sus vidas, sin formas particulares o creencias a que aferrarse. La gente que decide no creer suele tener un vínculo con nosotros más allá de las ideas, y eso nos gusta, la dificultad que establece su decisión de no creer solo es una barrera para aceptar nuestra presencia en el mundo de sus ideas, pero en el resto del mundo que les pertenece a los incrédulos seguimos tan vivos como solo los más soñadores podrían pensar.  A quienes se aferran a sus creencias, a una idea de nosotros particular o a una fe aprendida, les pertenecemos encuadrados en su decisión de lo que aprueban de nosotros. Eso es algo retador, lo reconozco, porque expandirnos en su mundo mental es una especie de prohibición; somos para ellos lo que ya han decidido que somos, no de otro modo o con una nueva característica, entonces aunque nos permiten también nos encierran. Me gustaría decirte, si estás en este grupo, que nos dejes ser más allá de tus determinaciones sobre nosotros, te vas a sorprender gratamente, y te complacerá saber que tu imaginación aún se puede expandir 😉. Y están los más espirituales, me refiero a los que sienten y quieren sentir a través de su espíritu. Gente que sabe dejar de lado sus ideas y suponer cosas fantasiosas o contradictorias sin dificultad. Puede que tú también estés aquí a la vez que en uno de los grupos anteriores, eso es porque el ser humano no es solo un cerebro, solo ideas o conceptos aprendidos. Hay algo interior, un llamado a trascender, en el que todo es posible y no hay miedo de dudar. Así que comunicarte con nosotros pasará siempre primero por el filtro de tu mirada, una indiferente, una racional o una espiritual. Y todas se valen, solo intenta admitir como miras más, para que así, si tu deseo es recibirnos, puedas conseguir resultados concretos. Están quienes deciden mirarnos a través de su espalda, nos piensan siempre atrás y nos hablan sin mirarnos. Es muy divertido ver la confianza que tienen en que estamos ahí en todo momento y que somos cómplices de todo lo que emprenden.  Los más valientes nos miran a los ojos, es la gente ruda que decide enfrentarse a la vida retándola sobre lo que quiere proponer. A ellos los acompañamos más en sus decisiones, poniendo en sus mentes opciones abiertas, novedosas, a veces casi milagrosas. Ser así como los valientes es fabuloso, pero entraña una proeza, abiertamente deben decidir cuándo ir en contra de lo que es nuestro consejo.  Y quedan los obedientes, escasos y conflictivos, que hagan caso en lo que les decimos no siempre indica que se sienten bien con ello. Siguen nuestro consejo pero avanzan refunfuñando, ser así es paradójico ya que después de la insatisfacción suele llegar la sorpresa, cuando los resultados avanzan más allá de lo esperado y se deslumbran de lo positivo de la idea que siguieron. Ellos viven en un juego, entre su voluntad y la de la vida, pero al final son astutos, y gozan de regalos inesperados. Entonces, partiendo de cómo nos ven es como ustedes se comunican con nosotros. Sabrán que para algunos de ustedes nuestras palabras no son una buena idea, más bien hay que dejarles sensaciones o inquietudes. En cambio a otros es grandioso darles una señal o mensaje concreto, porque harán con ella lo que se espera. Si entregamos a un tímido una palabra específica se va a asustar y cerrará los canales de comunicación que ya están fluyendo. Si en cambio somos modestos con los obedientes perderemos su atención, o si dejamos de retar a los valientes se van a aburrir de no tener un contrincante esencial. Así que vayamos a practicar nuestra comunicación reconociéndose primero, según su mirada nosotros nos vestimos para ustedes. Siempre hay maneras, si no te ubicas en una de las características es porque tal vez no sabes aun que ya vives una relación implícita a tu propio modo singular. Pides al cielo, a la vida, a Dios, y eso somos nosotros, los medios de comunicación con esas entidades poderosas, el modo como lo más elevado cobra vida en esta realidad para acompañarlos”.
