MI AMIGA LA MUERTE

Creado el: 2024-12-09 07:14 am

Historias

"Hay muertes de variadas maneras. Hay muertes parciales, y está la muerte definitiva cuando te marchas de aquí. Hay muertes rosa, las que transforman algo sin deje de dolor, y hay algunas muertes que duelen profundamente por cuenta de la resistencia a aceptar algún cambio o abandono.


El fin de año, de un trabajo; la partida de un hijo, una separación, son muertes también. Y las transformaciones radicales en un estilo de vida o en la identidad, cuando cambian algo profundo, son muertes contundentes, apresuradas.


Para algunas personas, esas muertes han llegado a voluntad. Deciden cambiar de país, de familia, de género, y se rehacen. Para otras, una enfermedad o una pérdida son la muerte en persona, aunque sigan vivos y aquí.


Me temo, amigos, que su relación con la muerte en general es distante y prejuiciosa. Quisiera que siguiéramos construyendo un vínculo con ella que reconozca lo benéfica que es, y que elogie sus alcances a nivel espiritual cuando ustedes se abren a los talentos supremos que ella posee.


Tengo un amigo que se vio cerca de la muerte definitiva hace unos días. Ayer regresó a casa, y sé que puede sentir que renace lentamente. Su enfermedad aún lo acompaña, pero para su sorpresa, todo parece haber cobrado un nuevo orden.


Trataremos aquí de recordarle a él, y a todos ustedes, que la muerte, o las muertes, son aliadas de la transformación. Buscan ellas traer consigo cambios profundos, abismales a veces, y lo más comprensible es que ustedes sientan resistencia, dificultades, molestias. Sin embargo, es bastante sano también que sientan agrado, liberación, cierta paz.


El agrado ante la muerte, por ejemplo, viene del deber cumplido, del amor entregado, de la apertura a cambios indeseados, de la disposición ante la vida de entenderla y respetarla. La paz de la muerte es una indiscutible, puedes sentirla en la solemnidad de lo que cambia. Y hay mucha liberación, más allá del evento mismo, cuando una persona logra acoplarse a ese cambio y perder de paso algunos atavíos de los que estaba padeciendo.


Es que tiene tal poder la muerte, que puede traer sus beneficios incluso alrededor. En el sepelio de mi amigo Pedro hace unos días, era fácil sentir cómo las personas más bien se dirigían a la inspiración que Pedro fue, que al dolor o al enojo por su accidente. Claro que lloraban, claro que les dolía, pero había construido Pedro una vida tan recta y libre que hasta su muerte fue así, sin tormento, sin merodeos, y liberadora para un espíritu que ya estaba preparado para volar.


Cuando la gente evita hablar de la muerte, tratarla, prepararla, me lamento mucho. Se dicen que no a una parte esencial de la vida, se rehúsan al dolor, al miedo o a la molestia que ya deciden sentir, y se enmarañan en prejuicios y temores que rara vez son realidad cuando la verdadera muerte llega. 


En este momento mi amigo Felipe está viviendo una muerte de esas parciales. Fue diagnosticado con una enfermedad neurológica, que hasta ahora incipiente, ha sido precisa en amenazar su sensación de poder y control. No se imaginen por favor a un Felipe dominante o supremacista, hablamos de un amigo severamente dulce y apasionado que se repuso a la vida empuñando el dolor y parándose sobre el fracaso para llegar muy lejos.  


La enfermedad de Felipe viene a marcar la muerte de ese dolor y ese fracaso de hace muchos años. Ella quiere obligar a Felipe a reformar su identidad hacia una libertad más auténtica, que no dependa de demostrar nada a nadie, que le recuerde constantemente que él mismo ya esta convencido de su grandeza. 


