QUÉ CARA TIENE TU BONDAD

Creado el: 2021-07-02 05:09 pm

Inspiración

“La bondad es un concepto amplio, vamos mejor a meterlo en el corazón como la apuesta sin discusión al bien puro y elevado. Ahora, entendamos mejor lo que implica hacer el bien más allá de la caridad, la generosidad o las buenas intenciones.

 

Es que bondad, amigos míos, también es aquello que promueve un bien mayor, como los límites por ejemplo. No hablo solo de los límites que pones a los niños o en una relación personal, decimos límites a los que ustedes mismos se ponen como los esenciales para construirse un bien sincero.

 

Las caras del bien son entonces maneras, negociaciones con el placer, a las que hay que llegar a acostumbrarse. Veamos algunas:

 

Llenarse de rabia te hace daño, controlar la rabia te hace bien. Puede que las injusticias o las agresiones lo merezcan pero quien se daña con ese enojo duradero eres tú, aliviar la rabia es un bien mayor porque detiene el daño hacia ti y te prepara para corregir lo que corresponde.

 

Superar el miedo y el dolor son tareas de máxima bondad. Al contrario veo a muchos todavía unidos a la idea de que el martirio engrandece, son personas que pudiéndonos ayudar en la tarea de mejorar el mundo están concentradas en lamentarlo o temerle y por eso dejan de aportar para retirarse a sufrir con una reprochable idea de estar haciendo bien. No lo hacen amigos, hay que superar al dolor y al miedo para enfrentar la vida y descubrir lo mejor de ustedes mismos escondido tras ese velo, por favor déjense llamar por ese bien verdadero.

 

Hace el bien quien se trata bien, en especial en darse tiempo. Contrario a eso están sintiéndose realizados quienes corren sin cesar y se jactan de estar siempre ocupados, la excusa de no tener tiempo se convirtió en una justa causa. A mis ojos la falta de tiempo es falta de orden, de aclarar las prioridades y lo que verdaderamente vale o funciona, la gente que vive de afán hace daño en el tráfico, a los hijos, a su salud y a su esperanza de vida. Solo con corregir los afanes harían un gran bien a sí mismos y a su mundo.

 

Hace el bien más que nadie quien evita juzgar. Sé que lo han oído muchas veces pero juzgar se ha hecho entretenimiento en este tiempo, levantar las cejas o mirar con desprecio las acciones de otros pareciera una respuesta que defiende el bien, cuando en verdad es el comienzo de una barrera para quienes piensan diferente, es una manera de crear discordia y de sentirse libre de todo mal solo por juzgar.

 

También hace el bien quien entrega su cariño sabiendo cuando restringirlo. La ternura es uno de los medios más poderosos del bien, pero utilizada sin control puede persuadir al más firme de abandonar un propósito loable. ¿Acaso porque algo es pedido con cariño es siempre correcto?, presta atención a lo envolvente que puedes llegar a ser para favorecer tus propósitos gracias a una actitud cariñosa.

 

Ahora, me preocupa más que nada la confusión que existe en asumir que algo que les gusta o les funciona en verdad hace el bien; o que las ideas que han reinado por siglos hacen el bien solo porque han perdurado. Veo a las personas asumiendo principios de bondad que no han asimilado antes de replicarlos, es gente con corazón el corazón abierto que obedece la norma social o su placer y no se toma el trabajo de discernir si eso es lo que en verdad corresponde. Es decir nobles imitadores de patrones que no están construyendo a la larga la bondad que tanto espero que puedan conquistar.

 

Bondad amigos es poder actuar con el espíritu tranquilo hasta saber que a su paso la huella queda limpia, que los campos que han tocado sean terreno fértil para las semillas que vendrán. Una vida basada en el bien es aquella que con firmeza se detiene cuando así corresponde para permitir que ocurra únicamente lo que eleva la vida, una que presta atención al descuido y evita tolerar lo que daña simplemente por estar acostumbrados. Que lindo sería verlos romper la costumbre frente al mal”.

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Olga Castaño

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Comentarios (2)

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Consuelo
Cada vez que lo leo me parece más interesante, gracias por compartir este REGALO.