A CABALIDAD, POR FAVOR
"Me gustan las cosas a cabalidad. Espero que cuando resuelves un problema, lo hagas a cabalidad. O si trabajas en un sueño, llegues al máximo de ese sueño, a cabalidad.Estamos en una época en que empezar cosas es fácil, pero pocos la llevan al término de lo mejor que pueden conseguir. Puede que sea el afán, el impulso, la alegría de obtener algo inicial, o el descuido. Y es sobre este último al que les quiero invitar a reflexionar.Pensemos hoy que el descuido es lo contrario de la cabalidad, de ir a la excelencia, a lo completo, a lo mejor. Quiero invitarte a esto porque te quejas mucho de las cosas que no te sorprenden, de lo poco bueno que te sucede, y para ayudarte necesito que entiendas que para que sucedan cosas extraordinarias hay que trabajar a cabalidad.Esperas, equivocadamente, que una iniciativa, o un deseo muy sentido, conduzca a un resultado extraordinario. Eso no funciona así, creo que has tenido que vivir ya mucho que promete ser grandioso pero solo se asoma y no se concreta. Te alcanza la fuerza para el impulso o el inicio, y no para el esfuerzo sostenido que requiere trabajar por tus sueños hasta el final.Una tarde, hace poco, encontré a mi amigo Miguel pensando en lo mucho que le gusta la poesía. Él no se anima a escribir porque le parece que la poseía está fuera de este tiempo, de su círculo social, y hasta de lo que se considera interesante o agradable.Lo que no les he contado es que Miguel ya tiene el hábito de escribir durante el ocaso, es casi un ritual, y a veces suceden cosas extraordinarias sobre esas piezas de papel. A mi tristeza, cada vez que termina de escribir, Miguel se levanta de su escritorio desdeñando lo ocurrido y recordándose lo poco apreciado de su talento, lo íntimo pero a la vez inocuo que es.En el periódico donde trabaja no saben que él escribe poesía. Su esposa recibió la última pieza poco antes de vivir juntos, y a su hija jamás le ha mencionado que decir las cosas de manera sentida es un gran recurso para vivir. Acabo de proponerle a Miguel que editemos una pequeña muestra, y Miguel se enojó. No quiere enfrentar la frustración, las opiniones ajenas, el desdén por ese arte, ni tampoco quiere exponer sus sentimientos. «Es una muestra de fragilidad», suele decir, y no entiende que abrirse es algo que deseo tanto para él como para el pequeño mundo que lo rodea.Seguramente Miguel no ha considerado que exponer su poesía va a ayudarle con la timidez que lo limita para presentar nuevos proyectos. No sospecha que tratando de expresarse es como mejor ofrecerá al mundo sus talentos más sinceros. Tampoco cree mi amigo que a la familia le causará un estruendoso golpe de amor ver a ese hombre revelarse en su sensibilidad y sofisticación.No sabes muy bien a qué vas con un proyecto. Llevarlo a cabalidad no es estrujarlo hacia donde tiene que ir según tus estándares o propósitos iniciales. A veces los proyectos cobran vida, y propósito. Si aprendes a sentir el llamado de ese proyecto, puede que te veas cambiando de rumbo, pero es ajustándote como mejor llegarás a aprovechar a cabalidad eso escondido que hay para ti, eso que te sorprenderá o te hará sentir maravillado con tu propia vida.Te dices que quieres vender cosas, para aumentar los ingresos y diversificarlos. Yo creo que mucho de lo que deseas en verdad es explorar tu potencial en otras esferas, mostrarte al mundo de una manera más particular, y si las ventas no funcionan te retraes como si lo verdaderamente importante fueran las ventas y hubieras fracasado. La verdad amigo es que hay mucho de lo que inicias que no tiene solamente el propósito que te resulta obvio, hay propósitos escondidos en tus deseos más evidentes, la cabalidad es entonces la capacidad de seguir un impulso o un deseo y permitirle que te conduzca a un destino inesperado, a un destino