Quien sale de la muerte, o inicia una vida junto a ella, tiene pocas posibilidades en lo que a fallarse se refiere. A partir de lo que ha vivido, o sigue viviendo, alguien que enfrentó alguna muerte ya vio la vida pasar ante sus ojos, demostrarle su poder, e invitarle a seguir de un nuevo modo.


¿Quién dijo que esa invitación es sencilla?, ¿quién dijo que los seres humanos son naturalmente valientes para dejar morir? El corazón humano no solo es apegado a la vida como la conoce, sino que tiene este impulso protector con el que a veces se equivoca. No protejas amigo una vida que necesita cambiar, asústate, es normal, pero avanza echando el susto al bolsillo de una manera ambiciosa. 


Te adaptarás. La adaptación es a mi gusto la virtud humana esencial. Lamentablemente, las comodidades que han desarrollado con el tiempo los han convencido equivocadamente que todo debe ser placentero. La muerte no tiene que ser placentera, ya que está hecha para lograr los cambios más radicales, pues moverá necesariamente a alguien sacándolo de alguna comodidad no tan provechosa.


Entonces te fallas ante una muerte si te detienes a voluntad, si te empeñas en congelar el progreso del tiempo y el efecto del movimiento que ella causó. Te fallas si esperas sentirte cómodo muy pronto y para ello despliegas medidas contrarias al cambio profundo. Eso lo puedo ver con frecuencia, pierden algo y corren a suplirlo, a encontrar un sucedáneo por falso o perverso que este sea. 


Felipe, con la afectación de su fuerza, puede refugiarse en la autoridad que le da su posición actual y abusar. Claro que eso podría hacerlo sentir poderoso de momento, pero devastaría el propósito mismo de la pérdida de fuerza, que es el de introducirlo a lo sutil de la vida, a la transformación elevada de su psique, al perdón del pasado y la validación de sí mismo a partir de sus logros más elevados.


Quien regresa a la vida después de un evento casi mortal, puede regresar para enloquecerse de vida, para desbordarse y compensar. Eso no resulta bien, claro está, pues surge allí una suplantación del propósito. Puede que entiendas que si tu vida estuvo cerca del final entonces debes vivir aún con más intensidad y placer de como vivías antes del evento. Sin embargo, rara vez ese es el cometido, cuando la muerte se acerca y te abraza está queriendo llevarte a un nuevo lugar, si vuelves a tu pasado acentuado estás dirigiéndote a ella con el gesto infantil de sacar la lengua y fruncir el enseño.


No te recomiendo hacer caso a omiso a esas experiencias, de pequeñas o grandes muertes infranqueables. En todo caso están ahí para darte algo grande, no lo desprecies. Abraza el cambio que es grande y difícil. Algo lo está tratando de facilitar, una fuerza suprema trata de ayudarte. Sé astuto y aprovecha 😉".


PD: cuéntanos, si te animas, esa muerte parcial que te quiso transformar recientemente. Leer historias mueve poderosamente los corazones incautos ✨

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Olga Castaño

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Comentarios (6)

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Marcela
Ufff que escrito tan profundo, es una respuesta a lo que ha venido divagando en mi cabeza. Vemos la muerte como algo tan solo físico, y en realidad hay que dejar morir nuestras viejas versiones y renacer con propósito, con un legado. No podemos seguir en el círculo vicioso que nos llena de miedos, creencias limitantes y repitiendo la misma vieja versión que no nos dejan avanzar. Es hora de un cambio, y de ver la muerte con un significado diferente. ya que la estigmatizamos y cuando ella quiere mostrarnos su nueva versión sentimos miedo porque tememos que se presente de la manera que nos la enseñaron. Yo hoy la recibo con amor, entregando y muriendo a mis viejas versiones y deseando lo mismo para los míos y dándole la bienvenida a los nuevos renacimientos 🙌🏻🫶🏻

2024-12-09 10:23 pm

Olga Castaño
Gracias, por adueñarte del dictado, por vestirte con él, por ponerte una tarea, por acogerlo. Cuando logramos que la transformación sea un anhelo en vez de un miedo, la vida despierta y dan ganas de seguir, llega el arrojo, la valentía, incluso la a veces esquiva determinación.