2021-07-04 09:12 am

Olga Castaño
Gracias a ti Consu por acompañarnos a aprender 😊

2021-07-04 09:14 am

Nuevo comentario
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LAS ALAS SON TUYAS
“Según la representación habitual, nosotros, los seres del cielo, somos humanoides con alas. Pues bien, me gustaría que decidieras que esa imagen te representa más a ti que a mí. Esos personajes alados son más bien ustedes mismos cuando crecen, cuando se elevan o tocan los niveles más altos de la consciencia. Así lucen, hermosos, equilibrados, supremos. Quiero pedirte hoy que aceptes que esas alas sean tuyas. Nosotros de hecho no usamos unas, ni las tenemos, ni tenemos un cuerpo. La verdad sobre nuestras formas es un misterio que mejor debe quedarse así, pero saber que ustedes se pueden elevar, eso sí que nos anima a que se sientan alados. ¿Cómo son tus alas? Si cierras los ojos, te relajas, te das un momento, y las logras sentir, ¿cómo se sienten?, ¿grandes acaso?, ¿pequeñas?, ¿invisibles? No hablamos solo de un ejercicio mental, el ser humano sueña con volar porque eso es natural. Es completamente auténtico el deseo de elevarse a los cielos y sentirse libre, darse vuelo. La fuerza sutil que levanta a un pajarito, esa es una fuerza envidiable. No temas entonces figurarte con alas, para que así logres suponer quién eres cuando te aligeras, cuando tu levedad se convierte en un logro grande y sublime.  Tienes alas cuando controlas tus impulsos y puedes ir más allá de tus emociones inmediatas, cuando tus sueños conservan el sentido de la realidad y sabes volar hacia ellos con fuerza y determinación. Tienes alas cuando, a pesar de las dificultades, te mantienes firme en hacer las cosas para el bien, cuando trasciendes el capricho y asumes el reto de vivir en un mundo cuyas reglas no van a adaptarse siempre para ti. Tienes alas cuando te permites estar más allá de las circunstancias y miras la realidad en perspectiva y sin enojo. También tienes alas cuando entiendes la muerte sin saber mucho de ella, o cuando te levantas en la mañana sin tener grandes objetivos, pero sabiendo que la vida es magia para ti. Quiero que tengas alas también para sentir la nobleza de tu corazón, para abrazar la ajena, incluso para repartirla donde hay pobreza de corazón. Las alas son mucho más que un elemento de transporte, simbolizan la gracia y el despliegue de algo simple pero eficiente. Resulta que tú también puedes ser mucho más simple y eficiente a la hora de dirigirte, puedes aligerarte de cargas emocionales abriéndote a la verdadera naturaleza de la vida, y al aire capaz de sostenerte. Quiero que tengas alas porque cuando te arraigas, echando raíces en creencias y molestias, pesas tanto que no puedes volar. Las alas te ayudarán entonces a recordar que prefieres un andar liviano, ligero, desprendido. Y si en este momento te descubres en una unión rígida o limitante con el suelo, simplemente toca tu espalda. Para qué es todo ese espacio sino para poner unas hermosas alas libres y livianas, poderosas y sublimes. Ahora, por favor no luches con el arraigo, solo libra la batalla con tus ideas. Que sea una batalla dulce eso sí, porque desaprendiendo bonito es como descubrirás más fácil a tus ojos mirar al horizonte, y de a pocos hacia arriba. Sueña alto, que es en esencia soñar con tu bienestar más elevado. Sueña con una vida tranquila, alegre, de integridad, de altibajos muy bien llevados, de aprendizajes, de nobleza, de amor. Tú sueña, los sueños profundos mueven la vida. Así como la sabia mueve la vida dentro de los árboles, los sueños loables circulan dentro de ti, capaces de inundar tu corazón y traspasarlo, causando vida en los brotes maravillosos que son esas alas infinitas de las que hasta ahora te vas haciendo consciente. Por favor no te molestes si no puedes admitir por completo tener unas alas en tu espalda, si no logras verlas o no son tan hermosas como esperas. El simbolismo de las alas, cuando se presenta honesto, te está demostrando la libertad que te permites. Si están pequeñas puede