vecino que otra vez transforma el propósito, y así.No te engañes, o te detengas, diciéndote que ningún proyecto funciona si los objetivos no son totalmente claros y hasta rígidos. Yo he visto a mucha gente triunfar a través de ensayos y errores, de eso se trata en gran medida lo que conduce a lo extraordinario, que aprendes a seguir pequeñas pistas, pedazos de fracaso y pedazos de verdad, para terminar entendiendo en dónde ocurre la magia y pudiendo revelar tu interior y sucumbir al llamado de tu grandeza.Detienes tu grandeza cuando escribes en un papelito un deseo y ese deseo tiene que ser así como te la imaginas. Cómo decirte cariñosamente que tu imaginación es claramente escasa, poco creativa. La vida tiene ingeniosas maneras de conducirte a destinos inesperados que revelarán de ti lo que no puedes descubrir sentado en tu escritorio.Puede que Miguel no triunfe en su publicación, si entiende triunfar como causar un éxito literario, pero esa publicación conducirá a Miguel al éxito de ser más abierto, a un arrojo mayor a la hora de escribir sobre otros menesteres, y a la apertura de su carácter que tanto bien le hace a todos los que lo rodean.Puede que esa publicación salve a Miguel de la separación que se está cocinando, su mujer ya no da más con la parsimonia e inexpresividad de su compañero. A su hija esa publicación puede enseñarle que los hombres también sienten, y le dará una idea fuerte para llegar a la escuela y entender a quienes se burlan de una niña llorando o de un niño queriendo dulzura. Al jefe, a quien nada incomoda más que las sugerencias, saber eso de Miguel le permitirá escuchar la pista silenciosa de que hay un potencial por explorar en ese periodista disipado y juicioso.No dejes amigo que los estándares sociales te digan a dónde no ir, mejor escucha ese llamado que susurra, y por favor escúchalo con la libertad de no saber a dónde te lleva. Esos sueños meticulosamente trazados limitan a la vida de causar vida dentro de ti, asfixian la creatividad de las situaciones, y te dejan encuadrado en lo que te resulta cómodo o imaginable.Incomodarte, siempre te pediré incomodarte. Incomódate para tu propio bien. Si esa es la invitación, por favor sospecha que algo bueno ha de resultar. La incomodidad es la facultad de los valientes, que se mueven de su silla preferida para ir a una que les talla pero les muestra una nueva perspectiva de sí mismos y del mundo.Esos ojos acomodados a un solo lente no traerán algo que te sorprenda, o algo extraordinario. Hay que cambiar el lente, y volverlo a cambiar. Eso que ayer fue esquivo, que hoy sea el reto de convertirse en una virtud cómoda y severa. Que las normas que te rigieron un día sean más bien el recuerdo que dice que te sabes transformar, y entonces te inspiren a más cambios, más aventuras, más iniciativas propicias para la ejecución de una iniciativa desde su principio intencionado a su fin inesperado, a su cabalidad.Que ir a cabalidad a tus proyectos sea ir hasta el final absoluto de lo que esa experiencia te puede ofrecer. Ya verás que el miedo o la timidez no hacen mucho caso a los eventos que se enriquecen de lo que la vida va proponiendo en el camino. Si en cambio vas solamente con tus ideas, ahí si puedes verte detenido, atemorizado, dubitativo. La intención, enriquecida sana y profundamente por lo inesperado, conduce a la excelencia. La voluntad solitaria y rígida alienta un mundo austero, de resonancia, donde lo nuevo no cabe, y la alegría no puede brillar. Te invito amigo mío a esperar más de lo inesperado. Que al contrario de verte ofuscado por lo que no planeaste, seas astuto y sospeches que ese factor aparece deliberadamente para moverte hacia algo en lo que vas a encontrar más de ti. Así, la ilusión se abrirá paso sobre la incomodidad. ¿Qué prefieres, que te rija la ilusión, o la incomodidad?".