2024-12-10 07:11 am

Diana
Este año la Muerte tocó mi puerta de vida, no se me presentó como una muerte física, pero si como muerte de creencias, muerte en ver en el otro lo que yo imaginé y poder verlo como realmente es, fueron duelos complejos y duros pero creo con firmeza que esta muerte ha traído como regalo la libertad de mi misma, la libertad de una magia que creía no era para mí, la libertad de creer en mi misma. Mil gracias por este dictado 💕

2024-12-10 07:36 pm

Olga Castaño
Que la muerte sea una costumbre, una amiga de esas con la que solemos tomar el café cada semana. Si esta muerte que acabas de enfrentar trajo cosas buenas, que la siguientes traigan más y más cada vez 💫

2024-12-13 12:50 pm

Adriana C.
Pienso en la muerte de la relación con mi madre y con mi familia. Ha venido sucediendo hace un tiempo, pero lo he sentido con consciencia este año. Me refiero a una muerte en donde me "desidentifico" del nido familiar, de la manera en como crecí y me formé dentro de el. Ahora me siento en el vacío y en paz, construyendo mi propia identidad y los pilares de mi nido. Siento que nada será como antes y que no hay vuelta de hoja. Ha sido una muerte transformadora.

2024-12-12 08:01 am

Olga Castaño
Gracias Adri por tu historia. La muerte simbólica de la madre es una muerte poderosa. Implica un desarraigo que puede doler de momento, pero libera. Ánimo quienes la tienen pendiente, no dañarán a la madre, al contrario la liberarán también a ella de la responsabilidad de ser perfecta para ustedes ✨