que te limites en la libertad más auténtica y no te estés dando buena cuenta. Si no están, es posible que concibas la libertad como algo fuera de ti, o del futuro, o algo que simplemente aún no has deseado. Si tus alas parecen sucias o están estropeadas es que seguramente has atentado contra tu propia libertad. Libertad hacia ti no es darte derecho a todo lo que deseas. Estamos aquí tratando una libertad interna bastante bien merecida, la de permitirte equivocaciones, la de aceptar que puedes ser realmente muy grande por dentro, la de trabajar por una vida digna y elevada sin temor a las tendencias sociales; incluso hablamos de la libertad de amarte como eres aunque el mundo espere otra cosa para ti. No sé si lo alcanzas a sentir, pero estás recibiendo esta invitación a una libertad colmada de amor, capaz de conducir a la armonía, y también capaz de ayudarte a enfrentar los retos de la vida sin ponerte en desventaja o sufrir innecesariamente. Por eso en definitiva es que quiero que tengas tus alas. Que cuando nos invoques no pienses más que solo nosotros tenemos la gracia o el poder para cambiar las cosas. Hay alas en ti, si hace falta fuerza en el viento entonces te ayudaremos. Ahora, está claro, si tú no las abres el viento solo arruinará tu peinado, no habrá vuelo, no habrá libertad. Abrir las alas se parece mucho a que abras tus brazos, y tu corazón. Cuando haces eso decides que la vida tiene todas las respuestas, así que te lanzas a vivir sin temor de caer. No hay caída donde hay libertad para adecuarse, para fallar, para cerrar ciclos, para entender distinto. Volando, comprenderás, se entiende distinto”.
APRENDE TU MANERA DE BRILLAR
“Quiero que aprendas a brillar. Te encuentro maravillosa, yo ya veo tu brillo, sin embargo cubres las estrellas de polvo sentándote a quejar, a vivir dolores del pasado, trayendo al presente angustias que temes que vendrán. Brilla por favor, acompáñate de buenos momentos, construye felicidad. Quiero que entiendas la felicidad como la cosa por lograr, que no es de un instante o absoluta siempre, pero que es la idea misma de estar aquí, que los aprendizajes que son la realidad predominante logren llevarte a un agrado de ésta realidad tal que mejor comprendas la vida como un juego de premios y tareas. Ayer te vi lamentarte, no te quiero ver así más. Lamentabas el hecho de estar sola, de sentirte infiel a tus principios, de estar dirigiendo tu vida inapropiadamente. Yo en cambio te veía descansando, reposando la mente para abrirte al paso que estás descubriendo hoy. Te aferras a las contrariedades, dejas que la mirada a veces obtusa de la realidad te lleve a decidir que mucho de lo que ocurre no vale la pena, y al contrario, todo tiene sentido solo que no siempre lo puedes ver. Te invito a brillar porque te opacas. Si eso sientes lo respeto, pero te amañas, quiero protestar por ello, quiero quejarme yo hoy de lo aburrida que eres cuando te envuelves en el manto de las dudas y la obnubilación. Has desarrollado tantos maneras de estar en esa sintonía que hasta empiezas a ser esquiva a las alegrías inesperadas. Me empiezas a preocupar. Deja de sufrir por el mundo por favor, deja de regocijarte en la compasión como excusa para redundar en tu dolor. Las cosas no son así, no se trata de quedarse en el dolor o la molestia. Se trata siempre de un cambio y a veces apagas los motores viendo las barreras, en vez de abrir las alas y levantarte sobre ellas.  