2024-12-13 12:53 pm

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ENFRENTA LOS CAMBIOS
“Es fácil decir que todos los cambios son positivos, aprender a verlo así es una tarea un tanto más compleja. Incluso los cambios positivos, buscados, deseados, representan retos que tal vez no fueron calculados a la hora de propiciarlos. Sucede que ustedes desean algo y nosotros estamos muy pendientes escuchando. No hace falta ni siquiera que sea en voz alta o por medio un ritual en particular; estamos muy atentos porque un deseo sincero es un acto de voluntad, y la voluntad amigos es el lazo que sella nuestra alianza. Me encuentro en este momento trabajando en alianza con muchos amigos que decidieron dar un paso, cambiar algo, hacer algo distinto. Ellos van tras sus metas por supuesto, y nosotros aprovechamos el movimiento para incorporar oportunidades que hagan que el cambio llegue a lo profundo. Uno de mis amigos está a punto de dejar la casa paterna. Ese por supuesto es un cambio no solo para él, siendo un hijo muy amado sus padres enfrentan una etapa que no saben bien cómo administrar. Claro que eso no es algo que mi amigo deba atender, lo que digo es que él debe estar frente a ese efecto y entenderlo, incluso debe enfrentar las emociones o vacíos que se puedan suscitar, y no precisamente para repararlos, quizá amigos, para hacerse a un lado. A eso me refiero con que los cambios que ustedes propician son aprovechados por nosotros. Puedes salir de la casa de tus padres y mantener cierta dependencia, incluso puedes procurar ocupar el vacío emocional que ello pueda causar, entonces la ausencia no será la oportunidad que tal vez estaban necesitando todos de avanzar más individualmente, de atender su propio llamado personal. Otra amiga está viendo su negocio crecer, lo que implica más responsabilidad, y más trabajo. Ella dio el paso de ampliar su mercado, y nosotros aprovechamos para retarla, para provocarla a que se viera más grande en cosas en que ella misma no ha decidido serlo. Podrías pensar en este momento, ¿Por qué la vida me va a obligar a ser grande si no quiero serlo?, o ¿Por qué en ese sentido si yo quiero en este otro? Bueno, no es una elección. La naturaleza misma de la evolución indica que el desarrollo de nuevas adaptaciones es la clave. Dicho de otro modo, a la vida no le interesa otra cosa que desarrollarse ella misma, y como eres un ser viviente entonces considérate incluido en la norma. La amiga de la que hablo está bastante incómoda con el cambio, ella esperaba otra cosa, tal vez hacer a su negocio exitoso sin perder la libertad y el tiempo libre. Algo así como quedarse en las condiciones del pasado, pero consiguiendo nuevos frutos. Por ahora ella refunfuña, no sabe que está creciendo por dentro, que se está dando cuenta de todo lo que puede llegar a ser si se lo permite, si le permite a la vida tratar de animarla. En este caso no puedo decir que la vida va a forzarla. Ella cuenta con su voluntad, y decide si usarla o no. Si en algún momento se cierra a los cambios simplemente el progreso se detiene. Habrás visto a personas que deciden quedarse en la comodidad de lo conocido en vez de salir a conquistar nuevos mundos; es su derecho y la vida lo sabe respetar. Y tengo otro amigo, él desea muchas cosas, las averigua, incluso se dice que dará el paso para conseguirlas, y se detiene. Se ha prometido cientos de veces que lo logrará, pero hasta el día de hoy no consigue pasar a la acción, y nosotros no podemos ayudarle en ese caso. Es como pedirle a alguien que te quiera, y no estar nunca presente para recibir ese amor. Si este amigo un día da el paso hacia sus deseos tendrá primero que ocuparse de todas las excusas que él mismo ha creado para avanzar. Los cambios amigos no tienen que ser una lucha o un sacrificio. La vida no anda buscando placer y satisfacción para ustedes como una prioridad; la vida los quiere ver grandes, decididos, arriesgados a vivir diferente. Si tienes un cambio a la vista y aún no das el paso, recuerda que no se trata solo de lograr lo obvio sino de hacerse grande descubriendo quién eres cuando lo consigues. Quedan entonces mis amigos cambiantes, los que más bien no se quedan con nada. Ellos me ayudan a explicar que a veces un cambio también es ser constante, o perseverar, o cultivar algo que requiere un largo trabajo. Aquellos cambios que solo traen gracia son efímeros, los cambios que sacuden la comodidad interior positivamente dejan caer en su movimiento una afortunada piñata de posibilidades creativas.  Así que, si estás buscando que pasen cosas buenas, entonces ábrete a los movimientos internos, en ellos nos sentirás en la forma de una fuerza interna que contiene esperanza, que ve la dicha que vendrá después del esfuerzo, que goza de las sorpresas que pueden venir como premio a tu disposición.  Recuerda, lo normal es evolucionar, lo raro es quedarse estático en las viejas comodidades. La vida se apaga cuando la detienes, la vida estalla cuando la permites”.
PARAR DE LLOVER
“¿Conoces las hazañas de muchos para detener la lluvia?, hasta puede que tengas una en la que confías. Quiero que prestes atención a una en especial, aquella donde la gente cree que por no decir que va a llover entonces no llueve.  En el cielo se alza una nube negra, grande y fuerte, hay truenos y relámpagos, y aún así quienes necesitan que no llueva insisten en decir que no va a llover. Sé que están expresando su deseo, pero también están decidiendo que no va a llover, o asumiendo que me dicen a mí que no quieren lluvia ahora y yo la voy a detener. El clima, como muchos fenómenos de la naturaleza, son parte de la vida; actúan como catalizadores del cambio, es decir como recordatorio de lo inesperado, de lo magnánimo, de las cosas que una criatura no puede controlar. Sé bien que ya han creado maneras de controlar el clima, pero para hacerlo lograron entenderlo, respetarlo y luego desarrollar estrategias para favorecerse, y esa es una historia diferente. La inocencia que reside en pensar que controlas el clima con tu intención o tu devoción me hace pensar que así obras ante otras circunstancias no deseadas, en vez de pensar primero en adaptarte sueles sucumbir a la negación y a distraerte en artilugios que poco de eficientes tienen pero te dan la tranquilidad de haber hecho algo. Vamos a decirlo de otro modo, no basta la intención amigo mío, ni con el clima ni con las cosas que son más grandes que tú. Debes saber, en el momento en que algo retador se presenta, que tienes mucho más que la negación para enfrentar las situaciones, que hay todo para saber que algunos eventos de la vida no vienen para ser retenidos sino precisamente para cambiarte a ti.  Así que la próxima vez que tengas planes al aire libre y veas en el cielo un gran nubarrón recordarás que ese fenómeno complejo que es el movimiento de la atmósfera está acompañando el deseo de la vida de generar cambios, renovaciones, alteridades. Que cuando veas la lluvia veas el cambio que a veces viene inesperado y te abras a él, así como tu paraguas”.
LA BELLA OSCURIDAD
"…enfrenta la luz a través de los matices de la bella oscuridad capaz de demostrarte cuando te equivocas…Desglosemos esa frase. Es lo que las frases profundas esperan hacer, causar una reflexión donde cada quien encuentre su sentido profundo, su propia revelación.Tomamos esa frase de un dictado escrito para una amiga que se encuentra enfrentando algunas condiciones médicas, y que se enfada por tener que practicarse exámenes o por lidiar con las recomendaciones médicas que encuentra un tanto molestas.Estuve tratando de explicarle que algunos caminos entrañan destinos inesperados. En realidad yo espero que ella encuentre más gusto por cuidar de sí misma en medio de los estudios, que se reconcilie con la responsabilidad implícita en poseer un cuerpo como vehículo, que encuentre incluso cierta gracia en el deber de responder a las leyes de la biología.No es que mi amiga sea huraña, al menos no mucho. Ella se siente cansada, le parece que la vida exige demasiado, y yo al final solo trato de mostrarle que más bien es ella quien se lleva al límite en cada situación tras el objetivo de dar lo máximo de sí misma. Ella, atención, da lo máximo esperando que al fin las cosas se pongan en balance y logre corregir el margen de error que todo parece poseer.Bueno, no es que ella no sea generosa, es que a pesar de la experiencia que tiene no se da cuenta aún de que mucho de lo humano es vivir sobre el error, el propio y el ajeno. Gran