Quiero que me mires más a los ojos, soy la vida y espero de ti que esos talentos depositados den sus frutos y sobre todo te sirvan a ti. En la opacidad de las quejas y la amargura has empezado a construir nuevos tormentos, incluso te enfermas pensando que es inevitable, que no tienes ningún poder sobre la realidad. A ver, quiero que te dejes de rendir. Por eso es que tu manera de brillar no puede salir de otro lugar que no sea la aceptación de la realidad como un reto. Con eso luego irás viendo, recordando, las mil maneras propias que tienes de resolver las cosas, de apropiarte de la realidad y darle tu toque maravilloso. Cuando te digo que descubras tu propia manera de brillar todo lo que espero es regocijo de ti misma, aumento creciente de vida dentro de ti, es decir del desarrollo de tu potencial inesperado, que tú misma tengas que sorprenderte de lo que creas, de lo que logras abrazar, de todo lo que hay para ti después de enfrentar un reto que hubiera podido opacarte una vez más. Espero querida que sepas que no estoy esperando sólo apariencias, además de que me gusta que cuides tu belleza y te sientas a gusto contigo misma quiero conquistar esos espacios empolvados, cubiertos de autoengaño, en los que definitivamente aún no eres feliz. Sé que ya entiendes que las soluciones anheladas no siempre ocurrirán, pero espero que seas fiel a la búsqueda y avances entonces a descubrir cuál es la ideal. Si no tendrás una pareja ahora entonces cuál es esa mirada del amor que espero que descubras. Si ahora mismo no ocurrirá que el trabajo soñado venga a ti entonces que es lo que estás haciendo para hacer crecer tus talentos. Mejor dicho, quiero que brillar sea tu propia inspiración, que te hagas casi adicta a lucir ante ti cada vez más admirable, más despierta, más vital. Que si pasan los años solo sea para demostrar tu experiencia, tu agrado por comprensiones que solo vienen con vivir. Y que a la hora de pensar en ti los lamentos sean cada vez más escasos y los asombros un poco más frecuentes. ¿Te apuntas al reto de sentirte mejor contigo misma?. El reto consiste en que puedas mostrarte lo fabulosa que eres y ello no dependa de que alguien más lo piense así. Mejor tu dícelo al mundo, sin una sola palabra, a través de tu actitud. Puede que al principio no tenga sentido eso, que no veas que la gente puede sentirlo. Pero créeme, la actitud es un lenguaje definitivo, cuanta más fuerza tenga tu convicción mejor se podrá sentir simplemente en el aire eso que hay que pensar de ti. ¿Aceptas?”.
TENGO QUE HABLARTE DE LA MUERTE
“Estamos aquí recibiendo todos los días a quienes dejan el mundo en el que ahora vives, y todos en general llegan un tanto sorprendidos de lo hermoso que encuentran. Siguen creyendo allá que la muerte es tragedia, cambio severo u oscuridad. Amigos, hay que comenzar a sospechar que las cosas se ponen buenas cuando vienen de regreso. La muerte es difícil, a veces en extremo, pero solo si la miras desde allá, desde los apegos humanos y las expectativas de una vida para siempre en ese mundo, acompañado de las mismas personas, conservando la misma memoria. Veamos entonces cómo es que se puede mirar la vida en perspectiva para así recordar con un poco más de frecuencia que la muerte existe, que es un cambio necesario y que puedes además prepararla muy bien. Sé que no tienes memoria de haber estado antes aquí con nosotros, de cuando te fuiste o del pendiente de regresar, pero también sé que has pensado con añoranza en este mundo que sospechas que existe, uno de más paz y regocijo, de protección y bondad. Sospechas entonces que hay algo mucho mejor, un mundo ideal que te hace lamentar más las carencias y maldades de ese mundo tan humano. Es decir, conoces la bondad, una vida regida por ella, y un talento tuyo para compaginar con esa armonía resultante. Pues eso es morir, regresar al hogar de la bondad amplia y liberadora; es lo primero que sientes, una vez te desprendes sientes en lo profundo las mieles del regreso y en medio de ese aire generoso el amor por quienes dejas trasciende a componerte. Ocurre también que no duele el dolor de quienes quedan, puede que tengas que ayudar un poco a asimilarlo y tu amor de regreso los alivie, pero ya no sientes más dolor, puedes ver el amor en perspectiva y entiendes que los hombres tardan más en asimilar algo que aquí simplemente es natural. Otro día hablamos de cómo se asimila la muerte de quienes amas cuando tú eres quien se queda, por ahora la esencia de este aprendizaje es trabajar primero en tu propia muerte para que así un día seas ejemplo y comprensión. Asimila por favor este viaje seguro que es la muerte, sueña