parte de mis amigos juiciosos padecen esa realidad como un tormento. Hasta se pelean con la vida porque no se deja corregir. A ellos suelo enseñarles la generosidad más fácilmente a través de su propia compasión, porque mostrándoles la realidad no acaban de aceptar la condición esencial humana del aprendizaje.Está bien, acepto que ella es un poco terca. O dicho de otro modo, poco inteligente para aceptar lo que no le gusta o no ha considerado. Y eso lo entiendo tan bien que le regalo toda mi paciencia. Ahora, si me quedo esperándola se va a perder de la oportunidad de avanzar respecto a ese aprendizaje preciso. Así que mejor la llamo, le demuestro con la realidad que puede hacer las cosas distinto y eso no está mal, que se puede acomodar.Cuando llega a los consultorios yo estoy detrás de ella, estrujándola un poco para que sea amable y se abra. Dado que tiene conversaciones tan eficientes con los médicos, ella no deja espacio para mostrar su sensibilidad o para que el tratante se compadezca de su coraza. Al contrario, lo que suele propiciar es un diálogo puntual y somero que, entenderán, al final aumenta su sinsabor sobre la experiencia.Me queda en definitiva el recurso de las dudas. Dudas gloriosas. Ella se asusta por la posibilidad de un diagnóstico complicado, se frunce, hasta se plantea no continuar con la investigación. Y me reclama cuestionando el para qué la pongo en todo eso.Por eso escribimos su carta, para explicarle que es justamente a través de los procedimientos de diagnóstico y seguimiento como mejor puedo demostrarle que no necesita estar seriamente enferma, solo necesita prestar atención y dar el brazo a torcer sobre la evidencia de que es frágil, que habita un cuerpo lleno de vida fuera de su control, que no es una máquina, que no está aquí para que todo salga bien.Quise llamar este movimiento para ella «la bella oscuridad». No solo porque así lo asimila, como un momento de oscuridad incómoda, sino porque nada hace más hermosa y evidente a la luz tenue y sagrada como la sombra. Quiero que ella tenga la delicadeza de sentirse privilegiada por esta aquí viviendo esta vida de susceptibilidades y altibajos. Quiero incluso que lo pueda disfrutar. ¿De verdad consideran que tiene sentido disfrutar solamente lo que sale bien o lo que luce perfecto a los ojos del anhelo? Qué hay de quién no disfruta el arrullo de la compasión, el calor de una almohada de carne y hueso en momentos de debilidad, o la dura realidad que trae hermandad y regocijo.Yo puedo explicarle entonces a mi amiga de la carta que espero que ella sueñe un poco más con las sombras como parte esencial y natural de la vida, casi como la base. Y ella, lo sé, seguirá peleándose con esa idea. Por fortuna, la idea no responde a la pelea, y yo me ocupo de seguirle demostrando que no se trata de tener la razón o discutir cómo tiene que ser la vida. Todo lo que anhelo es verla reconciliada con una realidad infinitamente más grande que su capacidad de comprender.Cuando ella acepte que no tiene cómo asimilar por completo la manera profunda y enigmática en que funciona la realidad, yo estaré satisfecho. No me interesa tanto que no tenga dudas o que lo acepte con buena voluntad, todo lo que quiero es que deje de sufrir tratando de corregir lo que no necesita ser corregido, que se ahorre trabajo teniendo que perdonar lo que no amerita perdón, que sueñe mejor con una realidad adaptada y comprensiva, que supere al fin esa rigidez de pensamiento donde ella se pone en segundo lugar bajo la convicción de que esa es una estrategia exitosa.Resulta amigos que enfermarse no solo permite recibir lecciones contundentes, a veces enfermarse sirve para domar el carácter, para ganar humildad, o simplemente para recordar que no gobiernan su vida como lo imaginan.Así que la próxima vez que se enfermen, que necesiten aquella almohada o aquel arrullo, tomen aire para suspirar por un aprendizaje implícito que bien pueden recibir con armonía".
A QUÉ HAS VENIDO
“La vida te ha puesto una tarea, si no la ves es posiblemente porque has decidido que es otra, es decir, la vida y tú no están de acuerdo en qué es lo que has venido a hacer. En ese caso te recomiendo definitivamente que concertes, que te des cuenta de lo que la vida pretende para ti, así te ahorrarás frustraciones y sufrimiento, además podrás regalarte la dicha de estar sintonizado con la tarea que sí te corresponde. Claro que produce enojo verse en una tarea no deseada, y ver a la vez que lo que más deseas no es tan importante a los ojos de la realidad. Bueno, este es el precio que se paga si decides encontrar tu tarea y sintonizarte con ella, habrás de renunciar a los anhelos más apremiantes, pero lograrás a la larga una vida de compenetración y plenitud. Así que anímate, en verdad te conviene estar de acuerdo con la vida. La tarea amigos tiene que ver normalmente con un aprendizaje esencial. Les contaré la historia de mi amiga Maria, ella sueña desde niña con un príncipe azul, una casa fantástica y una vida de princesa. No es Disney el culpable, tranquilos, es la vida de carencias que experimentó en un rincón olvidado de su país, la ausencia de un padre, y el amor mezclado con desamor que suele dejar el anhelo de una vida plena. Maria creció, y de cierto modo halló a su príncipe azul. Ahora tiene una familia hermosa y vive en lo que para muchos es una mansión de hoy en día. ¿Por qué será entonces que mi amiga no puede sentirse como una princesa?. Resultó que la vida tiene planeado para ella venir a aprender sobre plenitud. Eso ella no tendría porqué saberlo, pero teniendo en cuenta lo que ha vivido ya tendría que estar empezando a comprenderlo. Es que puedes entender cosas que no sabes. Puedes por ejemplo entender que no te corresponden los lujos irracionales, aunque no lo sepas de manera explícita y en ocasiones sigas soñando con ellos. Tampoco sabes de manera explícita sobre tu futuro, pero entiendes de a pocos que tu plenitud no puede venir de caprichos adolescentes o de antojos de momento; vas entendiendo incluso eso que a ti en particular te colma, y al final lo respetas. Volviendo a Maria debo decir que ella sí es feliz, pero no alcanza aún a sintonizarse con la tarea que la vida tiene para ella. Sigue buscando eso sí, se esfuerza incluso por aprender, pero sigue tan aferrada a sus sueños de niña que se quedó entendiendo que la dicha era vivir solo en gozo, sin tareas profundas. Tal vez decidió sin querer que teniendo una casa grande, un amor verdadero y comodidades no habría porqué sentir que la lucha continuaría. Resultó entonces que a mi amiga Maria le dije un día, con mucha claridad, que quería que ella aprendiera a ser plena por encima de los retos, no en ausencia de ellos. Por supuesto que se molestó, se indignó de hecho. Considero que era demasiado lo que ya había vivido de niña como para tener que prescindir de su anhelada fantasía y no poderla disfrutar sin tareas incómodas. ¿Quieren saber cómo le dije que la quería plena?. Le entregué una limitación. Ya ha pasado algún tiempo, ya su molestia se ha calmado un poco. Hay limitaciones que son para enseñar humildad, otras para enseñar perseverancia, y así; la de ella es tan precisa que solo piensa en volver a sentirse plena, tanto que ha implementado medidas exitosas que ya empiezan a darle la sensación deseada, eso gracias a que al fin va logrando aceptar que esa limitación viene a cumplir una labor definitiva. No obtengas amigo la tarea de esta vida de tus placeres o empatías. Sácala por favor de lo evidente, de las luchas que vienes enfrentando, o de ese defecto tuyo incómodo o difícil de aceptar. Si bien suelen buscar la tarea en lo que hacen por otros tengo que decirles que no comienza allí, que viven para conseguir algo para sí mismos, y tal vez, algunos de ustedes, tengan el deber de compartirlo, pero por supuesto dar no es el principio, el principio es ser. Si quieres saber de manera explícita tu tarea busca en el mapa de tus historias cuál es la constante. Identifica la lucha, el aprendizaje esencial, el aspecto en la que la vida suele ponerte topes. Respira esa molestia que aparece cuando descubres que lo que más te molesta es lo que estás aprendiendo; es el humor de la vida, gozar con las emociones. Y si no logras verlo pregúntame, aquí estoy para contarte, si es el momento, a qué has venido”.Posdata 1: “Busca en el capricho. Muchas de ustedes deben buscar allí para empezar. Lo pueden ver en su mirada de la realidad, en su deseo de vidas perfectas o de molestias nulas o escasas. A cambio de querer verse poderosas quieren verse cómodas. Estoy seguro de que allí encontrarán las primeras pistas 🌟”Posdata 2: “No quiero decirles que no tienen la razón cuando pueden decir la verdad, pero hay poco de verdad en asegurar algo que aún no admiten por completo, que no les pertenece en lo profundo, que no pueden ejecutar. La tarea, su aprendizaje severo, puede ser algo fácil de pronunciar, pero tardarán en asimilarlo, pues justamente se trata de la tarea de sus vidas” 