tu momento con paz, recuerda que algo dentro de ti ya sabe que todo va a estar bien. Ese cuerpo que abandonas es el despojo necesario de la parte de la historia que merece ser olvidada; olvidas todo lo que es material, lo tangible, lo concreto. Dejas sin miedo aquellas posesiones a las que te has dedicado, olvidas tu casa pero regresas con el amor recibido y el cuidado, olvidas a la mascota pero te quedas con esa capacidad afianzada de vincularte a otros seres que no comprendes, olvidas por ejemplo tu cabello o tus manos, solo para volver a tener otros recursos con que enfrentar la nueva vida que llegará. No eliges junto a quien seguir tu camino, tampoco decides a quien recordar o buscar, sé que quisieras seguir unido a tus hijos en este mundo, o a los seres más amados, pero no hace falta buscar esas caras o esos nombres, los vínculos que prevalecen son los profundos, y los correspondientes al nuevo camino; así que recuerda todos los días que esas personas que ahora te acompañan son parte de ésta estadía particular, no dependes de ellos para continuar ni ellos dependen de ti.  Quiero que prepares tu viaje como un explorador decidido, que sepas abrirte al universo que tú has de caminar. No vas a estar solo, te lo aseguro, eso también lo puedes sentir. De hecho muchos de los movimientos que enfrentarás tras tu muerte son más fáciles aquí, lograrás con fluidez el tipo de cosas que allá te han costado años o no has logrado por completo, cosas que solo tienen que ver contigo aunque ahora parezcan completamente ligadas al mundo que vives o la gente que te acompaña. Quiero entonces que le enseñes a tus miedos que eres un explorador natural, a eso viniste y así regresarás, en busca de caminos que navegan tu propio universo, no lo olvides por favor. Si has aprendido a tener miedo de la muerte entonces puedes aprender a sentirla bonito, las sensaciones se replantean, hazle mejor caso a las más profundas. El miedo que responde a la muerte es más bien un instinto que se supera en la medida en que colmas tu vida de experiencias trascendentes, alimenta esas experiencias, ganas doble, además de prepararte para tu viaje atiendes el disfrute de una vida sin miedo a morir”.
MUJER, TE DIGO UNA COSA
“Lamento las conmemoraciones, lamento que estén felices de ser mujeres hoy y muchos días del año ese sea un verdadero dolor. Y lamento más que no puedan apreciar la trascendencia de ser mujer. Permítanme regañarlas hoy, con el amor que saben que ello contiene. Tienen esta mirada triste por el mundo que las rodea, por la brutalidad y las ideas ajenas, pero siguen bebiendo esa misma limonada al desayuno, incluso hasta creerlo. ¿Quién dijo que ser mártir es bueno para ustedes?, hay que sacudirse de la molestia para llegar a los límites, mientras no construyan cada vez mejores límites no podrán superar las quejas o el dolor. Llevan sus cabellos recogidos, absortos en modelos, cuando en ellos vive su creatividad. Permítanles que cambien, que se caigan, que muestren su verdad. Para qué seguir ocultando lo que va por dentro, que el cabello cuente a los cuatro vientos que ustedes no son siempre hermosas porque son cambiantes y los cambios pasan por etapas donde la belleza no es la prioridad. Se dicen cosas bonitas para sentirse bien, que propaganda odiosa la del amor propio cuando las engaña haciéndoles pensar que tratarse bien arregla todo. Hay cosas que sencillamente deben irse, cambiar, romperse. Excusadas en embellecer hasta lo más feo se quedan atrapadas en los adornos y no logran una vida hermosa con los ojos cerrados, que triste realidad. Ocultan su inteligencia, eso sí que me molesta, porque la ocultan incluso de ustedes mismas. Su poder intuitivo es tan elevado que él mismo las guiaría a su grandeza, a su sabiduría, pero para ajustarse y no molestar a nadie se ocultan, hacen invisible su propio poder. Me molesta en especial esa necesidad instaurada de sostener a su propio costo la paz y la armonía de aquello que las rodea. No las estoy llamando a la rebeldía o a la frustración, las