DEJA DE MEDIRTE
“Me encuentro a menudo con gente pidiendo ayuda para lograr cosas que no le pertenecen, las anhelan porque alguien más las tiene y parece disfrutarlas o incluso ser feliz gracias a que tiene eso en particular. Debo decirte mi amigo que estás lejos de saber lo que te pertenece cuando anhelas algo solo porque a alguien más le hace bien. Este regaño, mezclado con estímulo, espera demostrarte que tus propias necesidades dependen mucho más de cuanto te reconoces que de cuanto te reconocen.  Han creado un mundo donde el reconocimiento está sobre estimado, conozco bien sus utilidades, los enfoca, los hace crecer, les permite ver lo bueno de ustedes mismos y hasta los alienta a avanzar, pero de ahí a que el reconocimiento sea un objetivo en vez de un medio lo tendríamos que discutir. Puede que simplemente te hayas quedado enganchado al reconocimiento cuando en principio cumplió una función fundamental de sacarte de una mala idea de ti mismo, pero cuidado con haberte quedado en alguna dependencia, en algún pequeño matiz que te sigue haciendo buscar maneras de ser reconocido. ¿Has visto a las mamás dando recompensas a sus hijos tras alimentarse bien?. Entonces imagina que esa recompensa se adelanta, que la mamá da a su hijo una recompensa antes de la comida para motivarlo. Solo por satisfacción el niño ya no va a comer. Algo así ocurre con el reconocimiento, lo conoces por un logro, algo que hizo bien a los demás o que causó sensación; luego irás encontrando los atajos, si te lo permites, a recompensas que vengan fácil, sin el logro. Dejas de crecer tú para dedicarte al placer de ser reconocido. Hablemos entonces de tu propia capacidad de reconocerte, es decir de saber primero lo que sí necesitas para así buscar el resultado que te hace bien. Pregúntate por ejemplo si eso que esperas recibir, amigos, pareja, atención, es lo que necesitas, o la verdadera necesidad subyacente es la de abrirse a la vida, a la gente que no es como esperas. Ese dinero que aseguras te resolverá los problemas que tienes ahora, ¿es algo que necesitas en primer orden?, o primero hay que organizarse y enfocarse en generar más recursos. Sé que están acostumbrados a recibir, que tal vez es el anhelo más frecuente, pero amigos, la vida de los deseos es una rueda, hay que moverla, hay que aportarle fuerza y movimiento para que ella entonces les traiga las gracias que sueñan. ¿Cómo mueves la tuya para que funcione?, ¿o más bien eres de los que se sienta frente a ella esperando que arranque sola porque es lo que mereces?. Ahora, cuando identifiques una verdadera necesidad aférrate a ella, porque una necesidad auténtica trae cifradas sus propias instrucciones. Me refiero a que no tienes una necesidad sin las capacidades para suplirla. Hablemos del progreso por ejemplo, quieres progresar, lo sientes en el corazón, ves a tu estrella caer despacio a tu lado pero no acaba de aterrizar. Permite que ese lento movimiento desglose desafíos y oportunidades. Para despedirme les contaré una historia. Tengo una amiga que quiere progreso, pero ella piensa que quiere dinero. Así que me dice: ¡bueno, muéstrame el camino!, ¡hagámoslo fácil!. Yo la miro, me siento y sonrió, lo último que quiero para ella es dinero vacío, frío, la quiero tan conectada con lo material de la vida, con sus gracias, que espero que se de cuenta ya muy pronto que no estoy esperando a que trabaje por conseguir dinero, que lo que ya estamos haciendo juntos es gozando de la taza nueva, de la pequeña remodelación, del almuerzo sofisticado. Cuando ella acabe de entender que el dinero es un medio, así como el reconocimiento, entonces podré ayudarle a ganar más, por ahora solo haría lo que algunas mamás hacen, comprar el helado antes del almuerzo”.