quiero en la determinación de su propia magia, de su sabiduría inesperada para resolver cosas, para mover la vida propia y la ajena hacia la honestidad, el respeto, la bondad. Que enojado me siento de verlas supeditadas, en gran parte por pereza de ser grandes. No despiertan sus talentos porque se acomodan a entregarle la vida a otros, a que otros brillen. No se dan cuenta que si se dedican a ser grandiosas igualmente servirán a otros, incluso mejor. Pero les gustan las sombras, y todo lo que anhelo es que brillen, que iluminen el mundo, que nos representen para bien. Tenemos tanto por lograr juntos, ustedes allá y nosotros desde aquí, que mejor anímense a aceptar su poder. Ya lo han visto en acción, lo sé, ya saben lo que ocurre cuando se atreven a sentir su verdadera superioridad, a ser discretas y severas, a tratar los asuntos con mirada suspicaz, esperando el momento, sabiendo ir más allá. Esos afanes de lograr cosas visibles las distraen terriblemente de su capacidad de lograr cosas grandiosas. Nos tienen como aliados, aquí en el Cielo amamos a las mujeres que nos invocan para ir más allá, corremos felices a su auxilio y les entregamos más poder. Deja ya mujer de escudarte en el pasado, en los dolores ajenos, en la tragedia de vivir. Vive esta vida de fantasía que solo tú que eres mujer puede lograr, perdura en la mirada de los otros sabiéndote especial, iluminada por la vida para lograr la magia de lo invisible”.
HAY PODER EN LA DELICADEZA
“Ir despacio, ir con suavidad por la vida, no es algo que precisamente estés cultivando. La norma dice que hay que pisar fuerte y decidido lo que parece implicar pisotear o atropellar. Quiero invitarte hoy a replantear esas dureza, que mires si de verdad está funcionando y que hagas que tu delicadeza para crecer sea uno de tus nuevos poderes. La delicadeza habla de los buenos modos, unos de tolerancia y respeto, esa suavidad insidiosa que todo lo conquista. Si conoces a alguien así sabrás que esa persona consigue las cosas de un modo sencillo y siempre parece en su punto, que provoca complacerla y que poco hay de conflicto con ella si lo piensas bien. No se trata de ocultar los sentimientos o de hacerse el de la vista gorda a lo que incomoda, la delicadeza se refiere a una pequeña pausa que es posible justo antes de reaccionar, de actuar como de costumbre. La delicadeza tiene todo que ver con parar y sentir el momento, las personas, el lugar. Hay elegancia en la delicadeza, parar por ejemplo antes de hacer un reclamo sobre los servicios públicos te hará considerar la situación del empleado que te atiende, su alcance limitado, los nuevos métodos de atención, y hasta te hará sospechar que de uno u otro modo lograrás solucionarlo. Hay virtud en la delicadeza puesto que fuerza lo bueno de ti, parar esculca las buenas maneras y las pone en acción antes que las explosiones de emotividad. Parar amigos es también ir un poco más despacio, saber que no todo es una emergencia, cuanta gente conduciendo como si estuviera transportando un herido de muerte. La delicadeza del amor entonces es mi favorita, me refiero a que hay mucho amor sencillo contenido en tener cuidado, por ti y por los demás, por las cosas, por las circunstancias. Ponle amor a lo que tanto te incómoda para que encuentres soluciones diferentes en lo que no sale tan bien, dale afecto a la torpeza de las situaciones para así poder esperar a que revelen su llamado. Ya sabes, todo tiene potencialmente un mensaje escondido, si hay dificultades inesperadas es porque algo se quiere revelar. Piénsalo bien la próxima vez antes de reaccionar, mejor dicho para, unos segundos pueden ser suficientes para saber a donde va en verdad una situación. El poder de la delicadeza consiste en propiciar una visión más allá, darse el tiempo y el cuidado para aventurarse en el trasfondo de una circunstancia o sencillamente poder captar una nueva faceta de ustedes mismos que no hubieran podido conocer de otro modo. ¿No es dulce esa invitación?”.

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